Si ves esto en el paté: tíralo de inmediato por tu salud
El paté es un clásico de la cocina, se unta y se elaborada con una base de carne picada o hígado y grasa, a la que se suelen añadir verduras, especias, hierbas y vino. En los últimos años incluso han aparecido en el mercado algunas versiones vegetarianas. Independientemente de cuál prefieras, es muy importante que sepas cuáles son los principales signos que indican que no está bueno, así que si ves esto en el paté, tíralo.
Consumir paté en mal estado te causará todo tipo de problemas, provocando desde descomposturas con gases y diarrea hasta infecciones que te dejarán en la cama varios días. Y las consecuencias pueden ser peores tanto en niños como en ancianos.
Por supuesto, la primera pregunta que surge en estos supuestos es: ¿cómo conocer la condición del paté sin abrirlo?
Qué es importante en este alimento
- Cuando el paté está malo, uno de los primeros cambios que sufre es el del color. Se ve con un color extraño, con puntos blancos o negros en la superficie. Una señal muy clara de que hay bacterias en el paté y, por lo tanto, no es apto para su consumo.
- Otro de los signos que indican que el paté no está bueno es el olor a podrido. Se puede percibir incluso dentro de la nevera.
- Y, por último, la textura también cambia a viscosa.
Al igual que ocurre con otros alimentos, el moho es el principal indicador del mal estado. Por supuesto, hay que tirar el paté, ya que su alto contenido de humedad favorece el crecimiento del mojo bajo la superficie, el cual genera toxinas.
Es más, el paté incluso puede contener bacterias del género ‘Listeria’, que proliferan con mayor facilidad si lo dejas fuera de la nevera. La listeriosis es una infección que ocurre cuando una persona ingiere algún alimento contaminado con esta bacteria, y los síntomas más comunes son: letargo, pérdida de apetito, dificultad respiratoria, vómitos y erupciones cutáneas.
Si ves esto en el paté, mejor tíralo
Claves para averiguar su estado
Descubrirás si está apto para su ingesta con sólo ser un poco observador. Antes que nada, tienes que echarle un vistazo a la fecha exacta de vencimiento del paté. Sea en lata o en otro envase, este producto trae una fecha de caducidad tras la cual consumirlo probablemente sea una mala idea. No sigas sin asegurarte de que no se ha vencido. Si lo está, tíralo a la basura y compra otro.
Revisa la lata
Ésta debe estar entera, sin golpes, abolladuras ni alteraciones de su forma. Todos éstos son modos de saber si ha sido manipulada incorrectamente durante el proceso de distribución del paté. De hecho, cada daño de la lata tiene una explicación única e irrepetible.
- Una lata con un golpe o abolladura: se puede haber perdido el riesgo hermético, lo que conlleva el peligro de las bacterias
- La tapa se mueve hacia arriba y hacia abajo: si no está firme, el alimento podría haber sido expuesto a altas temperaturas
- Una lata oxidada: son más propensas a los agujeros y, debido a ello, vulnerables a la entrada de ciertos microorganismos
La lata está bien, ¿qué más hay que mirar?
El olor
Lo próximo que debes hacer no es usar los ojos, sino la nariz. Deja la lata quieta frente a tu nariz al menos 5 o 10 segundos. Transcurrido ese tiempo, si no percibes ningún olor extraño, eso significa que está apta para consumir o que aún sigue sellada.
La textura
Llegados a este punto, si no has notado ninguna anomalía deberías abrir la lata para evaluar su contenido. Una vez abierta, comprueba si la textura es la que esperas. No te lleves el paté a la boca, solamente úntalo para ver su textura y consistencia.
Busca escarcha o «quemados»
Si el paté fue conservado en el congelador, podría tener escarcha o zonas quemadas. Eso pasa porque el hielo penetra la lata, alcanzando el alimento y haciendo que la humedad se reduzca. Si adviertes la escarcha o los puntos quemados, mejor descártalo.
Recuerda que ninguna comida debería permanecer más de tres o cuatro meses congelada. Consúmela antes de que se desperdicie.
Otros trucos para detectar si está «malo»
Si al abrirlo, el alimento sale como si se hubiera producido una explosión, sospecha del contenido. Lo lógico es que haya una mínima despresurización cuando abres una comida enlatada. Pero no debería pasar de eso. Si la apertura es similar a una explosión, estaríamos ante una señal de acumulación de gas en su interior. Y éste es un indicativo de que no debes consumirlo.
Algo parecido ocurre con el silbido de la lata al abrirla. Si sucede que silba cuando la abres, éste es otro indicio de gas acumulado.
Presencia de burbujas y de espuma
Aquí tienes dos indicios inequívocos de que ese paté no puede ser ingerido. En ambos casos, tanto las burbujas como la espuma surgen por las bacterias en el interior de la lata. Hasta podría haber un proceso de fermentación en marcha que resultará perjudicial para cualquiera que consuma el contenido de la misma. Siempre que haya burbujas o espuma, deshazte del paté. Ve a comprar otro.
El botulismo, el principal peligro
El riesgo de no hacer caso a todos estos signos es el de contraer botulismo. Se denomina así a la típica intoxicación alimentaria potencialmente mortal que proviene de la bacteria Clostridium botulinum. Ésta crece en alimentos enlatados carentes de oxígeno.
Inmediatamente identifiques esta intoxicación, acude al centro de salud más cercano para que un profesional pueda analizarte.
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