Will Corvara, el fotógrafo español emergente que despunta en Europa con su arte
Es muy complicado destacar en el mundo de la fotografía, pero Will Corvara está consiguiendo que sus instantáneas den la vuelta al mundo. En el mundo de las artes y el espectáculo es muy difícil destacar. Es un mundo muy competitivo en el que no siempre se obtiene el reconocimiento o la fama que el artista merece.
Pero, afortunadamente, el talento todo lo puede y se impone, y Will Corvara (1983, Madrid) puede dar buena cuenta de ello, pues desde que comenzó a exponer sus fotografías se ha situado en el punto de mira de coleccionistas europeos y amantes del arte más vanguardista.
Tras diplomarse en Diseño gráfico, y después cursar estudios de Iluminación, Retoque y Fotoperiodismo en la Universidad Rey Juan Carlos, Corvara se animó a compartir su arte con el mundo, algo que, desde que comenzó, le está granjeando un gran reconocimiento internacional y nacional, pues va a exponer algunas de sus obras en un reconocido hotel de Tenerife.
Esta creciente fama ha hecho que muchos se pregunten por la figura que se esconde tras esas instantáneas en las que la oscuridad lo domina todo, dejando pasar la luz estratégicamente para despertar una mezcolanza de sensaciones en el espectador.
Este medio se ha citado con el fotógrafo en un céntrico café de Madrid para conocer más sobre su figura como artista y sobre la persona que se esconde tras las instantáneas que están dando la vuelta al mundo.
Antes de nada, enhorabuena por el reconocimiento que estás cosechando. No siempre es fácil destacar en el mundo del arte. Cuéntanos un poco cómo fueron tus comienzos en el mundo de la fotografía. ¿Es algo que te ha interesado toda tu vida o hubo un punto de inflexión?
Muchas gracias, la verdad es que me está sorprendiendo la acogida. Pues empecé a disparar a partir de mi Primera Comunión, cuando, como muchos niños, recibí de regalo una cámara de carrete. Pero el punto de inflexión fue cuando trabajaba en una productora publicitaria, donde formaba parte del equipo de Producción, pues durante los rodajes, si no surgía ningún imprevisto, tenía mucho tiempo libre. En esos momentos, me ponía a fotografiar por el placer de hacer instantáneas, hasta que un día me pidieron mi material para la parte gráfica de una campaña a nivel nacional. No me pagaron nada pero ahí es donde me dije… ¡igual tu hobby te puede dar de comer! Y así fue.
¡Qué bueno! ¿Y alguna vez te habrías imaginado dedicarte a la fotografía?
Mi familia ha tenido siempre un bagaje artístico muy presente desde hace cinco generaciones. Yo soy la primera generación sin mano para dibujar o pintar, por lo que la fotografía es mi medio de expresión artístico.
Mi madre creó su bufete de abogados (¡y estuve a punto de estudiar Derecho!), pero mi padre tenía una tienda de grabados antiguos en el centro de Madrid, donde, al hacerme más mayor, tuve que ocuparme de las ventas. En esta tienda, llamada Buril, trabajaba con todo tipo de temáticas como retratos, bélicos, arquitectura, botánico o paisajes y grabados japoneses Ukiyo-e. Todo esto marcó la visión que tengo hoy en día sobre el arte fotográfico.
¿Y en qué te inspiras a la hora de fotografiar?
La inspiración llega de forma espontánea en el momento que algo atrapa mi atención. Esto, normalmente, suele ser una escena o situación que tiene potencial oculto que pide a gritos ser mostrado, y ahí me tienen para escucharlos. Hay belleza en todo lo que nos rodea. Mi inspiración viene de ahí: busco darle a objetos, lugares o situaciones banales la oportunidad de reivindicar que son algo más allá, algo que hace que el mundo no los ignore por completo.
¿Qué pretendes transmitir con tus fotografías?
Pues pretendo que la fotografía sea estética y armoniosa con un toque de misterio. Mi intención final es que el espectador se haga preguntas. Dejo la puerta abierta a que saquen sus propias conclusiones, y quiero que formen parte de la fotografía y que la hagan suya de alguna manera.
El juego entre la luz y la oscuridad en tus fotos es tu signo distintivo, ¿qué te evoca hacerlas así?
Sí, efectivamente, busco mostrar las situaciones de una manera poco habitual a lo que estamos acostumbrados, pretendo darle la vuelta a lo convencional de esta manera. Las sombras evocan un misterio amable y una paz silenciosa. Mi intención es que, lo que se muestra, no sea evidente a primera vista.
