Cataluña tiene el doble de impuestos que el resto de comunidades autónomas
Los catalanes sufren el doble de impuestos que los ciudadanos del resto de comunidades autónomas españolas, según se desprende del Índice Autonómico de Competitividad Fiscal (IACF) 2017, elaborado por Unión de Contribuyentes.
«Cataluña lleva tiempo demostrando cuál va a ser su política fiscal y cuál es el camino que van a soportar los ciudadanos y los empresarios. Es la región que más impuestos autonómicos ha creado. Este año hasta cuatro, aunque dos entren en vigor el año que viene», señala la directora general de Unión de Contribuyentes, Cristina Berechet.
Con un 4,75 sobre 10, Cataluña es una de las tres únicas regiones que suspenden en competitividad fiscal, junto a Aragón y Extremadura, quedando penúltima en el ranking. Los impuestos sobre la Renta, de Transmisiones Patrimoniales y de Patrimonio, además de la creación de impuestos autonómicos adicionales, son los que provocan que Cataluña se encuentre en la cola del índice.
En cabeza del índice se encuentra País Vasco, cuyas provincias (Vizcaya, Álava y Guipúzcoa) se encontrarían en primera, segunda y cuarta posición. Madrid ocupa la tercera posición del ranking. Sin embargo, desde Unión de Contribuyentes consideran que esa posición podría mejorar si se redujera el número de impuestos propios autonómicos y se eliminara el Impuesto sobre Hidrocarburos.
Destaca que Extremadura, la última comunidad autónoma del ranking, no sólo tiene el peor impuesto sobre el Patrimonio de toda España, sino que también es el más gravoso del mundo.
El estudio mide la política fiscal de las comunidades teniendo en cuenta los tramos autonómicos de los grandes impuestos, los tributos cedidos íntegramente a las comunidades, la especificidad canaria y la de los regímenes forales, así como el grado de proliferación de impuestos adicionales establecidos por los gobiernos autónomos.
«Si los impuestos crecen, el coste se traslada, o bien a los consumidores a través de precios más elevados, o bien a los trabajadores (sueldos más bajos o menos puestos de trabajo) o a los accionistas (a través de dividendos más bajos). Así, un territorio con menores costes tributarios será más atractivo para la inversión de las empresas y tenderá a experimentar crecimiento económico», concluye el informe.