Cataluña

Fracaso estrepitoso de Torra con Moody’s: Cataluña seguirá siendo ‘bono basura’

Moody's advierte a Torra de que tienen que reducir su deuda

Todo apunta a que Cataluña no logrará salir del 'bono basura' antes de 2020

Quim Torra
El presidente de la Generalitat, Quim Torra (Foto: Efe)
Borja Jiménez

El presidente de la Generalitat, Quim Torra lo ha intentado por activa y por pasiva, pero no ha logrado nada. Tras reunirse con Moody’s para intentar que sus analistas saquen la deuda catalana del ‘bono basura’, la agencia de rating norteamericana ha sido rotunda: «Reduce pasivo, baja el ritmo de endeudamiento, y luego hablamos».

Este periódico ya avanzó, en primer lugar, que Quim Torra trabaja para que Cataluña vuelva a los mercados en 2020 y deje de financiarse a través del Fondo de Liquidez Autonómico (FLA). La región, cuya deuda está calificada como ‘bono basura’ por la gran banca de inversión, no puede emitir deuda en el mercado de bonos tradicional desde hace años. El motivo: nadie confía en ellos.

Precisamente por eso, el líder independentista se ha reunido con las grandes agencias de calificación para intentar salir del atolladero financiero en el que está sumergido. Fuentes conocedoras de esos movimientos relatan a OKDIARIO que Torra se ha reunido, entre otras, con la agencia Moody’s. Contactada por este periódico, la agencia de calificación crediticia ha admitido que se han producido tales reuniones y, según ha podido saber este periódico, la respuesta ha sido que primero tienen que hacer los deberes -reducir deuda- para recuperara el ‘grado de inversión’.

La deriva independentista, y el hecho de ser la comunidad autónoma más endeudada en términos absolutos y la tercera más apalancada respecto al PIB, no ayudan, en absoluto, a que Cataluña pueda financiarse del modo tradicional. La región debe unos 80.000 millones de euros a las arcas públicas de todos los españoles. Moody’s rebajó en 2016 el rating de Cataluña de Ba1 a Ba3, el nivel de Angola, Bolivia o Montenegro, entre otros países.

Fuentes de mercado recuerdan que Moody’s rebajó en 2016 el rating de Cataluña de Ba1 a Ba3, el nivel de Angola, Bolivia o Montenegro, entre otros países. De este modo, tal y como apuntan las mismas fuentes, la prima que tendría que pagar Cataluña al mercado tendría que estar al nivel de estos países: «Si la confianza sobre Cataluña es la misma que la que hay sobre Angola, tendrán que pagar grandes primas para convencer a los inversores de comprar su deuda».

Cataluña lleva ya seis años sin la posibilidad de financiarse en los mercados, dado que su deuda está catalogada como ‘bono basura’, con lo que su principal forma de financiación es a través del Fondo de Liquidez Autonómica (FLA), es decir, a través del bolsillo de todos los españoles.

El FLA es una línea de crédito creada por el Gobierno español en julio de 2012 en plena crisis económica para que el Estado preste dinero a las Comunidades Autónomas que generen más desconfianza y que éstas no tengan que recurrir a financiar su deuda en el mercado. A día de hoy, aproximadamente un 80% de la deuda de la Administración catalana está en manos del Estado.

Vuelta al mercado

El secretario general del departamento de Vicepresidencia y de Economía del Govern, Albert Castellanos, anunció hace unos días que la Generalitat barajaba volver a emitir deuda en los mercados financieros a partir de 2020, si bien es cierto que supeditó este objetivo a que se den una serie de condiciones financieras: cuadrar el objetivo de déficit, cumplir con la regla del gasto y “ser capaces de reestructurar la deuda de la Generalitat, que supone el 300 % de sus ingresos ordinarios”.

Gisela Turazzini, cofundadora de BlackBird, reconoce que, por poder, Cataluña puede volver a los mercados en 2020: «Más allá del posicionamiento social sobre las inquietudes nacionalistas y políticas de cada uno, la realidad económica de Cataluña, como de cualquier otra región de España, permite acudir al mercado de capitales a financiarse». «Es cierto que dentro de los riesgos que se contemplan en el mercado, el riego país es un riesgo que pesa sobre el coste de financiación», continúa la experta, que recuerda, además, que “la situación política actual haría pagar un sobreprecio al contribuyente, como es evidente, dado el mal ambiente que respiramos, debido a que el mercado exigirá una prima de riesgo país por una situación socio-política que genera siempre un atisbo de duda sobre la capacidad de pago que, cifras en mano, no debería de existir”.

«Al final, los mercados de capitales valoran siempre la capacidad de pago y los riesgos que subyacen sobre los activos y, actualmente, la deuda pública se ha convertido en Europa en un activo con bastante volatilidad, si atendemos a la comparación histórica. Esto provoca que el coste de financiación implique una prima de coste, que en el caso de Cataluña supone pagar un precio en costes financieros, como consecuencia del riesgo secesionista», concluye Turazzini.

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