PLAYOFF DE ASCENSO A SEGUNDA

El doblete de Mariano no fue suficiente

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Mariano, en el partido de ida contra el UCAM. (Realmadrid.com)

El Real Madrid aún seguía de fiesta. Y aún quería más. Por eso preparó una cita especial. Un Di Stéfano, lleno hasta la bandera, quería ver a su equipo en la categoría de plata del fútbol español. Y sabían que los futbolistas merengues les necesitaba.  La remontada parecía empezar con la megafonía, el rock se impuso al reggaetón. En la alineación inicial también había buenas noticias para el Madrid: Lienhart volvió al once tras la lesión. La familia de Zidane al completo, Florentino Pérez, Lucas Vázquez, Sergio Ramos, Arbeloa, Nacho, Cheryshev, Joselu, Alex Fernández, Diego Llorente, Burgui y Roberto Carlos no se quisieron perder la final.  La mejor de las batallas merecía el mejor de los públicos.

La primera fue blanca.  Minuto 2 y la portería de Biel Ribas ya sabía cómo se las gastaban los blancos; la primera de Tejero a la red. El Madrid quería la pelota. La llamaba. La mimaba. Y luchaba por ella cuando no la tenía en su poder. Como el utópico conquistador para hacerse con su amada. No era para menos, la plaza en Segunda División es ese amor por el que se lleva luchando toda la temporada. Había llegado el momento del todo o nada.

El gol del UCAM, un jarro de agua fría

El UCAM Murcia no puso las cosas fáciles. Los murcianos se multiplicaban en la medular para destrozar cualquier jugada de creación blanca a sabiendas de que el punto fuerte blanco pasaba por el centro del campo. Y por ahí se alzó el galán. Apareció Iván Aguilar como un rayo para adelantar a los murcianos. Un jarro de agua fría pareció caer en toda la Ciudad Real Madrid, pero un auténtico soldado no da nunca la batalla por perdida, el Castilla no se amedrentó y su público tampoco. Los de Ramis seguían luchando por el esférico y llegando al área de Ribas. En una clara jugada de peligro Mayoral fue derribado en el área lo que bien pudo haber sido penalti, pero el colegiado no señaló ni una cosa ni la otra. Una mano en el área en el minuto 40 de tampoco fue pitada. Todo se ponía en contra para los madridistas.

Tras el paso por vestuarios, los murcianos formaron una telaraña defensiva, todos los jugadores defendiendo con intensidad y presión en línea de dos haciendo casi imposible llegar al área chica. Un fusil de Marcos Llorente desde fuera del área a punto estuvo de penetrar en la red murciana. Los espectadores de Valdebebas se convirtieron en el jugador número 12 en busca de la remontada pero el cuero no quería entrar. Hasta que se erigió en el área el de siempre, el que gana partidos él solo, el de los veintisiete goles: Mariano.

En plena celebración del tanto, la defensa de Ramis hizo aguas y Pallarés lo aprovechó. Gol del murciano que acababa con casi todas las esperanzas blancas. Y digo casi porque si en tu equipo tienes a alguien como Mariano, la esperanza nunca se debe perder. Golazo del hispano-dominicano para empatar el encuentro. Pasaban los minutos y el Castilla necesitaba dos goles para conseguir el ascenso, lo intentó pero el cronómetro del luminoso dijo basta.

El filial madridista mereció mucho más. En ocasiones, el fútbol es injusto pero lo bonito de este deporte es que siempre brinda otra oportunidad. El Castilla se reenganchará a la segunda fase de los playoff.

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