El activismo ambiental se incorpora a la estrategia de las grandes empresas
El cambio climático es la principal amenaza para el desarrollo sostenible y, por tanto, el mayor reto medioambiental, económico y social al que nos enfrentamos en el S. XXI. La magnitud del reto necesita una respuesta global, coordinada y solidaria en el marco del multilateralismo, tal como se alcanzó en la Cumbre del Clima celebrada en París en el año 2015.
La búsqueda de una respuesta global frente al cambio climático pone de manifiesto la necesidad de implicar a los gobiernos, empresas y sociedad en general, en una transición hacia un desarrollo sostenible bajo en emisiones y resiliente al clima.
En el marco de los objetivos del Acuerdo de Paris, la Unión Europea (UE) se ha marcado unos ambiciosos objetivos a 2050 y a 2030. De esta manera, se ha comprometido a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), antes de 2050, entre un 80% y un 95%, con respecto a los niveles de 1990, como parte del esfuerzo colectivo de los países desarrollados.
El reto de reducción para el año 2030
Para el caso de la economía española, el reto de reducción para el año 2030 deberá, al menos, de alcanzar un 20% respecto a dicho año de referencia. Por tanto, el cálculo de la huella de carbono, servicio que ofrece el Grupo EULEN, que colabora con más del 30% de las empresas del Ibex 35 en la implementación de diferentes acciones, se ha convertido en uno de los principales indicadores del comportamiento ambiental, posicionándose como una de las herramientas básicas a implementar en las estrategias corporativas.
Sobre esta base y respecto a los ambiciosos objetivos establecidos en Europa, surge un nuevo activismo ambiental en el seno de las empresas, donde se fomenta el posicionamiento en primera línea de los aspectos ambientales en los núcleos de decisión.
Diversas fuentes citan, para el caso de España, que en torno al 70% de las grandes empresas disponen de una comisión con competencias en materia de sostenibilidad, y de igual modo, se indica que más del 20 % del Ibex 35 han creado una comisión específica para la supervisión de dichos aspectos para lograr una transición energética eficiente.
El posicionamiento y liderazgo en la cuestión climática es un tema capital en una nueva economía baja en carbono, que según estimaciones ministeriales en el anteproyecto de Ley de Cambio Climático, movilizará en España más de 200.000 millones de euros en inversiones en la década 2021-2030.
Las empresas líderes a nivel mundial ya están demostrando que es posible cumplir con las metas establecidas, advirtiendo de las consecuencias nefastas si el calentamiento global supera los 1,5 grados centígrados, yendo más allá del mero cumplimiento normativo, gestionando aspectos de la sostenibilidad y riesgos derivados para sus actividades, que les permita anticipar posibles cambios reglamentarios, cada vez más estrictos.
Nuevas iniciativas para revertir la pérdida de naturaleza
Estamos ante dos tendencias en el mercado, el activismo accionarial, donde la progresiva incorporación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) estos últimos años ha ido calando en la cultura empresarial de la alta dirección de las grandes empresas, y la inversión sostenible (nuevo activismo ambiental), que se empieza a plasmar en acciones directas sobre la degradación del planeta.
Según el último informe del Pacto Mundial, el 80 % de las empresas del IBEX 35 ya integran los ODS en sus memorias de sostenibilidad aunque sólo el 17 % establece metas cuantificables, destacando el objetivo nº 13 (Acción por el clima) como uno de los tres más desarrollados.
Es por ello, que es factible seguir trabajando en esta línea de acción climática, a través de nuevas iniciativas para revertir la pérdida de naturaleza y restaurar los sistemas naturales de los que dependen las economías y el bienestar, el denominado “Business for Nature”. En este sentido, el nuevo activismo que se incorpora en las empresas busca potenciar las acciones directas de restauración ambiental y de compensación de emisiones de GEI a través de proyectos concretos.
En consecuencia, asociado a los reportes de emisiones de GEI, las organizaciones tienen la posibilidad de compensar las emisiones resultantes sobre la base de la capacidad de absorción de carbono que tienen las diferentes especies arbóreas.
EULEN a la vanguardia en los ratings
Como ejemplo de la realización una gestión integral del cambio climático en una gran empresa, el Grupo EULEN se posiciona como referente a través del cálculo de huella de sus actividades desde el año 2014 y el desarrollo de su propio bosque sumidero de carbono corporativo. Una empresa pionera en la mitigación del cambio climático a través de la compensación de su huella de carbono, tanto propia como ofreciendo dichos servicios a terceros.
Si bien, este no es más que un ejemplo de que las grandes empresas españolas se encuentran posicionadas a la vanguardia de los ratings de sostenibilidad a nivel mundial, pero que hay que seguir trabajando en la adaptación para hacer frente a los riesgos del cambio climático, especialmente en sectores energéticos e industrias intensivas en carbono.
Para ello, las grandes empresas y en consecuencia el IBEX 35, deberá seguir adoptando medidas relativas no sólo a aspectos económicos sino también medioambientales, siendo un referente para el tejido empresarial español en su conjunto, para el logro de los nuevos retos y desafíos que incorpora el escenario de un cambio climático.