Nadal – Djokovic: la gran semifinal

El clásico de los clásicos del tenis mundial se repite, por 58ª vez, y lo hace en la pista central de Roland Garros, la Philippe Chatrier, donde tuvo lugar la final de 2020, representativa de la derrota más dura de Novak Djokovic sobre Rafael Nadal. Meses después, ambos contendientes se miden en semifinales del torneo parisino, una ronda antes de lo que nos tienen acostumbrados, en un duelo de máxima exigencia, sobrada historia e inigualable acumulación de talento, y del que saldrá el indiscutible favorito al título de cara a la final.

La victoria de Novak Djokovic ante Matteo Berrettini el pasado miércoles confirmó un duelo que se ha repetido a lo largo de la historia y que se nombra, acertadamente, en calidad de final anticipada entre los dos grandes favoritos al título. El principal, Rafael Nadal, ha sido capaz de levantar hasta trece entorchados de campeón en París, mientras que Djokovic, aspirante y campeón en una ocasión, es el número uno del mundo y no quiere ver como por segunda vez consecutiva Rafa le hace morder el polvo en Roland Garros.

Nadal, por su parte, no pudo continuar con su racha inmaculada de victorias sin ceder un set, que se prolongaba más de dos años vista, tras ceder un parcial ante Schwartzman en su triunfo en cuartos de final. El balear hizo dudar por momentos de su supremacía, pero acabó sumando nueve juegos consecutivos entre el tercero y el final del cuarto, final también del partido, para constatar que pese a los años pasados y la competencia atroz del circuito, sigue siendo el rey.

Djokovic, ‘bestia negra’… hasta 2020

La progresión de Nadal en el torneo le deja como ligero favorito, teniendo además en cuenta su condición de dominador histórico de la tierra batida en general y de Roland Garros en particular. Sin embargo, Djokovic se ha mostrado en varios periodos como su bestia negra y es, de hecho, uno de los dos únicos tenistas que ha conseguido derrotar al balear sobre la arcilla parisina. Nole tiene la fórmula, pero no siempre le funciona, como demuestra la final de 2020, donde estuvo a merced de Rafa y acabó llevándose un severo correctivo en forma de derrota.

El clima favorece a Nadal

El encuentro estará marcado por el clima y se jugará, al contrario que en la pasada edición, con calor y en condiciones outdoor, a priori más beneficiosas para los efectos de pelota de Nadal. Los 27 grados que se prevén para la hora del partido también pueden activar otra de las claves, la llegada de un cansancio que ya provocó malas noticias para Rafa en el Open de Australia, su último torneo a cinco sets, pero que le da cierta ventaja sobre un Djokovic que con Musetti se vio obligado a ir hasta el quinto set, mientras en octavos se dejaba también uno por el camino con Berrettini.