Granollers y Zeballos rompen su techo en París: alcanzan la final de dobles de Roland Garros
Derrotaron a la dupla formada por Vassalein y Nys en dos horas y media
Se desquitan del sinsabor de las últimas tres ediciones en las que cayeron en semifinales
Granollers, el trabajador silencioso del Mutua Madrid Open: "A los 39 años se puede seguir jugando"

Y de repente otra final más. Ahí acude puntual Marcel Granollers a su cita con las finales. Llegó y ganó en Madrid y oposita a seguir el mismo camino en Roland Garros junto a su inseparable Horacio Zeballos. Han alcanzado la final del Grand Slam francés tras derrotar a la dupla formada por Vassalein y Nys y cambiar, al fin, los sinsabores de los últimos tres años, en los que cayeron en semifinales.
Granollers es el último reducto ganador de una generación de tenistas liderada por Nadal. Pocos conocen mejor al balear que el mencionado Marcel. Se conocieron con 11 años y crecieron juntos hasta llegar al circuito profesional. Granollers fue madurando a la sombra de un voraz Rafa. Su pelea nunca fue ser como Nadal. Él lo sabía y centraba su esfuerzos en mejorar su carrera deportiva hasta tal punto de alcanzar los 40 años entre trofeos.
A sus 39 años, tras toda una vida jugando en individuales y viviendo época de bonanzas (ganó un torneo ATP500, tres ATP250 y alcanzó el puesto 19 del ranking mundial) Granollers decidió abandonar el single y abrazar los dobles. El resultado habla todavía mejor. En sus vitrinas descansan 29 títulos, diez de ellos de Masters 1.000 (dos en Madrid) unas ATP Finals y el número uno del mundo logrado el pasado año precisamente en Madrid.
Granollers y Zeballos se enfrentarán en la final de Roland Garros con Joe Salisbury y Neal Skupski o Christian Harrison y Evan King. En caso de ganar, significará el primer título de Grand Slam para la pareja ex número uno del mundo, que ha vuelto a su mejor nivel. Cabe recordar que el inicio de temporada del español fue sinuoso. Marcado por una lesión que sufrió en el pectoral que le obligó de bajarse de la gira oceánico cuando ya había aterrizado en las Antípodas.