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Miedo a la oscuridad: Las mejores frases para calmar a los niños

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Descubre las mejores frases para calmar a los niños que temen la oscuridad
Blanca Espada

Si tienes hijos pequeños, especialmente entre los 3 y 4 años es fácil que más de una noche te haya despertado con gritos porque tiene miedo a su habitación a oscuras, o puede de hecho que le cueste dormirse en cuanto le apagas la luz. Es una fase del todo normal que los niños superan sin problema en semanas o meses (aunque pueden darse casos en los que dure más tiempo o en los que el niño tenga un trastorno llamado nictofobia) pero en la que realmente lo pasan mal. De modo que en lugar de enojarnos con ellos o echarles la bronca por tener un miedo irracional a algo que desconocen, lo mejor es tener paciencia y ser comprensivos, además de tener buenas frases para calmar a los niños con miedo a la oscuridad como las que ahora os ofrecemos.

Frases para el miedo a la oscuridad

En general, los niños que temen a la oscuridad, suelen pasar la noche despertándose cada dos por tres o también puede que les cueste dormirse mucho rato. Una buena solución puede ser dejarles una pequeña luz encendida, pero en el caso de que esa misma luz les asuste ya que puede crear algunas sombras es importante atenderles cuando nos necesitan y calmarlos con las frases que os dejamos a continuación.

  • «El mundo no desaparece en la oscuridad y no hay monstruos que se escondan en la oscuridad. ¿Ves que en cuanto vuelve la luz, todo está como lo dejaste?» Explicar este sencillo concepto ayuda al niño a comprender cómo una realidad adormecida y decididamente tranquilizadora se esconde tras el negro manto de la oscuridad. Lo ideal sería acompañar todo mostrando primero el dormitorio iluminado, apagando la luz y luego volviéndola a encender, notando como todo ha quedado exactamente igual.
  • «Cuando se apague la luz, trata de pensar en algo que te haga sentir tranquilo» Mucho más que un truco para «engañar» tus miedos. De hecho, detenerse en pensamientos tranquilizadores lleva al pequeño a enfrentarse a una situación de malestar y a reflexionar sobre tu propio miedo . Este enfoque es útil para manejar muchos casos en los que la emotividad puede dar paso al miedo.
  • «¿A qué le temes?» Tratemos de entenderlo juntos».  La oscuridad no es aterradora en sí misma, pero nos asusta porque inconscientemente se transforma en el escondite de los peligros que acechan. De hecho, un niño puede tener miedo de que los monstruos estén escondidos o que imaginen o crean ver algo en el techo, debajo de la cama o en la pared. Razonar juntos sobre esto es el primer paso para contrarrestar el miedo. Para colmo, puede ser buena idea apagar la luz de la habitación e intentar buscar juntos rastros de criaturas o monstruos . El niño comprenderá que en el armario o debajo de la cama no hay nada que temer.
  • «Si mamá (o papá) pensaran que la oscuridad es peligrosa, ¿crees que te dejarían en peligro? Siempre estoy aquí para mantenerte a salvo» Incluso el terror profundamente arraigado no puede competir con la confianza inquebrantable de un niño en un padre o madre que lo ama. Saber que mamá o papá consideran que la oscuridad es inofensiva puede llevar al pequeño a razonar que, después de todo, no hay nada aterrador cuando se apagan las luces.
  • «Es normal tener miedo, pero si logramos superarlo nos volvemos capaces de cualquier cosa». El miedo es un sentimiento que proviene de nuestra autoconservación natural. Sin el miedo, el hombre nunca hubiera podido vencer los peligros de un mundo hostil y someterlo a su voluntad. Por eso es muy importante no avergonzarse de los miedos, siempre que no nos paralicen. Si un niño es capaz de abrazar este principio, dará un gran paso en el largo camino del crecimiento.

Estas son frases que podéis tomar al pie de la letra y decírselas a vuestros hijos o adaptarlas como queráis. Lo importante es calmar al niño, que posiblemente esté asustado y llorando y poder ofrecerle con nuestras palabras, el consuelo que necesite.

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