Colau y el consejero de Interior catalán tardan 15 días en reunirse para analizar la violencia en Barcelona
La alcaldesa Ada Colau, a diferencia de su líder y vicepresidente del Gobierno Pablo Iglesias, condenó rotundamente la violencia de anoche
El consejero de Interior de la Generalitat, Miquel Sámper, se reunirá este lunes con la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, para analizar la situación tras la escalada de violencia en las calles de la Ciudad Condal. Según ha podido saber este periódico, ambos mandatarios, han hablado este domingo para fijar el encuentro que se producirá tras los graves disturbios que se registraron este sábado por las calles más céntricas de Barcelona. Han pasado 14 noches de violencia extrema y es ahora cuando los dirigentes políticos se dan cuenta de la gravedad de la situación. Una gravedad de la que ya habían advertido los cuerpos de seguridad. Desde los Mossos y la Guardia Urbana exigen mayor coordinación y que se les dote de las herramientas necesarias para luchar contra los violentos. Lamentan ordenes políticas para no actuar mientras activan acciones legales.
Pese a esas ordenes, para no incomodar a futuros socios de gobierno, fuentes del Govern reconocen que se están planteando un refuerzo de los efectivos policiales que participan en los dispositivos en este tipo de protestas. El objetivo de este incremento de efectivos debe servir para repeler a los manifestantes y asegurar la integridad física de los funcionarios de orden público, uno de los objetivos de los radicales. Una decisión que choca con las negociaciones para formar gobierno, ya que sus socios de la CUP exigen recortar la presencia policial e incluso la disolución de los antidisturbios de los Mossos en la próxima legislatura. De momento ya hay un principio de acuerdo con ERC.
Anoche, al ver las imágenes que llegaban de los ataques contra la Guardia Urbana, el vicepresidente de la Generalitat con funciones de presidente, Pere Aragonès, ya se puso en contacto con Ada Colau para ponerse a su disposición. En la conversación telefónica, que mantuvieron ambos dirigentes, ya evaluaron la necesidad de reforzar la presencia policial en la ciudad para poner fin a las dos semanas de violentas protestas que dificultan el día a día de la ciudad catalana. El ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska, es el gran desaparecido en toda esta crisis. Por ahora ni él ni nadie de su ministerio ha salido a apoyar a los agentes.
Crece la escalada de violencia
Doce días después del inicio de las protestas, para pedir la libertad del rapero Pablo Hasél, ayer sábado se registraron los principales incidentes. La escalada de violencia en Cataluña ha ido en aumento hasta el punto que tras la manifestación de este fin de semana, alentada entre otros por Podemos, los radicales intentaron acabar con la vida de dos agentes de la Guardia Urbana al prender fuego a un furgón de los antidisturbios con dos policías en su interior.
Condena de todos, menos de Podemos
Tanto desde la Generalitat como desde el Ayuntamiento de Barcelona reconocen «preocupación» por la situación que prácticamente a diario se reproduce en las calles de la Ciudad Condal. En las últimas horas casi todos los dirigentes políticos, desde el presidente Pedro Sánchez, el vicepresident Aragonès, la propia Ada Colau o los principales líderes de la oposición, han condenado los hechos ocurridos en Las Ramblas, afeando la actitud de los violentos. La alcaldesa ha visitado la comisaría afectada, este domingo, junto al concejal de seguridad, el socialista Albert Batlle.
Casi 24 horas después de las lamentables imágenes que han dado la vuelta al mundo, los únicos políticos que, por ahora, han optado por guardar silencio, son el vicepresidente segundo del Gobierno y líder de Podemos, Pablo Iglesias, así como el resto de ministros y dirigentes de la formación morada, que hace unos días sí criticaban la actuación policial en estas manifestaciones. En el caso de la protesta de este sábado, que acabó en graves disturbios, su propio partido llamó a participar en ella. También callan los responsables de la CUP, cuyas juventudes celebraron el intento de homicidio de los dos agentes de la Guardia Urbana, algunos de los cuales han participado en las manifestaciones como la presidenciable Maria Dolors Sabater.