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Se descubren 230 gigantescos virus marinos: nueva frontera viral

Virus en el mar
Virus marinos.
Francisco María
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El océano, ese vasto y misterioso ecosistema que cubre más del 70 % del planeta, continúa revelando secretos sorprendentes. Uno de los más recientes descubrimientos ha desconcertado y fascinado a científicos en todo el mundo: la identificación de 230 gigantescos virus marinos. Estos virus, tan grandes que en algunos casos rivalizan en tamaño con bacterias pequeñas, no solo rompen con las nociones tradicionales de lo que es un virus, sino que abren nuevas preguntas sobre la evolución, la ecología marina y el origen mismo de la vida.

¿Qué son los virus gigantes?virus

Durante décadas, los virus fueron considerados entidades diminutas, simples y carentes de complejidad celular. Sin embargo, la primera sorpresa llegó en 2003, con el descubrimiento del Mimivirus, un virus tan grande que fue confundido inicialmente con una bacteria. Desde entonces, se han identificado otros virus “gigantes”, como el Pandoravirus o el Tupanvirus, que contienen enormes genomas y estructuras complejas.

A diferencia de los virus comunes que apenas poseen unas pocas decenas de genes, estos virus gigantes pueden contener cientos, incluso más de mil genes, incluyendo algunos que codifican funciones propias de organismos celulares, como la síntesis de proteínas o la reparación del ADN. Esta complejidad ha desdibujado los límites entre lo vivo y lo no vivo, y ha obligado a los científicos a replantearse la clasificación del mundo microbiano.

El hallazgo en los océanos

El nuevo estudio que reporta el hallazgo de 230 virus gigantes marinos proviene de un análisis exhaustivo de muestras recolectadas durante campañas oceanográficas globales, como la expedición Tara Oceans. Mediante técnicas avanzadas de metagenómica —que permiten secuenciar directamente el material genético del ambiente sin necesidad de cultivar los organismos—, investigadores lograron reconstruir genomas virales previamente desconocidos.

Los resultados fueron sorprendentes. Se identificaron 230 nuevos virus con genomas significativamente más grandes que el promedio viral. Algunos de estos virus alcanzan tamaños de hasta 2,5 millones de pares de bases, superando incluso algunos genomas bacterianos. Además, se hallaron genes inesperados, incluidos aquellos relacionados con procesos metabólicos complejos, lo que sugiere que estos virus podrían influir activamente en las funciones celulares de sus hospedadores.Nuevos virus

¿Qué hospedadores infectan?

Estos virus gigantes marinos parecen infectar una gran variedad de organismos unicelulares del fitoplancton, como algas y protozoos. El fitoplancton es fundamental para la vida marina y global: produce al menos el 50 % del oxígeno del planeta y forma la base de la cadena alimenticia oceánica. Por lo tanto, cualquier agente que interactúe con estas comunidades microbianas puede tener un impacto ecológico considerable.

Los virus pueden jugar un papel dual. Por un lado, al infectar y destruir células de fitoplancton, regulan su población y evitan su sobrecrecimiento. Por otro, la lisis celular (desintegración de las células infectadas) libera nutrientes al medio, alimentando a otros microorganismos y estimulando ciclos biogeoquímicos como el del carbono. Así, los virus gigantes actúan como arquitectos invisibles de los ecosistemas marinos.

Repercusiones evolutivas

Uno de los aspectos más intrigantes de estos virus gigantes es lo que sugieren sobre la evolución. Algunos científicos plantean que estos virus podrían ser reliquias de formas de vida antiguas, posiblemente relacionadas con los ancestros comunes de células modernas. La presencia de genes que codifican maquinaria genética compleja —inusual en virus— ha llevado a algunos investigadores a proponer que estos virus podrían representar una «cuarta rama» del árbol de la vida, junto con bacterias, arqueas y eucariotas.

Sin embargo, este punto sigue siendo altamente debatido. Otros argumentan que estos genes fueron tomados de sus hospedadores a lo largo del tiempo, mediante mecanismos como la transferencia horizontal de genes. Sea cual sea el caso, lo cierto es que estos virus gigantes ofrecen una mina de información genética aún por explorar, que podría iluminar capítulos olvidados de la historia evolutiva de la Tierra.

Implicaciones ecológicas y científicas

La presencia de tantos virus gigantes en el océano implica que su rol ecológico ha sido subestimado. Estos organismos pueden afectar no solo poblaciones microbianas, sino también influir en procesos globales como el secuestro de carbono atmosférico. Si, por ejemplo, los virus estimulan la muerte y sedimentación del fitoplancton, podrían contribuir indirectamente al transporte de carbono hacia las profundidades oceánicas, un fenómeno conocido como «bomba biológica».

Desde el punto de vista biotecnológico, los genes únicos de estos virus podrían usarse en aplicaciones futuras: enzimas virales para manipulación genética, herramientas para terapias antivirales o para el control de floraciones de algas nocivas. Además, su estudio proporciona un terreno fértil para expandir nuestra comprensión de la biología fundamental.

Un mundo que apenas empezamos a conocer

La combinación de tecnología avanzada, como la secuenciación masiva y la inteligencia artificial, con campañas de exploración científica colaborativa, está permitiendo levantar el velo de esta «materia oscura biológica».

En última instancia, este hallazgo nos recuerda que incluso los virus, tradicionalmente considerados enemigos por su asociación con enfermedades, pueden tener un papel positivo en el equilibrio del planeta. En lugar de ser solo agentes patógenos, los virus gigantes emergen como participantes activos en redes ecológicas, actores evolutivos y potenciales aliados en la ciencia del futuro.

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