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Madrid

El secreto del origen del reloj de la Puerta del Sol: no te lo esperabas

  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

Si hay un lugar emblemático en Madrid es la Puerta del Sol. Ubicada en el corazón de la capital, alberga desde 1950 el punto de referencia conocido como el «kilómetro cero» de las carreteras radiales de España. Este emblemático lugar cuenta con diversos elementos históricos y arquitectónicos, siendo el edificio más antiguo la Real Casa de Correos.

La Real Casa de Correos destaca por su imponente presencia y su importancia histórica. En su fachada se encuentra un icónico reloj de torre, construido y donado en el siglo XIX por José Rodríguez de Losada. Este reloj tiene un papel fundamental en la vida cotidiana y cultural de los españoles, ya que sus campanadas de las 12 de la noche del 31 de diciembre marcan el momento tradicional de la toma de las doce uvas para dar la bienvenida al nuevo año.

Datos curiosos de la Puerta del Sol

El Oso y el Madroño, icónico emblema de Madrid desde el siglo XII, tiene una interesante historia de evolución. Inicialmente, la representación consistía en un oso a cuatro patas, sin la presencia del madroño. Sin embargo, esta imagen sufrió una transformación significativa debido a una disputa entre la Iglesia y el Concejo por el control de los pastos y la caza en la región. La inclusión del madroño en el emblema fue el resultado de un acuerdo entre ambas partes, simbolizando la resolución pacífica del conflicto.

En el centro de la plaza de la Puerta del Sol, otra figura histórica adorna el paisaje: la estatua de Carlos III montado en su caballo. Esta estatua, inaugurada en 1994, rinde homenaje a lo que se considera el mejor alcalde que ha tenido Madrid. Con esta escultura, la ciudad conmemora el legado y la contribución de Carlos III al desarrollo y embellecimiento de Madrid durante su reinado.

El origen de la nomenclatura de las calles de Madrid se remonta al kilómetro cero, que marca el punto de partida de las seis principales carreteras que convergen en la ciudad. Este punto no solo es crucial para la geolocalización, sino que también sirve como referencia para la numeración de las calles madrileñas. De esta manera, el número 1 de las calles de Madrid siempre se encuentra en el extremo más cercano a la Puerta del Sol.

Origen del reloj

El reloj de la Puerta del Sol, conocido por anunciar las famosas campanadas de fin de año, se ha convertido en uno de los símbolos más icónicos de Madrid. Sin embargo, su historia tiene sus orígenes en un lugar diferente dentro de la plaza.

Inicialmente, el reloj estaba ubicado en el lado este de la plaza, en la iglesia del Buen Suceso, en el área donde ahora se encuentra la tienda de Apple. Sin embargo, este reloj era notoriamente impuntual, lo que generaba desconfianza entre los vecinos que dependían de él para marcar el tiempo.

Cuando la iglesia del Buen Suceso fue derribada, un renombrado relojero, Losada, decidió regalar a la ciudad un reloj que funcionara de manera fiable. Losada se embarcó en la tarea de crear un reloj de calidad en Londres, y después de tres años de trabajo, finalmente completó su obra maestra. El nuevo reloj, meticulosamente fabricado por Losada, fue instalado en su ubicación actual en la Casa de Correos en 1866.

Historia

La evolución de la Puerta del Sol a lo largo de la historia ha sido fascinante y llena de cambios significativos. Desde sus inicios como una puerta este de la muralla hasta su configuración actual como uno de los espacios urbanos más frecuentados de Madrid, ha experimentado numerosas transformaciones.

Durante el siglo XIX, la Puerta del Sol fue testigo de importantes modificaciones, especialmente marcadas por la demolición de las iglesias del Buen Suceso y la de San Felipe, por orden del Marqués de la viuda de Pontejos. Además, la desamortización de Mendizabal en 1857 y 1862 llevó a la destrucción de los conventos que rodeaban la plaza.

Posteriormente, se llevó a cabo una gran remodelación de la zona, que implicó la demolición de numerosas casas y locales comerciales, ampliando así el espacio frente al Kilómetro 0 y convirtiéndolo en una auténtica plaza de forma semicircular. Desde entonces, han ocurrido múltiples intervenciones urbanísticas, incluyendo peatonalizaciones, obras de metro y otras mejoras, que han contribuido a dar forma a la plaza tal como la conocemos hoy.

Como anécdota, cabe mencionar la instalación de unas farolas frente a la Puerta del Sol en 1986, las cuales no fueron del agrado de los madrileños, quienes las apodaron humorísticamente como «supositorios». Estas farolas, tras meses de polémica, fueron finalmente trasladadas al Parque Tierno Galván.

La Puerta del Sol ha sido testigo de numerosos momentos históricos y culturales a lo largo de los siglos. Entre sus calles, han surgido cafés y locales emblemático, como el Café Pombo, frecuentado por figuras destacadas como Ramón González de la Serna, donde se llevaban a cabo animadas tertulias.