EL FOCO DE MARÍA ZABAY

Arsuaga y Millás: “Vivimos determinados por influencias que están fuera de nuestro conocimiento»

Entrevista tras la publicación de su libro 'La conciencia contada por un sapiens a un neandertal'

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La conciencia —ese estado de estar consciente de uno mismo y del entorno, que incluye la capacidad de experimentar sensaciones, pensamientos y emociones, así como de tener una experiencia subjetiva del mundo— ha sido y es uno de los grandes misterios de la humanidad desde sus inicios. Abordada por científicos y filósofos a lo largo de la historia, sigue sin ser descifrada. Lo cierto es que los avances en ciencia y tecnología son numerosos —Internet, microchips, IA, interfaces, edición genética—, también en psicología, psiquiatría y neurociencia y, sin embargo, a pesar de ellos, comprender cómo el cerebro genera la experiencia consciente continúa siendo un desafío monumental.

En esta entrevista, en El Foco, el periodista y escritor Juan José Millás y el paleontólogo Juan Luis Arsuaga comparten sus reflexiones sobre la conciencia, partiendo de que no es un fenómeno unitario, sino un conjunto de procesos cognitivos que involucran la percepción, la atención, y la autorreflexión.

Lo hacen con base en el trabajo realizado en su libro La conciencia contada por un sapiens a un neandertal en el que, a través de viajes y conversaciones cargadas de humor, mucho humor (ya se lo adelanto), se enfrentan a este gran enigma y nos conducen hasta el límite de lo que podemos conocer sobre nuestro cerebro que, según Arsuaga, «vive en un cuarto oscuro».

Ambos exploran teorías contemporáneas, como el emergentismo, y tratan de explicar cómo el cerebro genera la conciencia y el impacto que estos descubrimientos pueden tener en nuestra comprensión de la realidad, invitándonos a reflexionar sobre el mundo que percibimos.

«Admito la existencia de un misterio», reconoce Arsuaga a Millás hablando de nuestro cerebro que hace infinitamente más cálculos que un ordenador y, como nos cuentan, sólo consume diez vatios por hora (el equivalente a una linterna). Para que usted vea lo económico que es.

Con ellos, reflexionamos sobre cómo nacen las emociones a través de la famosa magdalena de Proust, ejemplo magnífico para explicar —a través de uno de los fragmentos más universales de la literatura— cómo funciona el cerebro enfocado, no desde la información, sino desde la emoción.

Arsuaga ahonda en el concepto del «yo», diferenciando entre mente y cuerpo, y planteando preguntas fundamentales como si la conciencia es una característica exclusivamente humana o si también está presente en otras formas de vida.

Aborda Millás la cuestión de si un suceso traumático se borra o se reprime, transformándose luego, a lo mejor, en una enfermedad física o psicológica.

Otra de las dudas sobre la que reflexionan es la capacidad del ser humano de decidir. Reconocen que es imposible saber hasta qué punto decidimos en nuestras vidas y recuerdan al demonio de Laplace, según el cual todo lo que ocurre está determinado por una sucesión de causas y efectos.

Millás, fascinado por el nivel de conversación que mantiene con ChatGPT, y Arsuaga, convencido de que nos adaptaremos a los microchips y cualquier otro avance o desafío futuro, coinciden en que la forma de mantener joven nuestro cerebro es mediante las ilusiones. «En el momento en el que se deja de tener ilusiones, se pierde la juventud».

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