Lo llaman el ‘Machu Picchu’ de Europa y está en España: el sendero con vistas increíbles a más de 2.000 metros de altura
Los Pirineos son una de las cadenas montañosas más impresionantes de Europa. Entre sus valles, montañas y cascadas, se esconden paisajes que parecen sacados de un cuento, lo que los convierte en el lugar perfecto para aquellos que buscan conectar con la naturaleza en su estado más puro. Es un destino ideal para los amantes del senderismo y la aventura, donde cada rincón tiene algo único que ofrecer. Uno de los secretos mejor guardados de esta región montañosa es la mina de Mail de Bulard, un lugar lleno de historia y misterio que ha sido bautizado como el «Machu Picchu» de Europa.
Situada en la frontera entre España y Francia, a 2.750 metros de altitud, la mina de Mail de Bulard es una de las cumbres más emblemáticas de los Pirineos. Aunque su altitud ya la convierte en un desafío, lo que realmente la distingue son las minas de plomo y zinc que se encuentran en su vertiente francesa. Esta mina, que data de finales del siglo XIX, no sólo nos habla de la riqueza minera de la región, sino también de la valentía y el ingenio de los hombres que, en condiciones extremas, trabajaron en ellas para extraer recursos que fueron fundamentales para la industria pesada de Francia y otros países europeos.
Mail de Bulard, el ‘Machu Picchu’ de Europa
A lo largo de las décadas, la mina de Mail de Bulard ha sido testigos de un sinfín de historias. Su ubicación remota y difícil acceso han dejado una huella imborrable en quienes se han acercado a ellas. Sin embargo, lo que las hace aún más fascinantes es que, a pesar de su abandono, se han conservado en un estado relativamente intacto, permitiendo que los visitantes puedan sumergirse en su historia y explorar sus ruinas como si no hubiera pasado el tiempo.
Historia
La mina de Mail de Bulard fue un ambicioso proyecto industrial que comenzó a finales del siglo XIX. En esa época, los avances tecnológicos permitieron a los ingenieros y mineros extraer minerales valiosos como el plomo y el zinc, que se utilizaban principalmente en la industria pesada, desde la fabricación de maquinaria hasta la producción de municiones.
Para superar las limitaciones del terreno, se construyeron complejos sistemas de transporte, incluidos teleféricos rudimentarios y vías de tren que conectaban las minas con los valles cercanos, como el de Biros. Estos sistemas eran esenciales para transportar los minerales extraídos, que luego se distribuían a las fábricas y otras instalaciones industriales de Europa. A pesar de que muchos de estos sistemas de transporte ya no existen, algunos restos todavía permanecen en pie, sirviendo como un recordatorio de los logros alcanzados por los ingenieros de la época.
La actividad minera en Mail de Bulard se prolongó hasta principios de la década de 1920. A medida que la mina cerraba sus puertas, los trabajadores abandonaron el lugar, dejando tras de sí un paisaje desolado que con el tiempo se convirtió en un atractivo turístico.
Ruta de senderismo
La mina de Mail de Bulard es una ruta de senderismo que se ha convertido en uno de los recorridos más singulares y emocionantes de todo el Pirineo. Esta ruta, que comienza en el aparcamiento de Bocard d’Eylie, tiene una longitud de poco más de 15 kilómetros y una duración estimada de siete horas. A pesar de que no es una ruta extremadamente difícil, sí presenta desafíos debido a las características del terreno, lo que hace que sea recomendable para senderistas con algo de experiencia.
Durante el recorrido, pueden admirar las ruinas de la mina, entre las que se incluyen antiguos dormitorios y comedores que, en su día, fueron habitados por los trabajadores. Aunque la mayoría de estas estructuras están ahora en ruinas, siguen siendo una parte integral de la historia de la mina, ya que ofrecen una visión de la vida cotidiana en este lugar. Las ruinas de los edificios, la maquinaria abandonada y los vestigios de las instalaciones mineras hacen que la ruta sea aún más fascinante.
Además, el paisaje que rodea a la mina es impresionante. A medida que avanzan por el sendero, los caminantes pueden sentir la majestuosidad de los Pirineos a su alrededor, lo que hace que la caminata sea aún más memorable. La mina de Mail de Bulard es un claro ejemplo de cómo el paso del tiempo y la intervención humana pueden transformar un lugar. Lo que comenzó como un proyecto industrial ha llegado a convertirse en un símbolo de la historia minera de los Pirineos.
A pesar de los desafíos que presenta la ruta y de los riesgos asociados con el terreno, la mina de Mail de Bulard, el «Machu Picchu» de Europa, sigue siendo un destino fascinante y lleno de encanto para todos aquellos que buscan un viaje único a través de la historia y la naturaleza de los Pirineos.