Pone los pelos de punta: así sonó el himno de España en la final de la Liga de las Naciones

La Cartuja rugió como nunca en la final de la Liga de Naciones, donde España se jugaba otro título. El olímpico sevillano se volcó con la selección femenina, que buscaba sumar un nuevo trofeo, sólo seis meses después de la consecución del Mundial en Australia y Nueva Zelanda. El himno de España se entonó como nunca en unas gradas que presentaban un gran aspecto, puesto que hubo más de media entrada en un estadio con capacidad para más de 57.000 espectadores. Todo un récord.

El escenario favorito para la Federación en los últimos años era el escogido para albergar la primera final de la selección femenina en territorio español, la de una Liga de Naciones a la que había llegado tras golear en semis a Holanda. Las de Montse Tomé estaban ante un nuevo reto, después de conseguir el billete para los Juegos Olímpicos de París 2024 el pasado viernes.

Entonces, el duelo también se celebró en La Cartuja, a pesar de que en un principio estaba previsto disputarse en el Nuevo Mirandilla de Cádiz. A pesar del cambio, que se realizó con dos semanas de antelación, la respuesta de la afición fue incontestable, con cerca de 22.000 espectadores. Una cifra que, ahora, en la final, se ha superado. En este caso, sí que se conocía que España disputaría la final o el partido por el tercer y cuarto puesto en el olímpico de la capital andaluza y la afición acudió a la cita.

Saltaron las jugadoras al terreno de juego y la afición se dejó la voz para entonar los acordes del himno de España. Poco importaba que sobre el verde no estuviera la gran estrella de este equipo, una Alexia Putellas que esperaba su momento en el banquillo. Enfrente, una selección francesa que también se dejó notar sobre las gradas, aunque en una inmensa y evidente minoría.

El himno de España sonó como nunca en La Cartuja

Para el encuentro, Montse Tomé no dudó y tiró del mismo equipo que había jugado la semifinal contra Holanda. Este era el formado por Cata Coll en portería; Ona Batlle, Laia Codina, Irene Paredes y Olga Carmona en la línea de cuatro defensiva; Laia Aleixandri como pivote, con Aitana y Jenni Hermoso por delante; mientras que en ataque aparecían Athenea, Mariona y Salma Paralluelo.

La selección buscaba un título nuevo, después de haber tocado el cielo en Sídney en agosto. España volvía a una final seis meses después y lo hacía rodeada de su gente, de su afición, una afición sevillana que se volcó con las campeonas del mundo en busca de la Liga de Naciones.

Desde horas antes del partido, los exteriores del estadio sevillano estaban repletos de aficionados que apuraban para hacerse con una entrada para el partido o para equiparse para la ocasión con los colores de nuestra bandera. Todo era poco para apoyar a una selección que llevó a La Cartuja a darlo todo desde el comienzo del encuentro, en busca de llevar en volandas al equipo nacional, que quería seguir haciendo historia.