Ni Mexico ni Canadá: este es el inesperado país al que puedes llegar andando desde Estados Unidos
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Entre las curiosidades geográficas más intrigantes del planeta, destaca un lugar donde dos países separados por ideologías, historia y fronteras comparten una proximidad inusual. A pesar de que sus territorios parecen lejanos, existe un punto donde es posible cruzar desde Estados Unidos a otro país caminando, al menos durante ciertos meses del año.
Este fenómeno, poco conocido, se encuentra en una región remota y hostil, marcada por su clima extremo y su aislamiento. Descubre cómo la geografía crea una conexión única entre estas dos naciones.
¿Cuál es el país al que puedes llegar andando desde Estados Unidos?
La respuesta a tal interrogante es Rusia. Y es que para quienes no sabían, las islas Diómedes son dos pequeñas formaciones rocosas situadas en el estrecho de Bering, exactamente entre Alaska y la península rusa de Chukotka. Estas islas marcan la frontera entre Estados Unidos y Rusia.
- Diómedes Menor (o Little Diomede): pertenece a Estados Unidos y está habitada por una pequeña comunidad de esquimales iñupiaq, con unas 160 personas, según los últimos registros.
- Diómedes Mayor (o Big Diomede): bajo soberanía rusa, está completamente deshabitada desde que su población fue trasladada al continente durante la Segunda Guerra Mundial.
Ambas islas están separadas por un estrecho canal de apenas 3,7 kilómetros, lo que permite que en invierno, cuando el agua se congela, sea posible caminar de una a otra. Este hecho las convierte en el único lugar del planeta donde se puede cruzar a pie desde Estados Unidos a Rusia y viceversa.
La historia detrás de las islas que unen a Estados Unidos y Rusia
La historia de estas islas está marcada por su aislamiento y las dinámicas entre sus habitantes y las potencias que las controlan.
- Orígenes arqueológicos: arqueólogos estiman que las islas fueron habitadas inicialmente hace más de 3.000 años. Los cazadores-recolectores utilizaban estas tierras como punto estratégico para la caza de ballenas durante la primavera.
- Cultura esquimal: antes de la llegada de exploradores occidentales, los esquimales desarrollaron una estructura social y ritual en torno a la caza. Su economía se basaba en el comercio con Siberia y otras comunidades de Alaska.
- Impacto de la Segunda Guerra Mundial: con el inicio de la guerra, los residentes de Diómedes Mayor fueron trasladados a Siberia por el gobierno soviético, dejando la isla deshabitada. No fue hasta 1988, tras el final de la Guerra Fría, que se reanudaron los contactos entre las familias separadas.
Curiosidades de las islas Diómedes: ¿Realmente se puede llegar caminando desde Estados Unidos a Rusia?
Las islas Diómedes no solo son interesantes por su ubicación, sino también por su singularidad geográfica y política:
- Línea Internacional de Cambio de Fecha: la línea imaginaria que divide los días del calendario cruza entre ambas islas, creando una diferencia horaria de casi 24 horas. Mientras en Diómedes Menor es el mediodía del lunes, en Diómedes Mayor ya es el martes. Por este motivo, se les llama la «Isla del Mañana» y la «Isla del Ayer».
- Sí, se puede llegar caminando, pero…:aunque es técnicamente ilegal cruzar a pie debido a la falta de controles aduaneros, el estrecho helado ha sido usado ocasionalmente para desplazamientos en invierno.
- Polaridad simbólica: durante la Guerra Fría, estas islas se convirtieron en un símbolo físico de la tensión entre Estados Unidos y la Unión Soviética. Hoy, a pesar de la escasa relevancia estratégica, representan un curioso punto de conexión entre dos mundos.
Cuál es la situación actual de las islas Diómedes
En la actualidad, Diómedes Menor sigue habitada, aunque su población enfrenta desafíos derivados de su aislamiento. La mayoría de los residentes dependen de la pesca para su sustento, mientras que las conexiones con Alaska son limitadas.
En cambio, Diómedes Mayor permanece desierta, salvo por ocasionales visitas de guardias fronterizos y equipos de investigación.
Además, los inviernos en el estrecho de Bering son extremos, con temperaturas que pueden congelar el canal durante meses, lo que facilita el cruce a pie. Sin embargo, este cruce está prohibido por las leyes de ambos países.