El Real Madrid empieza la Champions con victoria por 0-2 ante el Vllaznia albanés. Las madridistas arrollaron a la cenicienta de grupo, aunque se les resistió en exceso el gol. Finalmente, lo lograron por medio de Esther y Olga, cumpliendo con el trámite en esta primera jornada de la fase de grupos.
Contaban las madridistas con una ausencia importantísima de última hora. Caroline Weir sufría una sobrecarga y se caía de la convocatoria, pese a haber formado parte de la expedición. Con varios cambios en el once, las madridistas se presentaban en Shkoder con Misa bajo palos, escoltada por Kathellen y Rocío en el eje de la zaga y Kenti y Svava en los costados. Freja Siri, Tolleti y Zornoza aparecían en un novedoso centro del campo, mientras que Olga, Athenea y Esther arriba.
Era importante empezar con buen pie y si han demostrado algo las blancas en este arranque del curso, es fiabilidad. Como prueba, las remontadas ante Rosenborg o Alavés. En esta ocasión, los goles tardaron en llegar y, pese a que parecía un partido plácido, pudo llegar a complicarse.
Y es que las blancas salieron con todo, hasta el punto de poder adelantarse en los primeros segundos por medio de Athenea. La diferencia de nivel era tal que las blancas no salieron prácticamente del campo de las albanesas. Pero los goles se resistían por la buena labor de la portera Williams y por los palos. Hasta en cuatro ocasiones estrellaron las blancas el balón en el poste.
No fue hasta la segunda parte cuando se abrió el marcador. Esther, que venía de hacer un hat-trick en Liga, no perdonó y abrió la lata al poco de comenzar la segunda parte. Siguieron insistiendo las madridistas, que encontraron la tranquilidad a falta de un cuarto de hora, tras un penalti cometido sobre Olga. Fue ella misma la que se encargó de transformarlo.
Pudieron llegar más goles, pero las blancas no estuvieron del todo finas. Aún así, la superioridad fue total y los números hablan por sí solos: 33 remates, 19 córners y 72% de posesión. La Champions empieza con buen pie para las blancas, que la próxima semana tendrán la primera de sus grandes pruebas de fuego: la visita del París Saint-Germain.
