Doble rasero de Puig: locuaz en defensa de los sindicatos y silencioso sobre los 80.000 euros a UGT

Junta Electoral Ximo Puig
El presidente del Gobierno valenciano el socialista Ximo Puig.
Ignacio Martínez

Doble rasero de Ximo Puig: locuaz en defensa de los sindicatos y silencioso sobre los 80.000 euros a UGT para la celebración del congreso de esa organización sindical que se llevó a cabo en la ciudad de Valencia.

La escena se produjo en el mismo pleno de control de las Cortes Valencianas en que Ximo Puig dijo que el sexo anal «no es obligatorio». La síndica portavoz de Vox Ana Vega, se refirió en una de sus intervenciones al Congreso de UGT celebrado en Valencia, para el que la Generalitat aportó 80.000 euros como una ayuda directa, a pesar de la Abogacía de ese organismo entendía que debía haberse realizado una convocatoria abierta porque existen otras organizaciones que, de haber sabido que esa ayuda estaba ahí, la habrían podido solicitar. Ana Vega quiso saber cuál es el precio exacto que «hemos pagado entre todos para que los sátrapas sindicales estén escondidos y amordazados debajo de su mesa».

La pregunta suponía una oportunidad única para que el presidente de la Generalitat Valenciana el socialista Ximo Puig hubiera dicho lo que se pagó y las razones que le llevaron a efectuar esa aportación desde la Administración autonómica. Sin embargo, lo que hizo Ximo Puig fue una encendida defensa del papel de los sindicatos en la historia reciente y de la que a su juicio es la importancia que tienen en la actualidad sin aportar ni una sola cifra y ni una sola razón de las que motivaron el gasto. Locuacidad en defensa de los sindicatos, pero absoluto silencio acerca de lo que costó el Congreso de UGT en Valencia.

Dijo Ximo Puig que los sindicatos están en la Constitución como un elemento fundamental de la participación política y sindical, dijo también que la Constitución ampara el papel de los sindicatos y que gracias a los sindicatos este país recobró la libertad y que son un instrumento fundamental de los trabajadores para defender los intereses de los trabajadores a través de los convenios. Incluso, se permitió asegurar que «eso (lo que había explicado antes) es de primero de democracia o casi de Infantil de democracia». Pero de lo que costó el Congreso de Valencia o, lo que es lo mismo, trasladar a los ciudadanos en qué se ha gastado el dinero la Administración, cuánto dinero se gastó la Generalitat en ese acto y a qué ha ido a destinado, no dijo nada.

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