El tramadol de Nairo
Todo lo que envuelve al dopaje es terreno resbaladizo y confuso. La semana nos ha dejado un impacto. La resolución desfavorable del TAS a la defensa argüida por Nairo Quintana, después de la descalificación sufrida en el pasado Tour de Francia al haberse demostrado el uso indebido del tramadol. Un medicamento que, si bien no figura en el listado de los medicamentos prohibidos, el rigor de la UCI en todo lo que concierne al gran enemigo del ciclismo, ha abocado al colombiano a estar viviendo el peor momento en su carrera deportiva.
Pocos días después de anunciar felizmente su renovación por el Arkea, se le hizo de noche a Nairo Quintana. La ley del péndulo descargó sobre el ciclista. Su hasta entonces equipo rescindió el acuerdo y, desde entonces, el dichoso tramadol le persigue allá donde va. Este medicamento está perseguido por ser un calmante del dolor que puede influir en el rendimiento deportivo. El uso frecuente por parte del pelotón de este remedio alertó en su día a la UCI, que terminó por incluirlo en la lista negra.
Ahora Nairo se enfrenta a la descalificación del pasado Tour y a una leve sanción económica, pero, sobre todo, a ver como a sus treinta y dos años todas las puertas que toca se le cierran. Todas las palmas se han tornado en lanzas. La nueva temporada cada día está más cercana, y el colombiano permanece sin equipo ni perspectiva de encontrarlo. Estamos hablando de un ganador del Giro y La Vuelta, y tres podios en el Tour, entre otros muchos otros triunfos de postín.
Es difícil definirse de forma cerrada en el caso. Nairo es un ciclista limpio. A lo largo de su carrera lo ha demostrado. Pecó de negligente, quizá de exceso de confianza. La misma que me inspira a declararle inocente por dolo en su culpa. Merece la oportunidad que su brillante trayectoria le otorga. La UCI ha actuado correctamente. No se puede ser tibio en cuestión de dopaje. Es una materia excesivamente frágil, especialmente cuando hablamos de ciclismo. Por poco no se lo carga. Sin embargo, el tramadol no debería sentenciar y truncar la carrera deportiva de Nairo Quintana. No se lo merece.