Messi salva el experimento fallido de Luis Enrique

Luis Enrique salió vivo de milagro de La Rosaleda. El Barcelona sumó tres puntos en uno de sus partidos más discretos de la temporada y se acuesta como líder provisional. El Málaga firmó un gran partido, pero añoró el instinto goleador de Amrabat para poder materializar todas las oportunidades de las que dispuso.

Y eso que el partido comenzó muy de cara para los visitantes. En el primer minuto, Luis Suárez ganó la línea de fondo encontrando a Munir para que la empujara al fondo de las mallas. Sin todavía haber dado tres pases seguidos, el Málaga se encontraba con una tremenda losa. Los andaluces, lejos de perder la cabeza, continuaron con el plan trazado por el técnico Javi Gracia presionando la salida del balón de la zaga culé.

Los locales sabían donde hacer daño, puesto que el entendimiento entre Vidal, Mascherano, Vermaelen y Adriano hacía aguas. En una salida de balón, los malacitanos ya avisaron con Charles, que fue repelido por Mascherano cuando el estadio ya celebraba el empate. El Málaga, sin embargo, siguió bregando, aprovechándose de que Arda aún no está adaptado a la posición de pivote. El Barcelona estaba partido y no era capaz de sacar el balón con claridad. En una de estas, Recio recuperó el balón en tres cuartos de cancha y encontró a un Juanpi que igualaba con la puntera.

El Barça tuvo al borde del descanso la oportunidad de recuperar la iniciativa. Kameni sacó un disparo cruzado de Munir y el rechace cayó a los pies de Messi para empujarla. El argentino, sin embargo, se encontró con una impresionante estirada desde el suelo de Miguel Torres para mantener las esperanzas locales intactas.

En el vestuario, Luis Enrique localizó los problemas y les puso rápido remedio. Dio entrada a Mathieu por Vermaelen, incrustó a Busquets entre los centrales y la salida del balón cambió radicalmente. En una subida por banda de Adriano, el brasileño sirvió un balón templado al segundo palo a un Messi que apareció en un acrobático remate franco para perforar el marco de Kameni. Una genialidad del astro argentino en un momento delicado para los suyos.

Luis Enrique buscó adueñarse del balón con la entrada de Rakitic por Munir, pero el Málaga no desistió en su empeño en la presión logrando algunas ocasiones, pero no tan claras como en la primera mitad. El Barcelona metió el partido en el congelador y espero a que se cumplieran los minutos restantes con la posesión. Los culés se llevan tres puntos muy peleados que a buen seguro serán de los recordados a la hora de la verdad. Messi, una vez más, fue el ángel de la guarda de Luis Enrique. El Barcelona llevaba dos meses sin ganar fuera de casa en Liga.