Estará de baja cinco semanas por su séptima lesión

Dembélé es una ruina: se ha perdido 40 partidos por lesión en dos años

Ousmane Dembélé se ha lesionado por séptima vez desde su llegada al Barcelona, convirtiéndose en una ruina para el equipo azulgrana. El francés se ha perdido hasta el momento 40 partidos por lesión en dos temporadas.

Dembélé
Dembélé, en un partido con el Barcelona. (AFP)

El Barça tiene un grave problema con Ousmané Dembélé. El futbolista francés está llamado a liderar el proyecto de futuro del equipo azulgrana, pero a sus 22 años acumula más de un acto de indisciplina y, lo que parece más preocupante, siete lesiones en apenas dos temporadas vistiendo la camiseta del Barcelona. La última, una rotura del bíceps femoral, le apartará casi mes y medio de los terrenos de juego en un momento importante para el equipo.

Los números corren en contra de Dembélé en cuanto a lesiones y partidos disputados se refiere. Sumando los datos de la temporada 2017-18 –la de su debut como jugador culé– y la 2018/19, Ousmane se ha perdido 40 partidos sólo por lesión, una cifra escandalosa si tenemos en cuenta que hace dos campañas el internacional francés fue baja por problemas físicos en más encuentros, 27, que los que disputó con el Barça, 24.

Debido a esta última lesión, Dembélé se perderá los próximos seis partidos de Liga con casi total seguridad, además del debut del Barcelona en Champions League, competición que comienza el 17 de septiembre. A pesar de no contar con un puesto de titular indiscutible en el equipo, la lesión de Luis Suárez y los problemas físicos que arrastra Messi le convertían en imprescindible para este tramo de temporada. Sin embargo y por séptima vez en dos años, el físico de Ousmane ha dicho basta.

Cinco lesiones musculares y dos esguinces de tobillo representan una cifra absolutamente escandalosa y alarmante, teniendo en cuenta que el Barcelona invirtió la friolera de 145 millones para hacerse con sus servicios. Dembélé, además, ha acumulado más de un problema de disciplina que le dejan tocado tanto a él como a la directiva que apostó por su fichaje para sustituir a un Neymar que, paradójicamente, podría regresar a Can Barça para quitarle el puesto a Ousmane.

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