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Hasta hace poco domir juntos en la misma cama era habitual ¿Por qué se perdió la costumbre?

Hasta hace poco domir juntos en la misma cama era habitual ¿Por qué se perdió la costumbre?
Janire Manzanas
  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

Durante siglos, compartir la cama con amigos, amigos e incluso desconocidos era una práctica común, y a menudo era una solución pragmática para la falta de espacio y camas disponibles. En el caso de figuras históricas como Ricardo Corazón de León y Felipe II, compartir la cama era parte de la construcción de alianzas políticas y la consolidación de relaciones personales.

Sin embargo, esta práctica eventualmente cayó en desuso a medida que la sociedad evolucionaba y se volvía más enfocada en la privacidad y el confort individual. En el caso de figuras históricas como Ricardo Corazón de León y Felipe II, compartir la cama era parte de la construcción de alianzas políticas y la consolidación de relaciones personales. Sin embargo, esta práctica eventualmente cayó en desuso a medida que la sociedad evolucionaba y se volvía más enfocada en la privacidad y el confort individual.

La antigua costumbre de dormir todos juntos

Durante siglos, compartir la cama era una práctica común, desde la época prehistórica hasta los tiempos modernos. En la antigüedad, la escasez de camas y recursos hacía que dormir junto a amigos, familiares e incluso extraños fuera una necesidad, con ejemplos como el colchón de hojas descubierto en Sudáfrica que data de hace 77.000 años.

Las razones para el sueño compartido variaban, desde la necesidad de conservar el calor hasta la creación de lazos sociales y la protección mutua. Además, las connotaciones sexuales asociadas con el sueño compartido eran diferentes de las actuales, como lo demuestra la representación de los Reyes Magos durmiendo juntos en el arte medieval.

Los registros históricos, como los diarios de Samuel Pepys, proporcionan detalles sobre la práctica del sueño compartido y sus implicaciones sociales. Durante siglos, las personas compartieron camas con otros, lo que creó un espacio íntimo para compartir historias y secretos.

En torno al año 1590, la pequeña localidad de Ware, ubicada en el condado de Hertfordshire, al sureste de Inglaterra, alcanzó renombre gracias a una cama excepcionalmente grande conocida como la «Gran Cama de Ware», adquirida para una posada llamada White Hart Inn. Según la leyenda, en el año 1689, un grupo de 26 carniceros y sus esposas, un total de 52 personas, durmieron en la cama como parte de una apuesta.

Aunque la preferencia moderna por dormir solo es común en la actualidad, el sueño compartido ha dejado un legado histórico que revela mucho sobre las normas sociales y las relaciones humanas a lo largo del tiempo.

Tradiciones extrañas que se siguen practicando en la actualidad

Cada 2 de febrero, en muchos lugares de Estados Unidos y Canadá, se celebra el Día de la Marmota. En este día, los granjeros se reúnen para observar si una marmota sale de su madriguera. Según la creencia popular, si la marmota no ve su sombra, el invierno terminará pronto. Sin embargo, si ve su sombra, el invierno se prolongará por seis semanas más. Esta tradición tiene como objetivo predecir la duración del invierno. Marmotas famosas, como Wiarton Willie en Canadá y Phil en Estados Unidos, son destacadas por su precisión en estas predicciones.

La tribu africana Masái, ubicada entre Kenia y Tanzania, considera que la saliva es un símbolo de bendición, sabiduría y saludo. Para ellos, escupirse en la cara es una forma de saludar, aunque para nosotros podría parecer extraña e incluso irrespetuosa. Sin embargo, dentro de la cultura Masái, el significado del escupitajo varía según el destinatario. Entre amigos, escupirse en la cara es una muestra de saludo, mientras que para saludar a un anciano de la tribu, el guerrero debe escupirse en la mano antes de extenderla, como un gesto de respeto.

El día de Velikonoce es una festividad importante en la República Checa. Durante esta celebración, los hombres jóvenes realizan una tradición peculiar: golpear suavemente a las mujeres con varas y rociarlas con agua para promover la fertilidad. En el Lunes Rojo, los hombres visitan a sus amigas, cantan canciones típicas y las azotan en el trasero con látigos especiales, mientras las mujeres corren y se esconden para evitar ser atrapadas. Antiguamente, las mujeres agregaban cintas a las varas para marcar cuántas veces habían sido golpeadas, pero esta costumbre está desapareciendo.

En Gloucester, Inglaterra, cada último lunes de mayo se celebra el Festival del Queso Rodante, conocido como Cooper’s Hill Cheese Rolling and Wake. En este evento, cientos de personas se reúnen con el objetivo de atrapar una horma de queso que es lanzada desde lo alto de la Colina Cooper. Los participantes corren tras el queso o se dejan llevar rodando por la colina, y el que logra atrapar el queso o llega más cerca de él en la línea de meta es considerado el ganador. Esta tradición, que se remonta a 1836, se ha convertido en una de las más vertiginosas y desafiantes de la zona, a pesar de que el premio para los participantes es simplemente la misma horma de queso que persiguieron.

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