El Sevilla baja al Barcelona a la tierra
El Sevilla se impuso al Barcelona (2-0) en el partido de ida de semifinales de la Copa del Rey. Un golazo de Koundé decantó la balanza y Rakitic sentenció
El Sevilla golpea primero al Barça, y lo hace con la contundencia que significa un 2-0 en eliminatoria a doble partido. El conjunto dirigido por Julen Lopetegui llevó a la máxima expresión la esencia del cholismo, con un planteamiento defensivo casi perfecto, aderezado por la aparición estelar de un Jules Koundé que no tuvo suficiente con liderar la resistencia atrás y anotó un auténtico golazo en la primera. Ivan Rakitic, cumpliendo con la ley del ex y agradecido por el regalo de la defensa culé, ponía el segundo en una noche negra del barcelonismo, que se queda en el limbo en su «camino más corto» a un título.
Las semifinales de la Copa del Rey se abrían con la eliminatoria estrella de cuantos equipos –cuatro– quedan vivas en competición. El vigente campeón de la Europa League, el Sevilla, se medía al otrora todopoderoso Barça, que ahora, en horas bajas, busca motivos para reflotar de manera inmediata. El duelo, recordemos, de ida –en semifinales ya no hay partido único en la Copa–, depararía también una lucha táctica entre dos entrenadores intervencionistas como Lopetegui y Koeman.
Ambos estrategas dispusieron en su tablero a la mayoría de sus piezas titulares, con Messi, De Jong o Dembélé en el Barça y En Neysri, Kounde y el recién llegado Papu Gómez haciendo lo propio en los locales. La perspectiva del encuentro era de órdago, y sólo quedaba por comprobar si los protagonistas serían capaces de colmar las expectativas.
El mérito del Sevilla desde la llegada de Lopetegui ha residido en su solidez, lejos de las versiones más llamativas en lo ofensivo que desplegó en la selección o en sus meses en el Real Madrid. El conjunto de Nervión es capaz de exponerse en lo ofensivo porque atrás cuenta con un triángulo de absoluta seguridad formado por Diego Carlos, Koundé y Fernando. Ellos, junto a Bono, permiten la posibilidad del cero en la portería, y el Barça, con Messi desactivado y Dembélé falto del toque final, lo experimentó en los primeros 45 minutos.
El partido llevaba el ritmo que quería un gran Sevilla, quien a la contra conllevaba peligro con Suso reteniendo, el Papu lanzando y En Neysri corriendo, pero el Barça podía anotar el primero en cualquier momento. El toque de una estrella podía cambiar el signo del partido, pero los culés se encontraron con que la aparición vestía de blanco y no de azulgrana, y para colmo, teóricamente, era central.
Sevilla – Barcelona: Koundé ‘superstar’
Jules Koundé es uno de los futbolistas del momento. Sus condiciones como central –rápido, ágil, expeditivo– le han coronado al top de la posición, sobre todo en cuanto a jóvenes, pero su ascendencia en el juego va mucho más allá. Cualquiera que imagine un gol del francés lo hará tras la salida de un córner, o rematando una segunda jugada en una falta lateral.
Sin embargo, el crack del Sevilla –sí, crack– iba a hacerlo con una conducción digna de un box to box y un doble regate que mezcló de forma justa calidad y oportunismo. El final de la jugada era lo de menos, siempre y cuando su remate mordido entrara, como hizo, en la meta de Ter Stegen. Un golazo con mayúsculas de un futbolista que merece una denominación mucho mayor que la de ‘gran central.
El golazo del Sevilla descolocó al Barça como lo habría hecho con cualquiera, e hizo que los teóricos titulares parecieran por el momento pequeños ante un equipo muy bien planteado y mejor plantado sobre el terreno de juego. El descanso trajo el reposo necesario para los protagonistas, exhaustos en medio del vértigo del calendario, y nuevas propuestas de cara a la segunda mitad.
La efectividad e intensidad del Barça en la presión se multiplicaron de forma directamente proporcional, colocando al equipo culé donde necesitaba, en el borde del área de Bono. Messi tuvo dos remates que no encontraron el gol, bien por choque con la defensa o por parada de Bono, y De Jong, con todo a favor, constató que Koundé, más allá de los goles, es de profesión defensor, y de los que valen millones.
A la contra, el Sevilla también sumaba números para un 2-0 que podía encarrilar la eliminatoria peligrosamente para el Barça, pero primero En Neysri y más tarde Aleix Vidal marraban sus ocasiones sin siquiera probar a Ter Stegen. Perdonar suele salir caro, pero este Barcelona hace mucho ruido… pero pocas nueces.
Sevilla – Barcelona: Rakitic vacuna a la contra
La falta de pegada de los de Koeman y la espléndida colocación de la defensa del Sevilla hicieron que Bono prácticamente no tuviera que intervenir, al menos en acciones importantes. Tan cerca –o tan lejos– quedaba el 1-1 como el potencial 2-0, ya sin En Nesyri para correr a la contra y con Munir en su función, mientras De Jong, Luke, bajaba los balones.
Las probabilidades de que el Sevilla marcara un segundo tanto eran escasas, aunque todo ello sin contar con un fallo, grosero, de Umtiti. En una jugada en la que los centrales deben mantener la calma y dominar por mera repetición, el francés salió a destiempo a tirar la línea de fuera de juego, lo cual, con el Barça volcado en ataque, supuso una ocasión manifiesta de gol. Rakitic, curtido en mil batallas y oportunista como el que más, fue el encargado de tirar, dentro del área y libre de toda marca, y no dudó en fusilar a su ex compañero Ter Stegen para poner al Sevilla con un pie en la final.