Tenis: Masters 1.000 Roma

Duelo histórico en Roma: golpe de autoridad de Alcaraz o redención de Sinner tras su sanción por dopaje

El español podría ganar su cuarto partido consecutivo al italiano

Un triunfo le permitiría a Jannik cerrar el capítulo de su sanción

Sinner pensó "dejar el tenis" tras su sanción por dopaje: "Los jugadores me miraban diferente"

Alcaraz Sinner
Montaje con imágenes de Sinner y Alcaraz. (Getty)

El público del Foro Itálico asiste este domingo (17:00 horas) a un partido de altura. El reencuentro de Sinner y Alcaraz 228 días después, que será en el cenit del torneo, es decir, con un título en juego. La organización se frota las manos, los aficionados los ojos y ambos tenistas preparan su raquetas para la final más esperada. El duopolio del tenis habla italiano y español y está regenerando el deporte de la raqueta.

El ocaso de Djokovic cierra una etapa, la más esplendorosa de la historia, y el auge de Alcaraz y Sinner abre otra. Una rivalidad constructiva. Si uno golpea, el otro lo hace más fuerte a continuación. Sirvan los Grand Slam de 2024 como ejemplos. El italiano mordió el Open de Australia, el murciano respondió retozándose sobre la tierra batida de Roland Garros y el pasto de Wimbledon y de nuevo el de San Cándido contestó precintando el US Open.

El toma y daca tendrá un capítulo dorado este domingo en Roma. Oportunidad para la redención italiana o la autoridad española. Domina Alcaraz la fase más contemporánea de la nueva rivalidad. Se ha impuesto en los tres enfrentamientos directos más reciente, el último de ellos en la final de Pekín, y mantiene el cara a cara global 6-4 a su favor. Ganar a Sinner por cuarta vez consecutiva, hacerlo en suelo italiano lanzaría un mensaje autoritario.

Además, el murciano debe marcar un dominio en tierra batida, su superficie fetiche frente al yugo de Sinner en pista dura. De tocar metal en Roma, Alcaraz llegaría lanzado a Roland Garros. Con dos títulos bajo el brazo, Montecarlo y el mencionado en el Foro Itálico, y la final del Godó. Carlitos no se arruga, al contrario, rinde mejor bajo presión. Ya saben, a su manera.

«Sería genial un duelo contra Sinner. Cada vez que juego contra él es siempre una dura batalla, disfruto de esos momentos. Pero jugar contra él en la final y en su casa sería un reto aún mayor. Va a ser muy difícil», asegura un Alcaraz que buscará su séptimo Masters 1000 en el Foro Itálico de Roma y llegar así con la confianza por los aires a Roland Garros y ganar peso en la Race. Espantaría también cualquier atisbo de crítica reciente.

Precisamente Sinner pretende escapar de ese escenario en el que está imbuido desde que fuera sancionado con tres meses de suspensión por doble positivo en Clostebol. Fue un cisma en el tenis. Varios jugadores, entre ellos Djokovic, dejaron caer un posible trato de favor hacia el italiano por su estatus.

«Hay un consenso o mayoría de jugadores con los que he hablado en el vestuario, que no están felices con la manera en la que se ha manejado este proceso. La mayoría de jugadores no siente que se haya sido justo, sienten que hay favoritismo», expresó el serbio en referencia a un Sinner que caminaba con paso imponente sobre el Foro Itálico hasta que Tommy Paul le obligó a ponerse el mono de trabajo en semifinales.

Una ampolla y alguna molestia muscular por la falta de actividad a lo largo de estos meses le ha mermado ligeramente. «La adrenalina de la final me hace no estar preocupado por ello», explicó. Un triunfo este domingo será el broche a su redención particular y el cierre a meses de dificultad. Alcaraz y Sinner son ya el presente y futuro del tenis. Todos los caminos llevan a Roma.

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