Nadal levanta el muro ante Mayer y ya está en tercera ronda
Golpeando a la pelota sin prisa, pero sin pausa, buscando el mejor momento para asestar el golpe definitivo, Rafa Nadal selló el pase a la tercera ronda del Open de Australia. El tenista español no dio opción a su segundo rival del cuadro, Leonardo Mayer, (6-3, 6-4, 7-6) en un encuentro controlado por un infalible español –sólo 10 errores no forzados–, que cada vez se encuentra más cómodo en su adaptación al primer Grand Slam del año y ya asusta desde la parte alta del cuadro.
El encuentro comenzó con retraso, debido a la inesperada prolongación de los dos partidos precedentes del cuadro femenino, en los que las favoritas, Svitolina y Wozniacki, sudaron sangre para sacar sus billetes a la tercera ronda. Nadal no quería que le sucediera lo mismo, y para ello traía la película bien aprendida.
El guión a seguir era el del primer partido frente a Estrella y no el del último enfrentamiento con Mayer, en el que cedió ante la agresividad del argentino en la pasada edición del US Open, permitiéndole un primer set que le hizo ir a remolque todo el encuentro, sea todo dicho, con magistral reacción. La solidez sin brillo exagerado fue la tónica del juego de Nadal, muy concentrado en no dotar de ventajas gratuitas al Yaca e intentar aprovechar el mínimo error para quebrar el servicio y comenzar a construir la ventaja.
Ocurrió en el segundo juego de saque del argentino, cuyo 40-15 de nada le sirvió con el número uno al acecho, preparado para saltar al cuello y atar a la primera un break a la postre decisivo para hacerse con la primera manga. Dos bolas de rotura en contra fueron levantadas para confirmar que no hubiera sustos. Rafa comenzaba ganando y ya despegaba hacia la tercera ronda en Australia. Lo más difícil ya estaba hecho.
La subida de velocidad llegó en el segundo set de la mano de su derecha, golpe siempre transmisor de sensaciones para el balear, y que dejó constancia de su comodidad encima de la Rod Laver Arena. Nadal aceleraba su drive casi en cada acción que resultaba posible y así sumó su segundo break del partido, elegido fríamente para comenzar otra manga con ventaja.
Los juegos venideros del segundo parcial traerían una tónica parecida, con Nadal inquebrantable al saque y Mayer sufriendo y haciendo gala de un juego notable para levantar cada uno de los suyos, con un rival merodeando con una nueva rotura decisiva. Subiendo a la red con valentía, ambos regalaron jerarquía y dominio de la situación, algo agradecido para los más madrugadores en España, que veían como salía el sol a la vez que Rafa alzaba el puño con otro set ya en el bolsillo.
Susto antes del final
Una de las armas de Nadal en este comienzo de año está demostrando ser el servicio, bien utilizado para dominar los puntos y con una velocidad en torno a los 200 km/h de media en el primer saque. Ante Estrella sólo la relajación por lo abultado del marcador hizo que llegara una rotura, pero con Mayer, en un encuentro más serio, Rafa no concedió prácticamente ningún resquicio más allá del comienzo y una nueva pelota que podía haber significado el 2-4 y las dudas en el tercer set, pero una derecha marca de la casa desvió los problemas antes del primer intento de cierre.
Antes del mencionado juego, Nadal había visto como Mayer, a base de saquetazos, le levantaba un 0-40 con el que el partido estaría prácticamente finiquitado, y después de la sobria igualada del manacorense, éste le devolvió a su rival la jugada anotándose un juego al resto que inició con tres puntos del Yaca. Todo parecía resuelto, pero el no tener nada que perder llevó a Mayer a jugarse –y meter– varios palos seguidos, rompiendo in extremis el servicio de su contrincante y llevando el set a una resolución en la muerte súbita.
La mejor versión de Nadal no se había marchado, solo había sido eclipsada momentáneamente, y salió de nuevo a la luz en un tie-break casi perfecto en ambos bandos, pero en el que Rafa marcó la diferencia con dos passing marca de la casa, antes de cerrar la contienda con un gran primero su pase a la tercera ronda del Open de Australia. Los fanáticos nadalistas pueden ser optimistas con su ídolo, porque a Rafa, en estas primeras muestras de juego de 2018, le corren las piernas y también la derecha. Los dos grandes argumentos tangibles de su juego están preparados para luchar por el título y, aunque queda muchísimo camino que resolver en la tierra de los canguros, Nadal ya es candidato a ganar en Australia.
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