El motivo por el que hay que colocar un tarro con sal en la ventana en cuanto empiece a llover


Ahora que ha comenzado el otoño, es un buen momento para conocer el truco del tarro con sal en la ventana. Se trata de un método 100% casero que ha pasado de generación en generación como parte de la sabiduría popular. Pero, ¿realmente es eficaz para combatir la humedad cuando llueve o es simplemente un mito sin ninguna base científica? Ponerlo en práctica es lo más fácil del mundo: sólo hay que llenar un tarro de cristal con sal gruesa y ponerlo en el alféizar o en el marco interior de la ventana.
El objetivo no es otro que absorber la humedad ambiental que se acumula en el interior del hogar en los días de lluvia, reduciendo así la condensación que empaña los cristales y puede generar charcos en el marco de la ventana. La sal actúa como un «deshumidificador natural», absorbiendo buena parte de la humedad.
El truco del tarro de sal en la ventana
Lejos de ser un remedio casero sin sentido, tiene una explicación científica: la sal es una sustancia higroscópica, es decir, que tiene la capacidad de captar y retener moléculas de agua presentes en el aire. En entornos controlados, como en la industria química o alimentaria, la sal y otros productos higroscópicos se utilizan para mantener secos determinados espacios o recipientes.
Ahora bien, en el entorno doméstico, la sal sólo empieza a absorber moléculas de agua de manera significativa cuando hay más de un 75% de humedad relativa. Sin embargo, en la mayoría de las viviendas, los niveles oscilan entre el 40% y el 60% en días lluviosos, lo que limita la eficacia del método. Además, la cantidad de humedad que puede absorber un tarro de sal es mínima en comparación con el volumen de aire de una habitación entera.
Entonces, ¿sirve para algo el truco del tarro de sal en la ventana? La respuesta es sí, pero con matices. La sal puede ser útil en espacios muy pequeños y cerrados, como dentro de un armario, en un zapatero o en cajas donde se guarda la ropa de otra temporada. Sin embargo, el cristal de tu ventana suele amanecer empañado en los días lluviosos de otoño e invierno, este remedio no lo va a solucionar por sí solo.
Alternativas contra la humedad
La condensación se produce cuando el aire caliente y cargado de humedad del interior entra en contacto con una superficie fría, como los cristales de las ventanas en invierno. Al enfriarse rápidamente, el vapor de agua del aire se transforma en pequeñas gotas. Aunque pueda parecer un problema menor, la acumulación de condensación trae consigo una serie de riesgos, como la aparición de moho, lo cual puede agravar enfermedades respiratorias como el asma, causar alergias y provocar irritación en ojos, nariz y garganta. Asimismo, la humedad constante puede dañar los marcos de madera, oxidar los perfiles metálicos y degradar la pintura de las paredes. En casos extremos, incluso puede afectar a la estructura del edificio.
Aunque el truco del tarro de sal en la ventana puede ayudar en espacios muy pequeños, si realmente tienes problemas de condensación en casa conviene apostar por métodos más fiables. Los deshumidificadores eléctricos son la opción más efectiva; extraen grandes cantidades de agua del aire y permiten mantener un nivel de humedad constante y saludable, entre el 40% y el 55%.
Por otro lado, abrir las ventanas a diario, incluso cuando llueve, es fundamental para renovar el aire. Bastan 10 minutos de ventilación cruzada para reducir los niveles de humedad. Asimismo, muchas veces la condensación se debe a que los cristales o marcos no aíslan correctamente. Cambiar ventanas simples por doble o triple acristalamiento, añadir burletes o mejorar el sellado del marco puede reducir drásticamente la aparición de gotas en los cristales.
Plantas
Las plantas respiran y transpiran. En este proceso, absorben agua y gases del entorno a través de sus hojas y raíces, regulando así la humedad relativa del ambiente.
- El helecho de Boston es uno de los más recomendados cuando hablamos de plantas que regulan la humedad. Su follaje frondoso capta parte del exceso de humedad, y además purifica el aire eliminando toxinas como el formaldehído.
- La palma de bambú (Chamaedorea elegans) es una de las plantas más resistentes y agradecidas. Su gran tamaño la convierte en un elemento decorativo imponente en salones y recibidores, pero además tiene la capacidad de absorber agua del ambiente.
- La popular cinta, también conocida como planta araña, es resistente, fácil de cuidar y perfecta para principiantes. Además de absorber humedad, elimina contaminantes como el monóxido de carbono o el benceno.
- El spatifilium es una de las plantas más valoradas para el interior del hogar. Sus grandes hojas verdes ayudan a atrapar la humedad.
- La hiedra inglesa no sólo decora; también ayuda a reducir moho en paredes y techos al absorber parte de la humedad.
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