La historia de amor de Cristiano Ronaldo y Marruecos
Cristiano Ronaldo siempre ha mostrado su predilección por el país africano y viaja muchas veces al año a Marrakech
A finales de 2019 abrirá su quinto hotel 'CR7' en la ciudad marroquí
Este miércoles a las 12.00 horas, Cristiano Ronaldo se verá las caras en Moscú contra Marruecos, un país que le ha conquistado desde que lo visitará por primera vez hace unos años. La estrella de la selección portuguesa acude durante varias veces al año al país africano e incluso ha anunciado que abrirá un hotel en Marrakech. Esta es la historia del pichichi del Mundial (también) con este país.
Y es que en Marruecos, Cristiano Ronaldo no tiene todavía una estatua en su honor como en Funchal, su ciudad natal en Madeira, pero pronto habrá un establecimiento con su nombre. El astro luso es todo un ídolo en el reino norteafricano, al que se ha escapado en su avión privado siempre que ha tenido unos días libres con el Real Madrid.
Todo sucedió en diciembre de 2014, cuando por entonces el equipo que dirigía Carlo Ancelotti jugó el Mundial de Clubes en la ciudad más turística de Marruecos. Durante esos días Cristiano Ronaldo se enamoró de la localidad. «Gracias a Emilio Butragueño pudimos entrar en la sala de comer del hotel, donde estaban los jugadores. Pude incluso hablar un poco con él y le dije que iba a ser Balón de Oro. Él me dijo que es lo que esperaba». Estas palabras salen de la boca de Nabil, un joven de 27 años que es responsable de la peña del Real Madrid en la ciudad y que relata su buena relación con el astro portugués a AFP.
Enamorado de Marrakech
A Cristiano le gustó Marrakech. Le conquistó «su excepcional calidad de vida, que no conocía, además tan cerca de su casa», cuenta un testigo cercano de sus visitas a esta ciudad, a la que fue volviendo meses después para visitar a un amigo marroquí, aunque nacido en Holanda, Badr Hari, figura del ‘kick-boxing’.
En un vídeo publicado en octubre de 2015, en el que se ve a una multitud enfervorizada esperando la salida de Cristiano de un restaurante, Badr Hari hace casi de guardaespaldas: «No me avergoncéis, le he dicho que Marruecos es un lindo país y que tiene muchos admiradores aquí, así que cuando aparezca, aplaudidle. Pero escuchad, si alguien se comporta mal o le molesta, le aplastaré».
No sólo él quedó enamorado de Marruecos, también su madre Dolores, como dan testimonio las imágenes de ella comiendo un cuscús o visitando la plaza Jemma El Fna, donde las camisetas de su hijo suelen ser muy visibles, tanto entre los jóvenes locales como en los bazares de los alrededores.
Inversiones en Marruecos
Asociado en un 50% con la cadena hotelera portuguesa Pestana a través de la marca ‘CR7’, Cristiano, en su versión de empresario, también mira con buenos ojos hacia Marruecos. El pasado enero anunció la apertura de su quinto hotel CR7, en Marrakech, después de los ya inaugurados en Funchal y Lisboa, y de los que seguirán en Madrid y Nueva York. Éste abrirá «a finales de 2019 o principios de 2020» y tendrá 160 habitaciones.
«Tiene realmente un lazo personal con esta ciudad. Durante mi primer encuentro con el grupo Pestana para hablar del proyecto, me dijeron que era increíble, que hacía seis meses que Cristiano no paraba de decir que quería abrir uno en Marrakech», afirma a AFP Nabil Slitin, presidente de Downtown Hotel Corporation, promotor del proyecto global.
¿Tener a Cristiano Ronaldo como socio es garantía de un impacto mundial? «No oculto que es un buena publicidad para el proyecto», reconoce. Pero Nabil no mezcla negocios y pasión deportiva, al menos estos días en el Mundial, donde Portugal y Marruecos miden sus fuerzas: «En los negocios estoy con Cristiano, pero en el Mundial soy 100% marroquí. Pero me ha dicho que va a ser bueno», ríe. Esta es la historia de Cristiano Ronaldo y de un país del que está enamorado pero que este miércoles puede dejar fuera del Mundial.