Salud

Un hombre intenta eliminar la sal de su dieta y acaba hospitalizado tras pedirle consejo a ChatGPT

Eliminar la sal de su dieta
Janire Manzanas
  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

Millones de personas utilizan la inteligencia artificial a diario, tanto en el ámbito personal como profesional. Desde proponer rutinas de ejercicio o recetas, hasta resolver duda académica, el hecho de preguntar cualquier cosa a un chatbot está al alcance de un clic. Sin embargo, cuanto se trata de salud, la información que ofrecen estos sistemas puede no ser del todo correcta, y un error puede dar lugar a consecuencias graves. Precisamente, esto fue lo que le pasó a un estadounidense de 60 años que quería eliminar la sal de su dieta y siguió un consejo que le podría haber costado la vida.

El caso, documentado en la revista médica Annals of Internal Medicine: Clinical Cases, describe cómo el hombre sustituyó el cloruro de sodio por bromuro de sodio, una sustancia química tóxica para el consumo humano. ¿El resultado? Una desnutrición severa y un cuadro de psicosis que derivaron en tres semanas de ingreso hospitalario. Lejos de ser una anécdota, esta historia ilustra cómo la confianza ciega en la IA, sin una valoración médica profesional, se puede convertir en una amenaza potencialmente mortal.

El intento por eliminar la sal que casi le cuesta la vida

El hombre, que tenía estudios universitarios previos en nutrición, quería eliminar por completo la sal de su dieta, para lo cual recurrió a ChatGPT. Tal y como refleja el informe médico, llegó a la conclusión de que podía sustituir la sal de mesa tradicional por bromuro de sodio. Durante tres meses, estuvo consumiendo esta sustancia y haciendo una serie de cambios en su plan de alimentación: adoptó un régimen vegetariano muy restrictivo y comenzó a destilar su propia agua. Todo esto hizo que su cuerpo se fuera debilitando tanto a nivel físico como mental.

Finalmente, se vio obligado a acudir al servicio de urgencias de un hospital. Allí, lo médicos observaron que mostraba señales clara de paranoia, ya que aseguraba que su vecino estaba tratando de envenenarle. Además, aunque tenía sed, no quería beber el agua que le ofrecían. Sin embargo, no comentó que llevaba tres meses ingiriendo bromuro de sodio, lo que dificultó el diagnóstico inicial.

Finalmente, los análisis revelaron deficiencias graves de micronutrientes, entre ellos varias vitaminas esenciales para el correcto funcionamiento del organismo. Asimismo, el hombre mostraba una concentración extremadamente alta de bromo en sangre, lo que indicaba un caso de bromismo severo. Este trastorno, provocado por la acumulación excesiva de bromo en el organismo, puede afectar directamente al sistema nervioso, causando alteraciones cognitivas, delirios, alucinaciones y cambios de comportamiento.

Bromuro de sodio

El bromuro de sodio es una sal inorgánica que se compone de sodio y bromo. Antiguamente, especialmente a finales del siglo XIX y principios del XX, las sales de bromo, como el bromuro de potasio y el bromuro de sodio, se utilizaban como sedantes y anticonvulsivos. Llegaron a ser tan habituales que, según registros históricos, hasta un 10 % de las hospitalizaciones psiquiátricas estaban relacionadas con intoxicaciones por bromo.

El organismo humano no metaboliza ni elimina con rapidez este tóxico, por lo que, a medida que pasa el tiempo, el bromo se acumula en tejidos y fluidos corporales. Incluso cuando se ingiere en cantidades moderadas, interfiere en la función neuronal y puede provocar cuadros de psicosis de carácter grave. Por estos riesgos, la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) prohibió en 1989 la comercialización de medicamentos con bromuro para consumo humano.

En el caso del paciente, el nivel de bromuro en sangre alcanzó los 1.700 mg/L, muy por encima del rango normal (0,9 a 7,3 mg/L). La acumulación de este químico dio lugar a alucinaciones tanto visuales como auditivas, así como delirios persecutorios. La gravedad de la situación obligó al equipo médico a ordenar el internamiento en la unidad psiquiátrica.

Aunque desde el punto de vista químico existe la posibilidad de intercambiar cloruro y bromuro en determinados procesos industriales, como los tratamientos para piscinas, esto no se traduce en seguridad alimentaria. El cloruro de sodio es muy importante para el organismo, ya que interviene en la transmisión nerviosa, la regulación del equilibrio hídrico y la contracción muscular. Por el contrario, el bromuro de sodio interfiere en la actividad neuronal.

El papel de ChatGPT

Aunque los médicos no pudieron acceder a las conversaciones que el paciente mantuvo con la IA al tratar de eliminar la sal de su dieta, creen que utilizó una versión previa del modelo (posiblemente ChatGPT 3.5 o 4.0). Los propios doctores hicieron una serie de pruebas con ChatGPT 3.5, y observaron como el sistema mencionaba que el bromuro de sodio podía sustituir al cloruro de sodio. Ahora bien, sí advertía que no era apto par todos los usos.

El problema es que no ofrecía advertencias médicas específicas ni preguntaba el motivo de la consulta, algo que haría un profesional de la salud antes de dar un consejo dietético. Este episodio es un recordatorio claro de que la inteligencia artificial, aunque útil, no puede sustituir la supervisión profesional en temas de salud.

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