Es más serio de lo que parece

Atención ciclistas: ésta es la razón por la que debes poner bridas en el casco de la bici

Los ciclistas, tanto aficionados como profesionales, tienen claro que el casco es uno de sus mejores aliados

Además de protegerte en caso de caída, puede servirte también para evitar ataques de aves

En algunos países, los ciclistas han comenzado a colocar bridas en la parte superior

DGT y ciclista
Ciclista.

Los ciclistas, tanto aficionados como profesionales, tienen claro que el casco es uno de sus mejores aliados en la carretera o en los caminos. Pero quizás hasta ahora no sabían que, además de protegerte en caso de caída, puede servirte también para evitar ataques de aves. Sí, has leído bien y no es una broma. En algunos países, los ciclistas han comenzado a colocar bridas (tiras plásticas que normalmente se usan para sujetar cables) en la parte superior del casco, como si fueran pequeñas antenas.

Y tiene una razón de ser bastante seria y práctica. La idea nació en Australia, un país donde muchos ciclistas sufren cada año los ataques de una especie de ave muy territorial llamada magpie, similar a la urraca que conocemos en España. Estas aves, durante la temporada de anidación se vuelven especialmente agresivas con cualquiera que se acerque demasiado a sus nidos. No es raro verlas lanzarse en picado contra ciclistas o peatones, golpeando el casco o incluso intentando atacar la cara. Aunque estos ataques no suelen ser muy graves, pueden causar sustos importantes, caídas e incluso lesiones en los ojos o en la cabeza.

Curiosa manera de evitar ataques de aves

Para hacer frente a este curioso problema, muchos australianos empezaron a probar soluciones caseras. Una de las más efectivas y baratas ha sido colocar bridas en el casco, dejando que sobresalgan como pequeñas antenas. El objetivo es confundir al ave y mantenerla a distancia. Cuando la magpie intenta atacar, las bridas se interponen y le impiden acercarse directamente al ciclista. Al chocar con esas antenas, el ave se sorprende y suele desistir del ataque. No es un escudo infalible, pero sí una forma muy útil de reducir el riesgo y protegerse de esos picotazos tan molestos.

La propuesta, que puede parecer extraña a primera vista, se ha popularizado tanto que ya es habitual ver ciclistas australianos circulando con varias bridas de colores saliendo del casco. Incluso algunos gobiernos locales y asociaciones de ciclismo han recomendado esta práctica durante la temporada de cría de las aves. De hecho, en redes sociales abundan los vídeos que muestran cómo estas bridas consiguen disuadir a las agresivas magpies, evitando ataques directos y mejorando la seguridad del ciclista.

Las bridas deben colocarse de forma que no se muevan ni molesten al pedalear, y nunca deben comprometer la seguridad o la comodidad del casco. Lo importante sigue siendo que el casco esté bien ajustado, homologado y en buen estado. Las bridas solo son un complemento útil en casos muy concretos, no un sustituto de las medidas básicas de protección. Y aunque en España probablemente no tengamos que preocuparnos por una magpie enfadada, nunca está de más conocer ideas creativas que nacen de la experiencia real. Porque al final, cuando se trata de pedalear con seguridad, cualquier detalle puede marcar la diferencia.

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