La receta de Rahm para emular a Seve: talento, perseverancia y personalidad
Jon Rahm se ha convertido en el segundo español en coronarse como número uno del ranking mundial de golf. El juego de Rahm es diferencial, pero son su mentalidad y personalidad las que hacen de él un aspirante a jugador histórico y sucesor de Seve Ballesteros para el público español
El ascenso al Olimpo de Jon Rahm tuvo los alicientes necesarios para construir el primer capítulo de una carrera deportiva que apunta a pertenecer al selecto grupo de los mejores de siempre en el mundo del golf. El de Barrika llegó al número uno del mundo tras proclamarse campeón del torneo ideado por una leyenda como Jack Nicklaus, el Memorial Tournament de Dublin, Ohio, y sucedió al hasta el momento único español en liderar el ranking mundial de golf, Severiano Ballesteros.
Esta tarjeta presentación confirma a Rahm, el 24º número uno de la historia, como un elemento diferencial en el mundo del golf, donde llegar al número uno tiene un mérito ineludible pero en el caso de Jon, es sólo el primer paso de una carrera que apunta a mayores focos, con los major como principal objetivo a partir de ahora, con la vitola de líder del ranking acompañándole para añadir presión sobre una figura que ha demostrado no amedrentarse ante la adversidad.
El gran secreto de Rahm va más allá de su juego. Con una personalidad abrumadora, Jon es extremadamente competitivo y metódico, con todo enfocado a mejorar como jugador de golf. Se le achacó que su físico no era el más apropiado y después de un análisis exhaustivo, no tuvo problema en quitarse una decena de kilos, a los que ya está acostumbrado como demostró en el Memorial, en el que su cabeza hizo el resto para sobreponerse a la presión del número uno y a una mala racha en el momento clave del domingo.
«Soy una persona que procesa las cosas cuando todo pasa, en unos días o semanas, pero entrar en la historia de España al lado de Seve es increíble», afirmaba Jon al término del Memorial, en el que se llevó los elogios de Nicklaus por su golpe, absolutamente extraordinario, que finiquitó el torneo en el 16. Su tranquilidad eclipsa a la euforia y le permite mantener los pies en el suelo también de cara a la opinión pública, en una postura de auténtico campeón.
Un major y la presión del nuevo Seve
La convivencia de Rahm con el número uno no será tan pesada en comparación con la presión que él mismo se pone en su próximo gran objetivo. Después de mostrar su regularidad en el circuito hasta convertirse en el mejor, Jon quiere escribir cuanto antes su nombre entre los vencedores de un major –Open Británico, Masters de Augusta, US Open y PGA Championship–, algo a lo que no estaría obligado por edad, con apenas 25 años, pero sí por presión, propia y popular. A fin de cuentas, es el sucesor de Severiano Ballesteros, uno de los mejores deportistas de la historia de España, y le ha llegado el momento de escribir su historia.
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