Final Mutua Madrid Open 2024

Rublev remonta a Auger-Aliassime y conquista Madrid por primera vez

Andrey Rublev se proclamó campeón del Mutua Madrid Open 2024 tras vencer a Felix Auger-Aliassime en una emocionante final

Andrey Rublev, Rublev Madrid
Andrey Rublev celebra un punto en la final. (Getty)
Nacho Atanes
  • Nacho Atanes
  • Redactor de deportes y canterano de OKDIARIO. Desde 2016 cubriendo la información de tenis. También baloncesto, fútbol, ciclismo y otros contenidos.

Andrey Rublev es el nuevo ganador del Mutua Madrid Open. El tenista ruso, que partía como favorito en la final, supo sufrir y remontar a Felix Auger-Aliassime en dos horas y 48 minutos, en los que se dibujó un épico marcador de 4-6, 7-5, 7-5, que corona a Rublev en la Caja Mágica, sucediendo a Carlos Alcaraz y confirmando que su tenis, cuando está centrado, es de los mejores del circuito ATP sobre tierra batida. 

La final del Mutua Madrid Open 2024 no era lo que se esperaba, al menos en lo que a protagonistas masculinos se refiere. Las bajas previas –Djokovic–, las lesiones en mitad de los partidos –Medvedev–, las retiradas –Sinner– e incluso la baja forma de tenistas como Nadal o Alcaraz, hizo que Felix Auger-Aliassime y Andrey Rublev fueran los protagonistas de un encuentro por el título entre outsiders, algo descafeinado, pero con la igualdad y la emoción de una final prácticamente aseguradas.

Los dos contendientes se combinaban para dar pie a una máxima que suele asegurar un punto extra de cara a estos partidos, como es la disparidad de caracteres. Auger-Aliassime, introvertido y alejado del volcanismo que desprende Andrey Rublev, era el tapado, tras llegar a la final al beneficiarse de tres retiradas de rivales, mientras que el ruso era, por ranking y victorias previas, el favorito de un encuentro final que contó con el favor del público madrileño, que abarrotó las gradas del Estadio Manolo Santana, donde se vivió un gran ambiente.

Auger-Aliassime se benefició nada más salir de su condición de outsider a la victoria y mostró una concentración y una precisión extraordinarias para hacer sucumbir a Rublev, nervioso y con dos dobles faltas nada más empezar, en el primer juego del encuentro. El break del canadiense marcaría la diferencia porque, desde ahí, la solidez y sobriedad de su servicio y su derecha se valdrían por sí mismas para no pasar demasiados apuros. Incluso logró Felix un doble break, minimizado por Andrey Rublev, quien no podía evitar que el primer set de la final se marchara al casillero de su rival, por 6-4.

Rublev necesitaba una reacción inmediata, una vez su condición de favorito se había visto mermada por un inicio muy negativo. Auger-Aliassime había empezado a mostrar carencias por su lado débil, el del revés, y el ruso comenzó a percutir ahí, variando también con su drive, en todas las direcciones, tratando de encontrar esa grieta que no pudiera subsanar el saque del canadiense.

Los juegos fueron pasando sin break, encaminando la decisión al momento decisivo, donde Rublev cumplió con su cometido, manteniendo el saque, y Felix Auger-Aliassime no pudo hacer lo propio. Llegaba, en el último momento posible, la rotura que colocara la igualdad en el marcador. Nos marchábamos al tercer set y Andrey, siempre expresivo, lo celebraba con su box, liderado por su entrenador Fernando Vicente. «¡Vamos coño, vamos coño, vamos coño!», se repetía el ruso, tras sobrevivir y colocarse a un set del título.

Expresivo y valiente, también favorito de nuevo, las acometidas de Rublev pusieron en jaque una y otra vez a Auger-Aliassime durante sus turnos de servicio en el tercer set, pero el canadiense subió enteros en los momentos más calientes, y con un repertorio de puntazos, aguantó y aguantó hasta mandar la decisión del partido, de la final y del campeón del Mutua Madrid Open, al tramo decisivo.

Los recuerdos de lo vivido el día anterior en la final femenina entre Swiatek –campeona– y Sabalenka inundaban la Caja Mágica en una nueva final que hace honor a un torneo muy mermado en este 2024 por las lesiones. Auger-Aliassime y Rublev estaban siendo, alejados de los focos, más que dignos finalistas, pero sólo podía haber un ganador. Fue Andrey Rublev, el que, tras dos horas y 40 minutos de juego, pudo, con el break decisivo en el bolsillo, lanzarse a la tierra de Madrid y celebrar, a su manera, por todo lo alto, y con total merecimiento, su segunda conquista de Masters 1000 y la primera en el Mutua Madrid Open.

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