Psicología

Si usas estas 7 frases, eres de clase media-alta y maleducado: lo dice la psicología

Frases de clase media-alta
Janire Manzanas
  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

El sistema de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) divide a la población en tres grandes categorías (clase baja, clase media y clase alta) tomando como referencia la mediana de la renta nacional. Sin embargo, en el contexto social, también existe la clase media-alta, la cual se caracteriza por hábitos, valores, formas de comunicación e incluso expresiones lingüísticas, como estas frases que, aunque se suelen pronunciar con naturalidad, demuestran mala educación.

Las siete frases identificadas por la psicología como propias de la clase media-alta no son insultos, sino son expresiones cotidianas que revelan patrones de comportamiento más profundos: falta de autocrítica y de empatía, necesidad de superioridad o sobrecarga emocional.

Expresiones de clase media-alta que demuestran mala educación

Aunque muchas de estas actitudes no son exclusivas de un estrato social, aparecen con más frecuencia en entornos donde hay una fuerte presión por el rendimiento y la imagen.

1. ‘Es lo que hay’

Esta frase, aparentemente inofensiva, es uno de los ejemplos más claros de resignación disfrazada de pragmatismo. Es relativamente habitual entre personas de clase media-alta sometidas a una fuerte presión en el ámbito personal o profesional o la necesidad de ocultar sus sentimientos y emocionales. Sin embargo, en el plano psicológico, «es lo que hay» transmite un mensaje peligroso: la renuncia a gestionar conflictos. Quien la utiliza trata de evitar conflictos, conversaciones incómodas o decisiones difíciles.

2. ‘No es mi problema’

Esta expresión es una de las más dañinas porque encarna una actitud de individualismo extremo. En la clase media-alta, donde la competitividad laboral, la eficiencia y la autonomía se valoran enormemente, esta frase aparece como una forma de establecer límites, aunque se puede interpretar como una falta de empatía. Con el tiempo, este tipo de frases terminan dañando inevitablemente la vida afectiva.

3. ‘Te lo dije, siempre tengo la razón’

El tono de esta frase suele revelar más que su contenido. No es una afirmación lógica, sino un gesto de superioridad. Para la psicología, insistir en tener la razón es un mecanismo de defensa habitual en personas cuyo bienestar depende del reconocimiento externo. De hecho, en muchos contextos de clase media-alta, la presión por demostrar competencia, inteligencia o éxito conduce a este tipo de actitudes.

4. ‘No me importa’

Ésta es una de las frases más frías que una persona de clase media-alta puede pronunciar en un contexto interpersonal. Normalmente, surge para cortar conversaciones, evitar responsabilidades o simplemente descartar temas que no se consideran relevantes. Desde la psicología afectiva, «no me importa» funciona como un micro-rechazo, ya que transmite la sensación de que las emociones, ideas o preocupaciones del interlocutor carecen de valor.

5. ‘Así soy yo’

Esta frase es un clásico en individuos que tienden a justificar comportamientos poco empáticos, impulsivos o egoístas. En entornos de clase media-alta, donde la autoexigencia tanto personal como profesional es alta, muchas personas sienten que no pueden permitirse admitir errores o vulnerabilidades, y recurren a esta expresión como salida rápida. Sin embargo, el cambio es parte esencial de la madurez emocional.

6. ‘Eso es una tontería’

Desestimar de forma tan directa la opinión, preocupación o emoción de otra persona es una forma de violencia verbal que a menudo pasa desapercibida. Esta frase refleja falta de empatía y, en muchos casos, impaciencia. Sin embargo, lo que para uno puede ser una tontería, para otro puede representar un conflicto real. Cuando se utiliza esta expresión, se transmite un mensaje de superioridad y desprecio.

7. ‘No tengo tiempo para estas cosas’

Esta frase se ha vuelto especialmente frecuente teniendo en cuenta el estilo de vida acelerado de la clase media-alta. Sin embargo, es una forma de rechazar indirectamente la preocupación del otro. Psicológicamente, esta frase indica saturación emocional, baja tolerancia a la frustración y dificultad para conectar con las necesidades ajenas. Con el tiempo, el uso continuado de esta expresión alimenta relaciones superficiales.

La empatía forma parte esencial de la inteligencia emocional y su ausencia genera importantes dificultades en la convivencia. Existen rasgos característicos de una persona con poca empatía que permiten identificar esta carencia. Suelen ser personas egoístas que se atribuyen muchos derechos mientras cargan las obligaciones en los demás. Esta actitud proyecta también poca humildad, ya que adoptan un tono soberbio y se relacionan desde una posición de superioridad o, en algunos casos, desde un complejo de inferioridad.

Otro rasgo destacado es la falta de filtros: confunden sinceridad con decir todo lo que piensan sin valorar el impacto emocional que sus palabras pueden tener. Además, aunque el interlocutor ponga esfuerzo en explicarse, estas personas no comprenden, tergiversan mensajes y pueden incluso generar culpa en el otro. La falta de empatía trae consecuencias claras: viven encerrados en su propia realidad, aislados en una burbuja que les impide percibir lo que ocurre alrededor; sienten indiferencia hacia los demás, lo que conduce a la soledad; y establecen relaciones superficiales donde no llegan a intimar, permaneciendo emocionalmente aislados, explica el Instituto Europeo de Ciencias del Comportamiento.

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