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El suelo se está colocando al revés y no hay vuelta atrás: el descubrimiento que tiene en vilo a la ciencia

El suelo se está colocando del revés
Mar del Norte.
Janire Manzanas
  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

El mar del Norte, situado entre las islas Británicas, Escandinavia y la Europa continental, y con una extensión aproximada de 575.000 kilómetros cuadrados, alberga una serie de condiciones que lo convierten en un lugar de gran interés para científicos de todo el mundo. En los últimos meses, se ha detectado una sorprendente anomalía geológica: el suelo se está colocando del revés, tal como señala la investigación publicada en la revista Nature.

Se trata de un fenómeno insólito que consiste en la rotación en el orden de los estratos del lecho marino, lo que en términos científicos se conoce como inversión estratigráfica. Explicado de una manera sencilla, grandes extensiones del subsuelo submarino presentan capas más antiguas situadas por encima de otras más jóvenes, un comportamiento que desafía la la lógica geológica.

¿Por qué el suelo se está colocando del revés?

Para comprender la magnitud del hallazgo, conviene recordar cómo se forman las capas de roca. Según la ley de superposición, formulada en el siglo XVII por Nicolas Steno, en condiciones normales los estratos más antiguos se depositan primero y quedan en la parte inferior, mientras que los más recientes se van acumulando encima.

Sin embargo, en el mar del Norte, los científicos han observado cómo grandes cuerpos de arena más jóvenes, denominados sinkites, se han hundido por debajo de estratos de limo biosilíceo de baja densidad, denominados floatites. Como resultado, el suelo se ha colocado del revés: las capas jóvenes quedan debajo y las antiguas encima. Lo más sorprendente es que no se trata de una anomalía localizada, sino de un fenómeno que afecta a grandes áreas del lecho marino, con estratos que se extienden a lo largo de kilómetros.

Los investigadores sostienen que este proceso comenzó hace más de cinco millones de años, entre el Mioceno y el Plioceno, épocas en las que la actividad tectónica fue especialmente intensa. Los frecuentes movimientos sísmicos habrían fracturado el fondo marino, provocando que los sedimentos más pesados, como las arenas, se hundieran, mientras que los materiales más ligeros y blandos, como los limos biosilíceos, ascendían.

El descubrimiento no habría sido posible sin el uso de tecnologías de vanguardia. Los investigadores analizaron datos sísmicos en tres dimensiones del lecho marino, lo que les permitió visualizar la disposición de las capas en profundidad con gran detalle. A ello se sumaron registros petrofísicos y estudios mineralógicos, que confirmaron que las capas más antiguas estaban literalmente flotando sobre materiales más jóvenes. «Documentamos el hallazgo de sinkites, grandes cuerpos de arena que se han hundido bajo limos de baja densidad, alterando por completo el orden estratigráfico», señalan los autores del estudio.

Implicaciones para la ciencia

El mar del Norte es una de las principales fuentes de petróleo y gas en Europa, y conocer la disposición exacta de los estratos es clave para localizar y explotar yacimientos. Por otro lado, entender cómo se han producido estas deformaciones permite prever cómo podría comportarse la región ante futuros movimientos tectónicos.

La transición energética ha puesto sobre la mesa la necesidad de encontrar métodos seguros para mitigar las emisiones de dióxido de carbono, como el almacenamiento geológico de CO₂ en formaciones subterráneas, a menudo bajo el lecho marino. Para garantizar que estos depósitos sean seguros y no filtren el gas, es imprescindible conocer con exactitud la disposición de los estratos.

La comunidad científica coincide en que, para avanzar, será necesario recurrir a técnicas de exploración aún más sofisticadas para analizar este fenómeno en el que el suelo se coloca del revés; harán falta modelos de simulación más potentes, perforaciones adicionales y estudios comparativos con otras regiones.

Navegabilidad en el año 2100

Por otro lado, «en un futuro no muy lejano, la Ruta del Mar del Norte podría convertirse en un corredor clave para el comercio marítimo global, según un reciente estudio de la Universidad de Pekín. La investigación destaca cómo el cambio climático está transformando el Ártico en una vía navegable viable, con el potencial de cambiar el panorama del transporte marítimo internacional. El estudio, publicado en la revista Communications Earth & Environment, explora cómo el retroceso acelerado del hielo marino permitiría que los buques navegaran durante todo el año a lo largo de esta ruta hacia 2100.

Hoy, el Ártico se calienta casi el doble de rápido que el resto del planeta, lo que ha reducido drásticamente la extensión del hielo. Según los autores, en las próximas décadas septiembre podría quedar prácticamente libre de hielo, lo que facilitaría nuevas conexiones marítimas. Este cambio reduciría las distancias de viaje en un 40% y el tiempo de transporte en un 30% frente a rutas tradicionales como el Canal de Suez, con el consiguiente ahorro de combustible, emisiones y costes. En un escenario de emisiones moderadas, los barcos de Clase Polar 7 pasarían de 199 a 301 días navegables al año, mientras que los buques convencionales aumentarían de 195 a 247 días», señala La Brújula Verde.

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