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El sencillo truco de los chefs para eliminar el olor a fritura de un restaurante: así lo puedes hacer en casa

Eliminar el olor a fritura
Janire Manzanas
  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

El olor a fritura es uno de los más persistentes y desagradables en la cocina, pero, afortunadamente, hemos encontrado la solución definitiva para eliminarlo tal y como lo hacen los chefs. Las patatas fritas, las croquetas, los calamares o las empanadillas forman parte de nuestra gastronomía y son una auténtica delicia, pero, al preparar estos platos, el ambiente de la cocina se torna denso.

Freír alimentos implica que el aceite se caliente a más de 170 °C. Durante este proceso, se desprenden y se mezclan con el vapor pequeñas partículas de grasa, alcanzando todos los rincones de la cocina. Aunque parecen inofensivas, estas partículas, al enfriarse, se adhieren a todas las superficies, como paredes, sueles, muebles, y hasta textiles. De ahí que resulte tan complicado eliminar el olor a fritura por completo. Sin embargo, con el paso de los años, los chefs han perfeccionado una serie de trucos que también podemos aplicar en casa.

¿Cómo eliminar el olor a fritura?

Según explica los expertos, «el olor a fritura es el resultado de la oxidación de los ácidos grasos y la liberación de compuestos volátiles que se fijan fácilmente en los tejidos y materiales porosos». Teniendo esto en cuenta, lo primero es abrir las ventanas y encender la campana extractora antes de empezar a cocinar. Muchas veces, lo hacemos cuando el aceite ya está caliente, pero conviene hacerlo antes. Además, algunos chefs tienen un truco infalible:  colocar un recipiente con vinagre cerca de la sartén. El vinagre actúa como un absorbente natural de olores gracias a su acidez, que neutraliza los compuestos grasos del aire.

Una vez terminada la fritura, algunos restaurantes ponen a hervir agua con canela en rama y clavo de olor durante unos minutos. Este vapor, además de perfumar la cocina, arrastra las partículas de grasa suspendidas en el aire. Si prefieres un aroma más neutro, puedes utilizar rodajas de limón o cáscaras de naranja; su aceite esencial cítrico actúa como desodorizante y aporta una sensación de frescura inmediata. El truco está en mantener el hervor durante al menos 10 minutos, con la campana apagada, para que el vapor se disperse por toda la estancia.

¿Sabías que el café es uno de los mejores filtros naturales de olores? Su composición porosa atrapa las moléculas volátiles responsables del mal olor, actuando como un potente neutralizador. Para eliminar el olor a fritura de la cocina, basta con colocar cuencos con posos de café o café molido en diferentes zonas y dejar que actúen toda la noche.

El bicarbonato de sodio, por su parte, funciona de forma similar: al reaccionar con los ácidos grasos, neutraliza los compuestos volátiles. Una taza de bicarbonato sobre la encimera o dentro del horno apagado después de freír alimentos ayuda a purificar el aire durante la noche.

Los filtros de la campana y los textiles

Uno de los errores más comunes es confiar en la campana extractora sin prestar atención a su mantenimiento. Con el uso, los filtros metálicos acumulan grasa y pierden eficacia, provocando que el olor vuelva a circular. Los expertos recomiendan limpiarlos cada 15 días si se cocina con frecuencia. Se pueden dejar en remojo con agua caliente y desengrasante o meterlos el lavavajillas.

Ahora bien, aunque abras las ventanas y los filtros de la campana extractora se encuentren en perfecto estado, el olor a aceite se puede adherir a las cortinas, los manteles y los trapos de cocina, ya que los tejidos actúan como auténticas esponjas de olores. Los chefs recomiendan pulverizar una mezcla de agua con vinagre blanco a partes iguales para neutralizar los compuestos grasos y desinfectar.

Consejos extra 

A la hora de cocinar, los expertos recomiendan utilizar aceites de buena calidad, como el de oliva o el de girasol alto oleico, ya que soportan mejor las altas temperaturas sin degradarse. Un aceite quemado libera compuestos volátiles que no sólo intensifican el olor, sino que también pueden resultar perjudiciales para la salud.

Otro factor esencial es controlar la temperatura de fritura; debe estar entre 160 y 170 °C. Si el aceite se sobrecalienta, comienza a humear y genera partículas que se dispersan rápidamente por la cocina. Del mismo modo, usar tapas o rejillas sobre la sartén ayuda a minimizar las salpicaduras y la propagación de grasa.

Finalmente, evitar los ambientadores fuertes es clave: estos productos sólo disimulan el olor y se pueden mezclar con el aroma de la comida, generando una sensación aún más desagradable.

En definitiva, eliminar el olor a fritura no requiere productos químicos. Los métodos que los restaurantes han perfeccionado durante décadas son la clave para mantener una cocina fresca y agradable. Lo que antes era un problema inevitable tras cocinar croquetas o calamares, hoy puede resolverse en minutos con trucos sencillos. Así, el olor a fritura deja de ser un enemigo y se convierte en un problema que tiene fácil solución.

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