Un antes y un después en las pensiones: así será la nueva jubilación parcial y activa desde 2025
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El panorama de las pensiones en España se transformará radicalmente con la entrada en vigor, en abril de 2025, de la nueva normativa que regula la jubilación parcial y activa. Estas modalidades permitirán a los trabajadores abandonar el mercado laboral de forma escalonada y, al mismo tiempo, beneficiarse de incentivos financieros si deciden prolongar su vida laboral. Este cambio no sólo se limita a flexibilizar el acceso, sino que también introduce mejoras significativas para quienes desean mantener cierta actividad profesional tras alcanzar la edad de retiro. Por primera vez, estas medidas se extienden a sectores más allá de la industria manufacturera, abriendo la puerta a un abanico más amplio de beneficiarios.
La jubilación parcial permitirá a los trabajadores retirarse hasta tres años antes de la edad legal, siempre y cuando cumplan con el requisito de haber cotizado al menos 33 años. Este adelanto, que se reduce en un año respecto a las reglas actuales, beneficiará a empleados de todos los sectores, incluyendo a los fijos discontinuos. Sin embargo, el cambio más significativo afecta al contrato del trabajador relevista, que ahora deberá ser indefinido, a jornada completa y mantenerse durante al menos dos años tras la jubilación parcial del empleado principal. A pesar de estas exigencias, las mejoras introducen una mayor estabilidad laboral, beneficiando tanto a empresas como a trabajadores.
La jubilación activa, que permite combinar el cobro de la pensión con un empleo, también será más flexible. A partir del 2025, se eliminará la exigencia de haber completado una carrera laboral completa, y los trabajadores podrán recibir incentivos por demora cada seis meses, en lugar de anualmente. Además, quienes opten por esta modalidad podrán incrementar progresivamente el porcentaje de su pensión por cada año adicional de actividad, alcanzando hasta el 100% de su prestación tras cinco años. Estas medidas no sólo buscan incentivar una mayor participación laboral, sino también garantizar una transición económica más segura para los pensionistas.
Las claves de la nueva jubilación parcial y activa
La principal novedad en la jubilación parcial es que estará disponible a partir de los 62 años, siempre que el trabajador haya acumulado al menos 33 años de cotización. Esto supone un año más de anticipación en comparación con la normativa actual. Además, los trabajadores de sectores como la industria manufacturera podrán seguir accediendo a esta modalidad desde los 61 años hasta finales de 2029, lo que les otorga ventajas exclusivas durante los próximos años.
Por otro lado, se introduce una limitación durante el primer año de jubilación parcial: la reducción de jornada deberá estar entre el 20% y el 30%, frente al margen actual del 25% al 50%. Aunque esta restricción inicial puede parecer un inconveniente, se espera que las condiciones laborales más estables del relevista compensen este ajuste.
En cuanto al nuevo sistema de jubilación activa elimina barreras para quienes desean seguir trabajando más allá de la edad legal. Desde el segundo año de demora, los incentivos se abonarán cada seis meses, lo que facilita a los pensionistas un acceso más ágil a estas bonificaciones. La cuantía de la pensión irá aumentando en tramos de cinco puntos porcentuales anuales, alcanzando el 100% al cabo de cinco años.
Además, esta modalidad ahora es compatible con contratos más flexibles y ofrece oportunidades a aquellos con carreras laborales intermitentes o no completas, ampliando significativamente el perfil de beneficiarios.
Incremento de las pensiones mínimas y nuevas medidas fiscales
Ya hemos visto cuáles son las novedades que se esperan dentro de las modalidades de jubilación parcial y la que es activa, pero lo cierto es que de cara al nuevo año que en breve comienza, las pensiones mínimas también van a experimentar un aumento sustancia. De hecho se espera que se produzca un incremento de hasta el 9% en algunos casos. Los hogares más vulnerables, especialmente aquellos con cónyuge a cargo, se beneficiarán de estas mejoras que buscan garantizar una mayor seguridad económica para los pensionistas. Por ejemplo, la pensión mínima de jubilación para hogares unipersonales será de 12.241,6 euros anuales, mientras que para aquellos que tengan un cónyuge a cargo va a ascender en 2025 hasta los 15.786,4 euros.
En cuanto a las novedades fiscales, el nuevo impuesto de solidaridad para financiar las pensiones del «baby boom» marcará un hito en el sistema contributivo. Este gravamen, que oscilará entre el 0,92% y el 1,17% del salario no cotizable, pretende garantizar la sostenibilidad del sistema en el largo plazo.
En conclusión, la nueva regulación de la jubilación parcial y activa para el próximo año 2025 representa un paso significativo hacia un sistema de pensiones que sea más inclusivo, sostenible y adaptado a las necesidades de los trabajadores. Aunque estas medidas aún dependen de la aprobación parlamentaria, su implementación promete un equilibrio entre flexibilidad laboral y seguridad económica. Este cambio no solo responde a las demandas actuales del mercado laboral, sino que también sienta las bases para un futuro más estable y equitativo para los pensionistas en España.