Verstappen sigue siendo el rey en México y Aston Martin se convierte en el bufón

Max Verstappen se superó a sí mismo en el Gran Premio de México, donde sumó su victoria número 16 en el Mundial de 2023 de Fórmula 1, batiendo el récord de carreras ganadas en una temporada marcado por él mismo el año pasado. El tricampeón del mundo sigue clavando su bandera allá por donde pisa y aguó la fiesta de Ferrari en el Autódromo Hermanos Rodríguez. Finalmente, la escudería italiana se tuvo que conformar con el podio de Charles Leclerc (3º), quien acompañó a Lewis Hamilton (2º). Carlos Sainz bajó a la cuarta posición en la prueba mexicana, mientras que Fernando Alonso abandonó de nuevo.

Da igual que salga primero, tercero como hoy o último. Como diría un famoso mariachi, Verstappen sigue siendo el rey de este deporte y lo ha vuelto a demostrar en Ciudad de México. Ya son 16 victorias este año, más que cualquier piloto de la historia en cualquier Mundial, una hazaña más para el avión holandés de Red Bull que iguala a Alain Prost en número de triunfos y se pone a dos de Sebastian Vettel.

La carrera comenzaba accidentada en la primera curva, donde Verstappen se coló entre los dos Ferrari para ponerse en cabeza, dejando a Sainz a su derecha y a Leclerc a su izquierda. Este último impactó con Checo Pérez, que venía adelantando por detrás. Su Red Bull saltó por los aires y acabó con los pontones del lado derecho destrozados, lo que le obligaba a abandonar en su tierra cuando apenas había corrido una vuelta.

En cambio, Leclerc no paró en boxes después del incidente y, pese a que perdió el primer puesto, resistió detrás del líder en las primeras vueltas. Alonso no tuvo una buena salida y el ritmo del Aston Martin le llevó hasta la decimosexta posición, siendo incluso superado por su propio compañero, Lance Stroll, que volvía a salir desde el pit lane por segunda vez consecutiva.

Verstappen no da opción en México

Quizá Verstappen apretó de más en el tramo inicial de la prueba y quizá por eso recibió la llamada a boxes de Red Bull en la vuelta 21. Mientras le avisaban del riesgo de degradar sus neumáticos antes de tiempo si seguía empujando al máximo, le colocaron un juego de duros nuevos. Él seguía a lo suyo y adelantó a George Russell y a Lando Norris de una tacada.

Los Ferrari seguían aguantando su primer recambio de ruedas con la intención de aferrarse lo máximo posible a los dos primeros puestos y alejarse del tiburón neerlandés que ahora volvía a acechar desde la distancia. El duelo de Sainz era con Hamilton, que paró en la vuelta 25 y dio un respiro al español. Aun así, su ritmo era mucho inferior al de su compañero, que se escapó de él y seguía líder a la espera de Verstappen.

El piloto madrileño ni se protegió del holandés cuando le dio caza porque su carrera estaba con el de Mercedes y era en búsqueda de otro podio más. Verstappen estaba volando sobre el asfalto y le empezó a recortar medio segundo por vuelta a Leclerc, que paró en boxes en la vuelta 32. Antes había Sainz, que perdió la posición con Hamilton.

Accidente de Magnussen y bandera roja

La FIA sacó la bandera amarilla por un accidente de Kevin Magnussen en la vuelta 33. La rotura de la rueda izquierda de su Haas hizo que su coche se le fuera de control en una curva, quedando destrozado por completo. El monoplaza empezó a arder por su parte trasera y dirección de carrera se veía obligada a cambiar el color de la bandera a rojo, por lo que la carrera daba un giro de 360 grados en el ecuador.

La bandera roja podía cambiarlo todo y los pilotos tomaban de nuevo su camino a la parrilla de salida casi media hora después del incidente del danés. Sin embargo, poco o nada cambió. Verstappen se mantuvo en cabeza tras la nueva salida, pero Sainz no era capaz de pasar a Hamilton, viéndose ahora en apuros delante de su compañero, Russell.

Hamilton sacó toda la agresividad que llevaba dentro y que no fue recompensada en Austin para adelantar a Leclerc por la derecha en la recta principal y colocarse segundo. La carrera de Alonso seguía en declive, cayendo a la última posición de los que permanecían en pista tras la segunda salida, pero adelantaba a Guanyu Zhou en la vuelta 46.

Alonso y Stroll abandonan

Poco le duró la alegría porque poco después recibía la llamada de Aston Martin desde el muro pidiéndole que retirase el coche. No tenía sentido seguir deambulando por el trazado mexicano, algo de lo que los británicos no se dieron cuenta hasta la vuelta 50. Acto seguido, Oscar Piastri y Yuki Tsunoda se chocaban por un exceso de ambición del japonés, que se salía fuera de la pista y quedaba relegado a las últimas posiciones.

La situación de carrera no variaría mucho más, salvo un adelantamiento de Norris a Daniel Ricciardo y a Russell para ponerse quinto. Verstappen se llevaba la victoria en México, territorio de su compañero de garaje, mientras que Sainz se tenía que conformar con el cuarto puesto a la espera de una investigación a Leclerc.

Por su lado, Alonso mordía el polvo con su abandono, consumándose así su peor momento desde que aterrizó en Aston Martin. También lo hacía Stroll, cuyo coche fue retirado a dos vueltas de cruzar la meta. De esta forma, la escudería británica cerraba su primera carrera sin que ninguno de sus dos pilotos finalizase.