García-Margallo: «Debemos caminar hacia los Estados Unidos de Europa»
Sólo la presentación de buenos libros nos permite reunir para debatir a primeros espadas de nuestro panorama social. La crisis existencial de Europa [Deusto], escrito por César Molinas y Fernando Ramírez brindó en la Fundación Rafael del Pino la oportunidad de confrontar puntos de vista entre dos europeístas convencidos; Joaquín Almunia y José Manuel García-Margallo.
Haciendo de moderador estuvo Carles Casajuana, escritor, diplomático y ex embajador de España en el Reino Unido. Que no ocultó que últimamente del ámbito europeo sólo llegan noticias mala y un asunto que es claro; el diseño europeo cuando menos es incompleto.
Joaquín Almunia, ex vicepresidente y dos veces comisario europeo, recordó que Jean Claude Juncker habla mucho del título del libro para recordar las múltiples amenazas con las que se enfrenta el Viejo Continente, tales como el Brexit, la desafección política, Trump, los populismos de izquierdas y de derechas… Menos mal que Macron ha retomado el liderazgo político francés que es el que siempre ha tirado de Europa, aseguró el líder socialista.
De hecho, don Joaquín asegura que la UE no es parte del problema sino realmente la solución a buena parte de las cuestiones que nos acechan. Aunque se ha funcionado muy bien la crisis ha descubierto las carencias que nos debilitan por lo que el dos veces comisario pidió más convergencia económica entre los países más ricos y los más pobres de Europa. Aunque la mutualización de la deuda europea es todavía una utopía esta es la senda por la que hay que transitar igual que nos dotemos de un ministro de Economía europeo, rematar la unión bancaria y perfilar todos los flecos políticos que nos separan de ser un bloque homogéneo.
José Manuel García-Margallo, ministro de AAEE, aseguró que «caminamos indefectiblemente hacia los Estados Unidos de Europa», fórmula para resumir que habrá instituciones supranacionales que dirigirán los países y sólo los asuntos «domésticos» serán motivo de interés para los parlamentos nacionales. Prueba de que todavía no estamos muy cohesionados, dijo Margallo, ha sido por ejemplo la crisis de los inmigrantes que se ha resuelto con alfileres dijo el exministro popular.
Afirmó que de momento no se puede incrementar el número de países miembros hasta que no ordenemos la casa pero sí dijo que un asociacionismo plus con UK, Rusia y Turquía convertiría a la UE en un player con más empaque del que actualmente tiene. Remató afirmando que sigue habiendo mucha desconfianza entre los países del norte de Europa (hormigas) frente a las cigarras sureñas.
Fernando Ramírez, fue vicepresidente de la CNMV y alto directivo de la Caixa, recordó que la crisis la han padecido en menor medida aquellos países que eran más ahorradores, lo que es un aviso a navegantes para los latinos, y dijo que para él la seguridad es lo que está marcando el futuro del Viejo Continente.
En el ámbito del Estado del Bienestar es lo que preocupa a los populismos de izquierdas (que no haya pensiones, recortes sociales, precariedad, falta de perspectivas) y en los populismos de derechas que Europa no disponga de una ejército fuerte y de unas estructuras de seguridad suficientes para hacer frente a las diferentes amenazas que siempre acechan. Llegó a preguntarse si podríamos mandar una brigada lo suficientemente preparada íntegramente europea a solventar a día de hoy un problema específico.
César Molinas, fue 7 años directivos de Merrill Lynch, también estuvo en la CNMV y es doctor en matemáticas por la London School of Economics.
Pidió capacidad nuclear táctica para Europa así como un FBI europeo y recordó que mientras USA tiene un tipo de tanque, en Europa tenemos 13 como ejemplo de lo difícil que es coordinarnos incluso para defendernos.
También recordó que en Europa en general y en el Sur en particular es complejo que la gente acepte el parecer que otros tienen sobre determinados asuntos. Sólo el impulso francés podrá superar las barreras que siempre han tenido los alemanes para dar el gran paso de la integración total, vino a decir.
En La crisis existencial de Europa, un libro realista y osado al mismo tiempo, Molinas y Ramírez Mazarredo repasan el pasado del continente y sus hitos más importantes en los últimos siglos, hacen una radiografía del estado de la Unión en la actualidad y ofrecen un posible camino para el futuro.
Un camino que, para eludir el inmenso coste de una no-Europa, nos conduzca a una mayor integración y convergencia que permita equilibrar la relación entre los Estados, fomentar el progreso económico y fortalecer las políticas de defensa y seguridad, al tiempo que se revisa a fondo la política migratoria.
El fantasma del pesimismo recorre Europa. Para superarlo, La crisis existencial de Europa plantea una acción concertada de todos los actores que instaure, más allá de fórmulas políticas y administrativas, un verdadero sentimiento de pertenencia a Europa.
La portada del libro la constituye una mítica foto en la que el canciller alemán, Helmut Kohl y el presidente francés Miterrand se dan la mano frente al monumento por los soldados caídos en las diferentes guerras que han asolado Europa.