Estos son los mejores consejos para que no te engañen al comprar aceite de oliva
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El aceite de oliva es uno de los productos más apreciados de la gastronomía española y mediterránea. Su consumo se remonta a la antigüedad, cuando los griegos y los romanos lo consideraban un alimento sagrado y lo utilizaban para fines culinarios, medicinales, cosméticos y religiosos. Desde entonces, el aceite de oliva ha formado parte de la cultura, la historia y la identidad de los pueblos mediterráneos, que han sabido aprovechar las bondades de este líquido dorado y aromático. Estos son los mejores consejos para que no te engañen al comprar aceite de oliva.
El aceite de oliva no solo es un ingrediente imprescindible en nuestra cocina, sino también un aliado para nuestra salud. Numerosos estudios científicos han demostrado que el aceite de oliva tiene efectos beneficiosos para la prevención y el tratamiento de diversas enfermedades, como las cardiovasculares, las neurodegenerativas, el cáncer, la diabetes o la obesidad. El aceite de oliva es rico en ácidos grasos monoinsaturados, que ayudan a reducir el colesterol malo y a aumentar el bueno, y en polifenoles, que son potentes antioxidantes que protegen a las células del estrés oxidativo y la inflamación. Además, el aceite de oliva aporta vitaminas, minerales y otros compuestos bioactivos que contribuyen al buen funcionamiento del organismo.
Sigue estos consejos para que no te engañen al comprar aceite de oliva
Sin embargo, no todos los aceites de oliva son iguales ni tienen la misma calidad. Existen diferentes categorías y denominaciones que pueden confundir al consumidor y hacerle caer en el engaño de comprar un aceite de oliva de baja calidad o adulterado. Por eso, es importante saber cómo elegir el mejor aceite de oliva para nuestro paladar y nuestra salud. A continuación te damos los 5 consejos que debes seguir para que no te engañen al comprar aceite de oliva.
El único ingrediente que debe contener es “Aceite de Oliva Virgen Extra”
El aceite de oliva virgen extra (AOVE) es el de mayor calidad y el que conserva todas las propiedades nutricionales y organolépticas del fruto del olivo. Se obtiene directamente de las aceitunas mediante procedimientos mecánicos y a una temperatura inferior a 27ºC, sin ningún tipo de aditivo ni tratamiento químico. Por eso, el único ingrediente que debe contener es “Aceite de Oliva Virgen Extra”. Si en la etiqueta aparecen otros ingredientes, como aceites de oliva refinados, aceites de semillas, aromas o colorantes, se trata de un aceite de oliva de menor calidad o de un producto que no es aceite de oliva. Estos aceites suelen tener un precio más bajo, pero también un sabor más neutro, una menor duración y una menor cantidad de antioxidantes y vitaminas. Además, pueden contener sustancias nocivas para la salud, como disolventes, hexano o peróxidos.
Fíjate en el tipo de extracción
La extracción en frío es el método más adecuado para obtener un aceite de oliva virgen extra de calidad. Consiste en hacer pasar el aceite por un material o tejido poroso donde puedan quedar retenidas las pequeñas impurezas que el aceite lleva en suspensión. De esta forma, se consigue un aceite más limpio, transparente y brillante, que mantiene intactos sus aromas, sabores y antioxidantes naturales. La extracción en frío debe realizarse a una temperatura inferior a 27ºC, ya que si se supera este límite, el aceite puede perder sus cualidades y convertirse en un aceite de oliva virgen. Por eso, es importante que en la etiqueta del aceite de oliva virgen extra aparezca la indicación de “extracción en frío” o “cold extraction”. Si no aparece, puede que el aceite haya sido sometido a un proceso de extracción a mayor temperatura, lo que afecta negativamente a su calidad.
Nivel de acidez
El nivel de acidez es otro parámetro que nos ayuda a determinar la calidad del aceite de oliva. Se refiere a la cantidad de ácidos grasos libres presentes en el aceite y se expresa en porcentaje de ácido oleico. Estos ácidos grasos se producen al descomponerse las moléculas de triglicéridos, lo que puede ocurrir por oxidación y exposición al aire. Cuanto mayor sea la acidez, menor será la calidad del aceite, ya que indica que el aceite ha sufrido un deterioro o que las aceitunas empleadas para su elaboración estaban en mal estado o eran de variedades poco adecuadas. Según la normativa vigente, el aceite de oliva virgen extra no puede superar el 0,8% de acidez, mientras que el aceite de oliva virgen no puede superar el 2%. Los aceites que superan estos límites se consideran lampantes y no son aptos para el consumo directo, sino que deben ser refinados o destinados a usos industriales. Por tanto, es recomendable elegir un aceite de oliva con una acidez lo más baja posible, ya que esto garantiza su frescura, su sabor y su valor nutricional.
Envasado
El envasado del aceite de oliva es un factor clave para conservar su calidad y sabor. El aceite de oliva es un producto sensible a la luz, al aire, al calor y a las trazas metálicas, que pueden provocar su oxidación, su decoloración, su rancidez y su pérdida de propiedades. Por eso, el material del envase debe ser inalterable e inerte, y proteger al aceite de estos agentes externos. Los mejores envases para el aceite de oliva son los de vidrio oscuro, que evitan que la luz penetre y altere el aceite, y los de acero inoxidable, que impiden el contacto con el aire y con las trazas metálicas. Estos envases también son los más ecológicos, ya que se pueden reutilizar o reciclar fácilmente. Los envases de plástico o de lata son menos recomendables, ya que pueden transmitir olores o sabores al aceite, o contener sustancias tóxicas como el bisfenol A. Además, el tamaño del envase debe ser adecuado al consumo que se vaya a hacer del aceite, ya que una vez abierto, el aceite se oxida más rápidamente. Por eso, es preferible elegir envases pequeños o medianos, que se puedan consumir en un plazo corto de tiempo, y mantenerlos siempre cerrados y en un lugar fresco y oscuro.
Denominación de origen
La denominación de origen es un distintivo de calidad que certifica el origen geográfico y las características específicas de un producto. En el caso del aceite de oliva, existen diferentes denominaciones de origen que garantizan que el aceite ha sido elaborado siguiendo unos criterios de calidad, tradición y sostenibilidad, y que tiene unas propiedades organolépticas únicas y diferenciadas. Algunas de las denominaciones de origen más reconocidas del aceite de oliva español son: Sierra de Cazorla, Baena, Priego de Córdoba, Sierra Mágina, Montes de Toledo, Sierra de Segura, Antequera, Les Garrigues, Siurana, Terra Alta, Bajo Aragón, Montoro-Adamuz, Poniente de Granada, Sierra de Cádiz, Montes de Granada, Campo de Calatrava, La Rioja, Navarra, Gata-Hurdes, Monterrubio, etc. Elegir un aceite de oliva con denominación de origen es una forma de asegurarse de que el aceite es de calidad, de apoyar a los productores locales y de disfrutar de la diversidad y la riqueza del aceite de oliva español.
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- Aceite de oliva