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El impresionante pueblo Medieval al lado de Madrid con un castillo que aparece en ‘El Cantar del Mío Cid’

El impresionante pueblo Medieval al lado de Madrid con un castillo que aparece en ‘El Cantar del Mío Cid’
Gemma Meca
  • Gemma Meca
  • Licenciada en Historia, máster en Periodismo y Comunicación Digital. Redactora en Ok Diario. Cuento historias, soy amante de los astros, sigo a la luna, los TT de Twitter y las tendencias en moda. Experta en noticias de consumo, lifestyle, recetas y Lotería de Navidad.

Cerca de Madrid hay un impresionante pueblo Medieval con castillo incluido que aparece en una de las grandes obras de la literatura de todos los tiempos. Debemos empezar a prepararnos para hacer esa pequeña escapada que en cualquier momento podemos necesitar hacer. Un fin de semana o unos días de vacaciones que nos acompañen en estas jornadas en las que todo es posible. Estaremos pendientes de una serie de detalles que quizás hasta ahora no habíamos ni esperado, sino más bien todo lo contrario.

Buscamos la tranquilidad, pero también la historia, la gastronomía y el paisaje que nos rodeaba y que puede acabar siendo el que marque una diferencia importante. En todos los sentidos, debemos empezar a pensar en un cambio de ciclo que quizás hasta el momento no lo teníamos presente, sino todo lo contrario. No necesitamos irnos muy lejos para disfrutar de una escapada de esas que impresionan y que seguro que nos ayudarán a desconectar y crear nuevos recuerdos. Puedes descubrir grandes cosas en este pueblo Medieval al lado de Madrid que seguro que te impresionará en todos los sentidos.

Un impresionante pueblo nos espera al lado de Madrid

Podremos descubrir un pueblo de esos que nos enamora a primera vista, nada más enfilar el camino de la carretera hasta donde aparece este elemento puede acabar siendo el que nos afecte de lleno. Siendo un buen básico que podremos redescubrir en estos tiempos que tenemos por delante y que pueden ser claves.

Esa escapada que queremos realizar no tiene por qué estar lejos de aquello que queremos, sino todo lo contrario. Por lo que, habrá llegado el momento de empezar a pensar en lo que llega y en la forma en la que realmente podemos conseguir cambiar determinados elementos que quizás debemos tener en cuenta.

Es el momento de apostar claramente por algunos elementos que pueden hacernos salir de casa. Conocer la historia de nuestro país, deleitarnos por la grandeza de un elemento que se ha convertido en esencial. Sin duda alguna, deberemos tener en cuenta todo lo que nos está esperando de la mano de cambios destacados.

Estos pueblos con alma que tenemos cerca nos pueden hacer descubrir un cambio de ciclo significativo de la mano de importantes novedades destacadas que quizás hasta el momento no sabíamos que teníamos presentes.

Aparece en el Cantar del Mío Cid este pueblo medieval cerca de Madrid

Muy cerca de Madrid está un pueblo que aparece en uno de los textos más importantes de la literatura española. Nos espera un cambio significativo que puede acabar siendo el que nos afecte de lleno, de la mano de una serie de detalles que son fundamentales y que quizás hasta ahora no teníamos en cuenta.

En Guadalajara está situado un pueblo de esos que impresiona y que puede acabar de darnos una serie de imágenes para el recuerdo. Ha sido escenario de películas y en él podemos crear la escapada más fotogénica. Desde la web de Castilla-La Mancha nos dan una serie de detalles que debemos tener en cuenta: «Situada en la Serranía Norte de Guadalajara, Atienza es cruce de rutas importantes de sus lares: la del Cid, la del Románico Rural y la del Quijote. El Castillo, situado en la parte más alta del pueblo, es el monumento más representativo de Atienza. Utilizado por los celtíberos y luego por los árabes que construyeron una fuerte alcazaba, fue reformado por los cristianos tras la Reconquista. Durante la Edad Media cambió de manos numerosas veces entre los siglos IX y XI. Fue ocupado por Alfonso III, por Almanzor y por Sancho García, entre otros, para ser definitivamente tomado por Alfonso I de Aragón, Rey consorte de Castilla por su matrimonio con Urraca I. Es nombrado en El Cantar de Mío Cid, refiriéndose a él como “peña muy fuerte”. Entre las obras religiosas el ábside del Monasterio de San Francisco, de estilo gótico,  lo único que queda tras el saqueo francés. San Bartolomé, levantada en el siglo XIII, tiene sobre su románico las reformas y ampliaciones del siglo XVI. Santa María del Val, San juan del Mercado, la iglesia de la Santísima Trinidad o Santa María del Rey, son otros de los múltiples ejemplos que encontraremos. Una visita muy recomendable es el Museo de la Santísima Trinidad. En su interior se puede contemplar una magnífica exposición de arte religioso. Destacan la capilla de la Inmaculada Concepción, de estilo rococó ; el retablo mayor, decorado con lienzos de Matías de Torres; un curioso catafalco del siglo XVI; y dos espectaculares cristos: el Cristo del Perdón, de Luis Salvador Carmona, y el Cristo de los Cuatro Clavos, tardorrománico. Las obras civiles se nos despliegan en conjuntos arquitectónicos como la Plaza del Trigo, magnífico ejemplo de plaza castellana o la Plaza de España, con su forma triangular y la fuente de los delfines del siglo XVIII. En sus edificios más notables se encuentran los Museos de Atienza, como si faltaran razones la villa nos brinda este último señuelo. La Caballada de Atienza, Fiesta de Interés Turístico Nacional es la fiesta más representativa y se celebra el domingo de Pentecostés. Conmemora un hecho histórico ocurrido hace más de 850 años, en 1162, cuando Alfonso VIII, siendo aún un niño, era rey de Castilla y su tío, Fernando II de León, presionaba política y militarmente aprovechándose de la situación de minoría de edad de Alfonso y hacerse con la corona castellana. Las familias nobiliarias más importantes de la época, la de los Lara y la de los Castro, prestaban su apoyo de manera enfrentada a la causa de Alfonso (los Lara) y a la causa leonesa (los Castro). La primera de ellas condujo al joven rey castellano hasta Atienza y le resguardó tras sus murallas. Las tropas pro-leonesas sometieron entonces a la villa a un asedio, que se prolongó en el tiempo, hasta que la mañana de Pentecostés de 1162, la cofradía de arrieros existente entonces en Atienza ideó una estratagema para solucionar la situación: pidieron permiso para atravesar el asedio simulando realizar una romería a la cercana ermita de la Virgen de la Estrella y aquello sirvió de distracción a las tropas leonesas. Mientras tanto, las caballerías más veloces condujeron al rey niño hasta Ávila. De esta manera Alfonso VIII pudo conservar la corona castellana independiente de la de León».

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