Pedri apaga un incendio
El canario lidera la remontada del Barcelona en Estambul con un gol memorable
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El FC Barcelona se ha clasificado para cuartos de final de la Europa League tras firmar una meritoria victoria a domicilio frente al Galatasaray (1-2). La magia de Pedri, autor de un gol memorable, guió a su equipo a una remontada que le permite seguir peleando por un título esta temporada y evita urgencias a Xavi Hernández antes del Clásico contra el Real Madrid.
Xavi alineó un equipo de plenas garantías a pesar de que dejó en el banquillo Ronald Araujo, cuya segunda suplencia consecutiva supo sospechosa en clave renovación, Gavi y Ousmane Dembélé. El sitio del galo en el extremo derecho fue esta ve para Adama Traoré, que no desbordó como otros días, pero al menos abrió huecos para un Sergiño Dest cada vez más entonado. Pero para entonación, la de Pedri y sus violines, uno en cada pierna. Cómo sonaron por encima de las gargantas de 50.000 estambulitas. Dignos de una lista de Spotify…
Antes de que el canario firmara la jugada de la noche, Frenkie de Jong marró un mano a mano en el minuto 10 ante Iñaki Peña, que ni tuvo que intervenir porque la pelota se marchó fuera. El Galatasaray no perdonó la suya. A la media hora de juego, Ferran Torres se durmió en un saque de esquina y Marcao, capitán de los turcos, lo aprovechó para lanzarse de cabeza a inaugurar el marcador. Lo celebró con mucha rabia, tanta que reventó el banderín de córner y vio la tarjeta amarilla. Poco le importó. Rugía el infierno otomano.
El Barça se veía abajo por primera en esta Europa League y pagaba su falta de clarividencia. Domenec Torrent, experto conocedor del estilo Barça, dio órdenes claras a sus jugadores para que Sergio Busquets ni oliera la pelota y a cambio dejara libre la salida de los centrales. Eric García salía en conducción, atravesaba la línea central y se detenía sin saber qué hacer. Ocurrió varias veces. El Barça necesitaba un faro y apareció el que más ilumina.
La jugada empezó por la izquierda, donde Ferran se desquitó de su fallo anterior con un gran pase interior a Pedri. El centrocampista tuvo paciencia, sacos de paciencia, para construirse el disparo que quería. Le salió un defensa. Lo sentó. Le salió otro. También lo sentó. Casi encima de Iñaki Peña, batió a su excompañero a placer. Puro hielo para apagar el infierno. La acción recordó al gol de Raúl en la final de la Copa Intercontinental de 1998 ante el Vasco da Gama. La primera parte se cerró con un cabezazo de Aubameyang al travesaño.
Aubameyang remonta y Pedri gobierna
La segunda empezó con Dembélé en el campo en sustitución de Adama. Ni siquiera había tocado la pelota cuando su equipo marcó el segundo. Una jugada de puro empuje de los pupilos de Xavi, que toparon dos veces con un inmenso Iñaki Peña. Se la paró a Busquets, luego a Pedri, pero quedó finalmente vencido por la pillería de De Jong. En vez de rematar, el neerlandés cedió de cabeza Aubameyang, que confirmó la remontada a puerta vacía. El africano sigue su particular luna de miel con el Barça.
La racha de buenas noticias para los azulgrana acabó con la lesión de Dest, que dejó su sitio a Araujo porque Dani Alves no está inscrito en la Europa League. El neerlandés se perderá el Clásico. El Galatasaray, que llevaba media hora sin inquietar a Ter Stegen, se desperezó con un trallazo lejano de Van Aanholt que no se abrazó la escuadra por poco. El Barça necesitaba dormir el partido y a su rival. A ello se puso con Gavi ya en el campo para asegurar mordiente en la medular.
Los visitantes dominaban pero no mataban el partido. Estaba a expensas de un susto y se lo llevó con dos buenas internadas de Aktürkoglu, sin duda el hombre más talentoso en poder de Torrent. Sin embargo, el extremo no encontró un socio para rematar sus intentos y el Galatasaray quedó abocado a la eliminación sin disponer de una oportunidad clara.
El partido murió con una ocasión de Memphis, que perdonó el tercero, y un encontronazo entre Jordi Alba y la grada turca, que le lanzó objetos en un saque de banda. El lateral respondió tirando un balonazo a la grada y fue amonestado. De víctima a verdugo en un infierno que no lo fue tanto para el Barça. Sigue viva la búsqueda de este trofeo que le falta en las vitrinas.