¿Qué piensas cuando estás fotografiando?
Me dejo llevar por completo. De hecho, ni siquiera hago caso a los botones de la cámara; me meto en mi mundo y dejo a mi mente fluir. Los encargos comerciales que me solicitan sí requieren algo más de pensamiento concreto para conseguir resultados más ad hoc.
¿Cuáles son tus referentes en el mundo de la fotografía y del arte?
Tengo multitud de referentes, todos muy diferentes, vienen por supuesto de la fotografía pero es muy importante lo que me aporta la pintura, el cine, la música e, incluso, la literatura. La cuestión es que de cada autor me quedo con algo: de uno puede ser la estética, de otro puede ser el color, la composición, los temas, la narración… Pero si me preguntas más por un referentes en particular, te puedo citar a fotógrafos como Steve MC Curry, Robert Doisneau, Ralph Gibson, Irving Pen, Fan Ho o Michael Kenna ocupan gran parte de mi muro inspiracional.
El cine es sin duda otra de mis fuentes más importantes, sobre todo el de Wes Anderson, Stanley Kubrick o Terrence Malick, junto con algunos directores de fotografía como Emmanuel Lubezki, Roger Deakins o Robert , quienes no pueden faltar en esta lista. Y, por último, mis referentes pictóricos son Caravaggio, Vermeer, Rembrandt, Velázquez, Sorolla o Rachel Ruysch; disfruto cuando veo sus obras.
¿De qué colección fotográfica estás más orgulloso?
Tengo especial cariño a las fotos que hice el extranjero, ya que normalmente son resultado de viajes que hago con compañeros de profesión que disfrutan tanto como yo del arte de la fotografía. Un ejemplo sería la serie que hice Marruecos junto con José Salto. Me encanta ver cómo, estando en los mismos lugares, cada uno hace unas fotografías tan distintas al otro.
¿Cómo crees que está el mundo del arte fotográfico en España? ¿Qué planes tienes de aquí a unos años en lo que se refiere a tu faceta artística?
El nivel actual de la fotografía es extraordinario: hay ojos muy entrenados, fotógrafos tremendamente formados y con una cultura visual extensa. Soy una persona que se deja llevar mucho por la intuición y por la espontaneidad, y no pienso demasiado en el futuro más allá de organizar exposiciones o viajar.
Háblanos de tu exposición de diciembre.
Claro. Del día 2 de diciembre al 15 de marzo se inaugura Botanical, en el Hotel Hacienda de Abajo, en la isla de la Palma. Es un lugar único ya que tiene la segunda mejor colección de arte en un hotel del mundo. Cuentan con 1.300 obras clásicas espectaculares. Haciendo contraste estará parte de la colección botánica que expongo en solitario.
Esta exposición me produce una satisfacción personal enorme porque Enrique Larroque, dueño del hotel, al ver mis fotografías se quedó, en sus palabras, “impresionado”. Me hace especial ilusión porque no lo dice mi abuela [ríe], sino una persona cuya cultura tan extraordinaria hace que estas palabras no pasen de puntillas. Además, el mejor restaurante de la isla, con un Sol Repsol, se encuentra en el hotel, y se van a crear unas jornadas gastronómicas que van a ir de la mano con mi exposición fotográfica. El chef José Diaz Lorenzo va a crear el menú Botanical-Corvara, que consistirá en una serie de platos concebidos con las diferentes especies botánicas expuestas en la muestra fotográfica.
Y, por último, para no perderte la pista, cuéntanos qué planes tienes en el futuro cercano.
Tengo varias exposiciones en marcha, una en el Ateneo de Madrid. Además, en breve comenzaré a fotografiar el Hotel La hacienda de Abajo (yo fotografié el hotel Four Seasons de Madrid). Otro proyecto que tengo en marcha es un libro que será publicado por el sello fotográfico de Anaya PhotoClub, que se titulará Cultura Visual. En él mostraré a los lectores cómo hacer para pasar de ser un fotógrafo del montón a ser un profesional excelente, ya que para ser buen fotógrafo es imprescindible haber visto mucha fotografía, pintura o cine. En este libro explicaré y desgranaré multitud de instantáneas, fotogramas, pinturas, sus características visuales como son la iluminación, el color, composición, narrativa, etc., todo ello para entender por qué son de alta calidad y así poder aplicarlo en su fotografía.
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