Senderos de pinos y calles medievales: el pueblo escondido en Alicante que es una joya y no es Altea
Toma nota del pueblo de Alicante que debes visitar este invierno
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Este pueblo escondido de Alicante es una auténtica joya, no es Altea, pero nada tiene que envidiarle. Sin duda alguna, podemos empezar a pensar en todo lo que está por llegar, de la mano de una serie de elementos que pueden ser claves y que quizás hasta ahora nunca hubiéramos tenido en cuenta. Son tiempos de apostar claramente por algunos detalles que quizás hasta ahora no habíamos pensado a la hora de viajar para descubrir el mundo.
Es hora de dejar atrás algunos elementos que quizás te impresionen o simplemente decidas verlo de otra forma. Tenemos por delante una serie de elementos que serán los que nos hagan salir de casa para ver el mundo con otros ojos. Lo que nos está esperando es un destacado cambio que puede acabar siendo el que nos acompañe en unas jornadas en las que todo es posible. España nos invita a conocerla un poco más y hacerlo de tal forma que podremos obtener más de un detalle que nos estará esperando de forma excepcional. Toma nota de este lugar escondido con senderos de pinos y calles medievales.
El pueblo escondido en Alicante que es una joya
Alicante es una provincia que debemos empezar a descubrir, de una manera o de otra, nos invita a buscar una zona que realmente puede ser la que despierte nuestro interés más profundo. De una manera o de otra, habrá llegado el momento de saber qué es lo que nos está esperando.
Llega un destacado cambio de ciclo que quizás hasta ahora no hubieras pensado, pero acabará siendo una realidad. Cuando todo empiece a moverse, descubriremos que hay algunos enclaves únicos que nos estarán esperando en estos días de salidas de casa.
Queremos hacernos con una escapada que sea lo mejor que realmente debemos empezar a visualizar. Lo haremos de tal forma que descubriremos un extra de buenas sensaciones que quizás hasta ahora no hubiéramos tenido en cuenta y que puede acabar siendo fundamental.
Nos enfrentamos a buscar escapadas de esas que nos motiven, pero que no nos cuenten un ojo de la cara, sino más bien todo lo contrario. Habrá llegado el momento de empezar a ver las cosas con otros ojos y para hacerlo, nada mejor que perderse por la geografía de una zona de España que hay que conocer en primera persona.
Calles medievales y senderos de pinos
Este invierno te proponemos un plan para descubrir un pueblo de Alicante que te trasladará a otra época. Si quieres que se pare el tiempo y lo haga para abrirte la puerta a un universo totalmente distinto, no lo dudes, te encantará saber un poco más de este lugar.
El pueblo con senderos de pinos y calles medievales se llama Villena y es una auténtica joya para ir en familia o con amigos, las opciones que nos ofrece acabarán siendo enormes. Sólo necesitamos empezar a prepararnos para este cambio que quizás hasta ahora no habríamos ni imaginado.
Sin salir de España se puede descubrir un pueblo de esos con mucho encanto, más cerca de casa de lo que imaginábamos.
Tal y como se presenta este lugar en su web de Turismo: «La ciudad de Villena, con una población cercana a los 34.500 habitantes, es capital de la comarca del Alto Vinalopó y se localiza al noroeste de la provincia de Alicante, en un singular cruce de caminos entre las comunidades valenciana, manchega y murciana. Este hecho ha condicionado muchos aspectos de la población local, como el habla, la gastronomía o la economía. Villena, por su situación interior, tiene un clima continental de inviernos muy fríos y veranos calurosos. Se encuentra en un altiplano que combina características paisajísticas meseteñas y mediterráneas, con el río Vinalopó como eje vertebrador de la zona. Entre las abundantes montañas, destaca la Sierra de Salinas, al sur, con una altura máxima de 1.123 m en el Pico de la Capilla».
La historia de este municipio nos ayudará a saber un poco más de él: «Los vestigios humanos más antiguos se remontan al Paleolítico Medio, con 50.000 años de antigüedad aproximadamente, hallados en la Cueva del Cochino en la Sierra del Morrón. Si bien, para la prehistoria villenense, destaca sobremanera el período de la Edad del Bronce, encabezada por el célebre yacimiento de Cabezo Redondo, modelo urbano y social de sus tiempos, al que seguramente pertenezca el conjunto arqueológico de mayor valor local: el Tesoro de Villena. En cuanto al origen de la actual ciudad, hay que situarlo ya en época de dominio musulmán. Momento en que se erigen los castillos de la Atalaya y Salvatierra. La ciudad fue conquistada por las tropas del Rey Jaime I en 1240, pasando inicialmente a dominio aragonés y finalmente recalando en Castilla. La villa fue ganando en títulos, destacando a familias castellanas que rigieron la villa como los Manuel, en los siglos XIII y XIV, o los Pacheco ya en el siglo XV. Durante este largo período también cabría destacar el crucial papel jugado por nuestra ciudad durante la Guerra de Sucesión, a principios del siglo XVIII, como baluarte de la causa borbónica, así como las duras consecuencias que tuvo que afrontar durante la Guerra de la Independencia frente a los franceses. La llegada del ferrocarril, a mediados del siglo XIX, contribuyó a transformar la historia y economía local. Así la tradicional economía fundamentalmente agrícola dio paso, a finales del siglo XIX, a la producción y comercialización del vino y, a una potente industria a partir de principios-mediados del siglo XX, con el desarrollo del sector calzado, que mantiene su peso hasta nuestros días».
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