GUERRA COMERCIAL

Bruselas no registró el logo de certificación y China lo copia para vender todos sus productos en Europa

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Jose de la Morena
  • Jose de la Morena
  • Jose de la Morena, periodista especializado en economía desde hace más de 15 años, desarrolla su labor en el campo de la comunicación desde el prisma de las tendencias, los números y resultados de las distintas compañías. Una tarea que le ha llevado a conocer a fondo el mundo empresarial. Ha trabajado también en comunicación corporativa y como asesor para distintas marcas internacionales e institucionales.

De nuevo vuelve a Bruselas la cuestión sobre el logo de certificación de la Unión Europea porque, 18 años después, sigue sin solventarse. En este caso, en el Parlamento Europeo de Estrasburgo ha vuelto a saltar la cuestión del plagio de ese logo por parte de China para evitar una caída en sus ventas.

El eurodiputado Jorge Martín Frías insiste en plantear a sus colegas la cuestión sobre el logo de Conformité Europénne, es decir, de conformidad europea. Un logo, la famosa CE que vemos en tantos productos, que no fue registrado y que permitió a China copiarlo y crear la marca China Export, con un logo casi idéntico. «La Comisión Europea está tan obsesionada con su agenda ideológica», dice el eurodiputado de Vox, «que ha perdido de perspectiva sus funciones básicas: proteger al consumidor y garantizar el funcionamiento del mercado interior».

Añade Martín Frías que «con su dejación de funciones», la Comisión Europea «está poniendo en riesgo al consumidor a la vez que fomenta y arropa prácticas desleales poniendo en riesgo el trabajo de fabricantes al permitir la entrada de productos chinos».

Logo certificación Europa China Logo certificación Europa China

 

Como puede observarse arriba, los logos tienen un parecido inmenso, siendo el que tiene las letras de mayor grosor y más pegadas el que corresponde a China, y el otro el original presentado por Bruselas.

El problema de que los logos del certificado y de China Export se confundan es que no queda claro, para el consumidor, qué productos sí y cuáles no han pasado los controles necesarios. De hecho, recuerda Martín Frías que podemos encontrar «casos como juguetes que compramos para nuestros hijos, pensando que cumplen todas las medidas de calidad y seguridad, pero que han sido introducidos en Europa desde China sin control».

Desde Bruselas, llevan 18 años sin atender a esta situación, que cobra especial relevancia en un entorno de guerra comercial.

Conflicto Europa-China desde 2006

Fue en 2006 cuando Bruselas decidió, a través de la Directiva 93/68/CEE, poner coto a los productos procedentes de China con una certificación, puesto que muchos de ellos habían originado problemas para los consumidores. En el caso de los juguetes, que comentábamos, se produjeron accidentes que llevaron a la creación de este sello de certificación de calidad.

La marca CE, de Conformité Europénne o Conformidad Europea, se convirtió desde entonces en obligatorio para muchos productos que se venden en Europa, con la intención de garantizar unos estándares de calidad. No porque se hiciera un control previo, sino porque la normativa europea ya obligaba a unos estándares que no se obliga en el extranjero. Se trataba de que el consumidor europeo, al adquirir el producto, supiera que se había fabricado aquí y cumplía unos estándares más elevados que los del exterior.

Seguridad, salud e incluso protección del medio ambiente son algunos de los aspectos que acredita esta certificación. Los productos europeos lo llevan siempre, pero desde el exterior también se puede obtener el sello si se acredita que se cumple con la misma normativa y estándares que se tienen en Europa. Sirve como garantía. No es obligatorio para todos, pero otorga una marca de calidad que protege a los consumidores.

Siempre que lleve ese sello, si se demuestra que el producto no cumple con los estándares establecidos, se podrá reclamar por ello y el fabricante será sancionado. Bruselas trataba con esta certificación de proteger los productos internos en detrimento de los de fuera, de peor calidad.

Para evitar una caída drástica en sus ventas, China lanzó, sólo año después, un logo prácticamente calcado y que se incluye, en concreto, en los productos que exporta a Europa: China Export servía para sustituir Conformité Europénne.

Aseguran que se trata de un logotipo específico, sino de una etiqueta que indica el lugar de fabricación, y por ello tratan de evitar comparaciones, cuando la intención de China, asegura el eurodiputado, «es evidente».

La diferencia entre los dos logos, como puede observarse arriba, es la separación entre las letras. Ante esta situación, algunos productos europeos han decidido no incluir el CE y poner directamente un ‘Made in Europe’.

Desde Bruselas intentaron en 2008 frenar este agujero legal, que genera confusión. Tras una serie de investigaciones, el asunto quedó en un aviso a los países miembro para que controlasen la llegada de productos falsificados.

El problema es que la CE no es un logo registrado de Europa y China se ha beneficiado de ese vacío legal para seguir vendiendo sus productos sin merma. A día de hoy seguimos exactamente en la misma situación.

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