Los inversores reclaman seguridad jurídica y un marco legal predecible

Alemania, Italia y Portugal adelantan a España como destinos más atractivos para invertir en renovables

Invertir en energías renovables
La vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera. EP.

España está perdiendo posiciones en el ránking de los mercados europeos más atractivos para invertir en energías renovables. En estos momentos, Alemania, Italia y Portugal adelantan a nuestro país como destino preferido del capital interesado en este sector, según una encuesta entre inversores realizada por el banco BNP. La conclusión representa un varapalo para el Gobierno de Sánchez , y en concreto para la vicepresidenta de Transición Ecológica, Teresa Ribera, que han realizado todos los esfuerzos posibles por liderar las energías renovables en el mundo, una pretensión heredada desde los tiempos de Rodríguez Zapatero con Miguel Sebastián al frente del entonces Ministerio de Industria.

Las nuevas reticencias de los inversores para elegir España como destino principal cobran especial importancia en plena Presidencia española de la UE, tras una propuesta para la reforma del mercado eléctrico presentada en el Parlamento de Estrasburgo por el socialista Nicolás González Casares, hombre de confianza de Ribera, que fue tildada de intervencionista por la mayoría de los estados de la UE. Una de las razones es que España pretende acabar con el llamado ‘pool’. El famoso mercado marginalista establece que el tipo de energía más caro marca el precio final de la luz, un sistema que la mayoría de los países europeos considera que ha resultado ser eficaz para capitalizar el sector y beneficiar al mismo tiempo a los consumidores.

Casi todos los países y partidos políticos no socialistas -en España y en Europa- que se han pronunciado sobre el plan de Ribera -incluidos los Verdes alemanes- coinciden en que atenta contra el mercado, y que su consecuencia más importante sería la fragmentación del actual modelo, con consecuencias negativas para los ciudadanos. Los Verdes  también apoyaron en su momento blanquear la combustión nuclear y el gas como energías limpias, una propuesta que respaldaron todos los estados de la Unión con la oposición de España.
La vicepresidenta de Transición Ecológica aspira a seguir topando los precios de la energía y quiere conservar la soberanía del país para fijar sus propias normas, pero ambas cuestiones chocan frontalmente con el deseo de la Comisión Europea de mantener un mercado único y relativamente eficiente «como es el caso», una tesis que defiende con vehemencia la presidenta Ursula von der Layen.

Seguridad jurídica

De acuerdo con el informe de BNP, los inversores reclaman la necesidad de que haya una regulación predecible para que los extranjeros -y también el capital interno- se decidan a invertir en los estados, un extremo que España ha ido incumpliendo repetidamente durante el mandato de Sánchez, con continuos cambios de normas que han puesto en alerta a los potenciales interesados. A estos lastres se han sumado los conflictos judiciales emprendidos en torno a las instalaciones renovables, que vivieron el comienzo de su gran expansión durante el mandato de Zapatero, pero que luego entraron en una era de incertidumbre cuando el Gobierno de Rajoy y su entonces ministro de Industria, José Manuel Soria, decidieron topar la rentabilidad de las inversiones a un máximo del 7% para detener la explosión del déficit de tarifa -la diferencia entre el precio que pagan los consumidores y el coste de producción de la energía-.

El expresidente Zapatero puso en marcha en 2007 un plan de apoyo a la producción eléctrica procedente de fuentes renovables. Las ayudas alcanzaban el 40% del importe de las infraestructuras, lo que suponía una cuantiosa rentabilidad para los inversores. Seis años más tarde, el Gobierno de Rajoy modificó ese régimen alterando las condiciones de las empresas que habían comenzado a recibir las ayudas, y las compañías denunciaron que la nueva normativa mermaba sus ingresos.

El cambio en la concesión de ayudas a las compañías de energías renovables hizo que nuestro país acumulara 51 procedimientos ante el Ciadi, una institución que se encarga de dirimir los pleitos relativos a las inversiones internacionales. Las compañías han obtenido la razón en el 90% de los casos. Las reclamaciones alcanzan ya los 1.186 millones de euros, pero la factura podría elevarse hasta 2.000 millones porque aún faltan por resolverse una veintena de denuncias. Una cantidad a la que habría que sumar cientos de millones en intereses de demora, aunque el horizonte podría haber sido peor, ya que los fondos afectados por la reforma de las ayudas a las energías renovables reclamaban al Gobierno indemnizaciones cercanas a los 7.500 millones.

Acuerdo difícil

El acuerdo entre los 27 para una reforma del mercado eléctrico europeo que acariciaba la vicepresidenta de Transición Ecológica, Teresa Ribera, en la cumbre de Valladolid celebrada en julio pasado fue imposible debido al recrudecimiento de las posturas de Francia y Alemania. Las cosas no salieron como esperaba la ministra, por lo que el acuerdo sobre la reforma del mercado eléctrico tendrá que esperar, ya que los intentos de la ministra para conciliar las diferentes posturas no han bastado para desbloquear el conflicto.

El principal problema sigue siendo la aplicación de los ‘cfd’ (contratos por diferencia) a las centrales nucleares francesas ya existentes. Es decir, que el Gobierno de París pueda intervenir el precio de la electricidad de origen nuclear para garantizar un precio inferior al de las energías renovables que están proliferando en toda Europea y especialmente en España.

La encuesta del banco BNP a los inversores también aborda aquellos sectores donde ven mayores posibilidades de rentabilidad. El primero es el de las centrales de bombeo, que permitirían explotar la energía de origen hidráulico con mucha mayor intensidad. Pero en general, según el sondeo, la energía producida aprovechando la fuerza del agua obtiene una aprobación, en términos de rentabilidad, mucho que la energía eólica, la nuclear y por supuesto la energía solar.

 

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