RAMÓN TENÍA RAZÓN

Barça y Atleti: la Champions como tabla de salvación

Barça Atleti
Ramón Álvarez de Mon

Durante esta semana se han librado dos batallas deportivas absolutamente apasionantes. Atleti y Barça se las han arreglado para eliminar a Inter y Nápoles, dos conjuntos italianos que pasan por momentos muy diferentes, pero que podían perfectamente alejar a los españoles de la lucha por la Champions. Siendo fundamental lo deportivo, había otra disputa en juego que tiene que ver más con lo económico: conseguir la segunda plaza para disputar en 2025 el Mundial de clubes junto al Real Madrid.

Esta preocupación económica era especialmente acusada para el Barcelona. Cuesta entender que haya habido tanta despreocupación en el pasado reciente mientras vivía por encima de sus posibilidades y ahora, de repente, se traslade incluso a las ruedas de prensa previas, la extrema necesidad de asegurar los quince millones que suponía el pase a cuartos y la posibilidad de seguir optando a los cincuenta millones que asegura la disputa del Mundial. En estos momentos, el Atleti aventaja en seis puntos al conjunto culé, que necesitará toda una proeza en Europa para poder llegar al botín mundialista.

Este tercer puesto momentáneo es el fiel reflejo de lo que han sido los últimos años del Barça en Europa. El Barcelona, a base de recibir fuertes correctivos, se ha alejado de manera abrupta de la élite europea. La celebración del pase a cuartos era una buena muestra de la necesidad de volver a alcanzar ciertas cimas que antes eran comunes en el día a día culé. Se celebraba el pase y también el cumplimiento del presupuesto.

Sin embargo, el Barcelona acostumbra a darle poco margen temporal a las alegrías. Xavi utilizó la rueda de prensa de un partido de clasificación a los cuartos de final, para reivindicarse y pasar facturas como lo haría todo un triunfador definitivo. Al día siguiente, a Laporta le dimitió el enésimo directivo «por incompatibilidad con su actividad». Cuando tantos ejecutivos aducen motivos personales para dimitir, el motivo personal común suele estar bastante claro.

Mientras tanto, en el Real Madrid volvió a ser una de esas semanas aburridas en lo institucional: con las cuentas saneadas, Pintus con sus pruebas físicas y las negociaciones llevadas en estricto silencio. Muchos culés valoran al divertido y entusiasta Laporta, pero desde sus adentros agradecerían más tiempos de paz institucional.

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