¿Por qué hay que escanciar la sidra?

¿Para que sirve escanciar la sidra?
La sidra, una bebida que se debe escanciar

Una de las cosas características de la sidra es cómo se sirve, puesto que se debe escanciar, de forma que el líquido golpee contra el borde del vaso. Lo normal es que en las sidrerías se pregunten los motivos por los que la sidra tiene que ser escanciada, de forma así solo se va a conseguir disfrutar del sabor de la misma. Vamos a profundizar más en este sentido:

Conozcamos más sobre escanciar y la sidra

Cuando golpea la sidra contra el vaso, lo que ocurre es que se volatilizan los precursores aromáticos y se potencian las propiedades organolépticas. Estas burbujas pequeñas que podemos ver al escanciar la sidra, son las que hacen posible arrastrar su aroma y que llegue hasta nuestra nariz, sirviéndose en vasos anchos.

La sidra se tiene que beber cuanto antes mejor, de forma que no vaya a perder el punto carbónico que adquiera en el escanciado, por lo que lo mejor es no llenar el vaso.  Esto hace que sea importante servir como es debido la sidra.

Otras alternativas para disfrutar la sidra

Además del escanciado, existen otras pautas que deben llevarse a cabo a la hora de disfrutar de las cualidades de la sidra. La temperatura de consumo máxima suele oscilar entre los 10 y los 13 grados, por lo que lo mejor es usar un vaso ancho y fino. Como es un producto natural no filtrado, con el paso del tiempo, su tendencia es a reposar parte de sus propiedades.

Entre las características más peculiares de esta bebida que se obtiene de la fermentación del mosto de manzana es desde luego, la manera en que la servimos, lanzada desde lo alto.

El vaso cuenta con una forma ancha para que pueda introducirse en su interior la raíz y así poder apreciar mejor el rico roma de esta popular bebida. Los mayores consumidores suelen decir que cuando desaparecen las burbujas, no se distingue bien.

Todo ello hace que los culines, que es la cantidad que se echa cada vez bebe una persona, tengan que consumirse de un solo trago, después de escanciarse. Los últimos restos son los que se aprovechan para limpiar la parte del recipiente en la que se colocan los labios, puesto que el vaso se suele compartirse.

Así que ya sabes, escanciar la sidra tiene su razón de ser  no es nada artístico ni una curiosidad vacía de contenido. Esperamos que te animes a escanciar, un «arte» con el que además la sidra te sabrá mucho más rica ¿no?

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