Dani Olmo evita el disgusto
Un gol, mejor dicho, un golazo de Dani Olmo evitó un disgusto enorme en Cornellá. España ganó ‘in extremis’ a una Albania organizada y bulliciosa. Ferran abrió el camino del triunfo pero Albania empató en el 84. A La Roja se le había enredado el partido, pero entonces apareció el delantero catalán para arreglar el desaguisado y abortar una crisis para el equipo de Luis Enrique.
Luis Enrique se pasó de la raya con la alineación. Ya me perdonarán el chiste fácil. Digo que el seleccionador español hizo debutar al portero desconocido y, por lo demás, planteó un once bastante equilibrado. En defensa, dos canteranos madridistas, que con Lucho es noticia: Carvajal y Marcos Alonso. Pau Torres y Eric García eran la pareja de centrales al estilo Romina Power y Al Bano: con talento pero blanditos.
Por delante, el centro del campo que ha venido del futuro, como la del anuncio de lejía: Rodri, Pedri y Gavi, el trío del diminutivo. Arriba, Sarabia y Ferran Torres escoltaban a un Morata que se quedó compuesto y sin Barça para suerte de Aubameyang y desgracia del madridismo. Era un once joven, vigoroso y esperanzador, que debía pasaportar a la modesta Albania, convidada de piedra en este amistoso que queda a leguas del Mundial de Qatar.
Salió a mandar el equipo de Luis Enrique. Replegó asustada Albania. Ferran tuvo la primera a los tres minutos en un disparo a bocajarro que se estrelló contra el pecho firme de Berisha, portero albanés. Empezaba el monólogo de la selección de Luis Enrique. Pero Albania respondió con descaro, quizá porque al ser amistoso no tenían nada que perder.
Domina España
Sobrevivieron los albaneses al empuje inicial de España y se pertrecharon atrás. Pedri y Gavi empezaron a mediapuntear con estilo y confianza. El canario tuvo en sus pies el 1-0 en un disparo raso que atajó abajo el portero albanés. Los de Luis Enrique empezaban a cocinar el gol con un dominio abrumador.
Iba a costar porque a España, como a una tubería atascada, le falta un desatascador. Lo intentó de nuevo Pedri en el 36 pero otra vez se topó con las manos de Berisha, una suerte Courtois albanés. Respondieron los visitantes con una ocasión por la banda de Marcos Alonso a la que no llegó a rematar Broja en boca de gol. Intentó meter la mano al estilo Maradona pero le faltó tener las uñas un poco más largas.
Con el susto en el cuerpo y el público de Cornellá esperando un gol de España nos fuimos al descanso. Y con 0-0 resultado tan preocupante para el equipo de Luis Enrique como esperanzador para los visitantes. Del que regresamos con un dominio aún más insistente del equipo nacional. Un disparo de Rodri volvió a estrellarse con el infranqueable Berisha. Y de nuevo Rodri buscó el 1-o en un disparo desde la frontal que se marchó a la izquierda de la portería albanesa.
Albania empezó a rascar como el papel higiénico de la gasolinera. Patadas innecesarias y demasiado agresivas para un amistoso. Eric García se llevó la peor parte en una cornada alevosa. Luego la tuvo Sarabia en una suerte de chilena dentro del área que se fue arriba.
La resistencia albanesa empezaba a ser desesperante. Igual que el juego de España, plano e inocuo. Aburrido. Luis Enrique movió el banquillo en busca de agitar un partido que se le estaba enredando a La Roja. Y apenas le quedaban 20 minutos para hacer un gol que deshiciera un empate que no hacía justicia a lo que se había visto en el campo.
Ferran abre la lata
Hubo que esperar al 74 para que Ferran por fin abriera la lata. Dani Olmo, que había salido en la segunda parte, dibujó una jugada entre líneas y filtró un pase maravilloso para que el delantero del Barcelona, ante la salida del ubicuo Berisha, marcara de primeras en un gesto técnico propio de un crack.
El gol desató a España, que tuvo el 2-0 en el tacón de Ferran. Le faltó un pelo. Eran ya las postrimerías de un partido en el que la selección de Luis Enrique había pasado las de Caín. Y la cosa se puso peor en el 84 cuando Albania empató el partido en una acción aislada que silenció Cornellá. Fue un churro. Uzuni se aprovechó de un mal despeje de Pau Torres para batir a Unai Simón en su media salida.
A España ya no le daba tiempo a arreglar el desaguisado. O eso parecía. Pero los albaneses no contaban con el gol postrero de Dani Olmo. Gol no, golazo. La puso en la escuadra cuando el tiempo ya apremiaba y la selección de Luis Enrique logró un triunfo in extremis que se había merecido durante todo el partido.