Salud

Enfermedad renal en niños: síntomas y qué hacer

Una enfermedad que puede provocar trastornos del crecimiento y deterioro de los propios riñones

Conozcamos los signos que no deben subestimarse

Así debes adelantarte a la enfermedad renal crónica, insuficiencia cardiaca y diabetes

Foto de una mesa de médico en primer término con un modelo de riñón y de fondo niño con su madre y el médico.
Niño con su madre en la consulta del urólogo.
Blanca Espada

La enfermedad renal en los niños es sutil y a menudo se presenta con síntomas poco claros que pueden ser fácilmente confundidos con otros trastornos. Los signos de esta condición pueden incluir problemas digestivos, fatiga y retraso en el crecimiento, lo cual hace difícil su identificación temprana. Estos síntomas, a menudo subestimados, pueden tener consecuencias graves si no se tratan a tiempo, ya que pueden conducir a trastornos del crecimiento y deterioro significativo de los riñones. Reconocer estos signos es crucial para buscar la opinión de un nefrólogo especialista, quien puede proporcionar un diagnóstico adecuado y un plan de tratamiento efectivo.

La detección temprana de la enfermedad renal en niños es vital, ya que los riñones desempeñan funciones esenciales para el equilibrio químico del cuerpo y la eliminación de desechos. Los niños con esta condición pueden experimentar una serie de síntomas inespecíficos como fatiga crónica, pérdida de apetito, y problemas gastrointestinales recurrentes, que a menudo se pasan por alto o se atribuyen a otras afecciones menos graves. Sin embargo, cuando estos síntomas persisten, es crucial buscar una evaluación médica exhaustiva. El papel de los padres y cuidadores es fundamental para notar estos cambios sutiles y actuar rápidamente, evitando así complicaciones mayores en la salud del niño. Además de los síntomas mencionados, los niños con enfermedad renal pueden mostrar signos adicionales que no deben ser ignorados.  Por ejemplo, la hipertensión arterial en un niño, la presencia de orina espumosa o con sangre, y el dolor lumbar pueden ser indicativos de un problema renal subyacente.

Estas señales, aunque no siempre evidentes, deben ser motivo suficiente para buscar la opinión de un nefrólogo pediátrico. El diagnóstico y tratamiento temprano son esenciales para prevenir daños irreversibles a los riñones y asegurar un crecimiento y desarrollo normal en los niños afectados por esta condición.

Enfermedad renal en niños: síntomas

La enfermedad renal en niños, cuando es leve o se encuentra en sus primeras etapas, puede no mostrar ningún signo de su presencia. Los síntomas un poco más evidentes aparecen cuando la insuficiencia renal crónica afecta a una porción más grande del riñón o cuando el niño es muy pequeño. En este caso, los padres pueden notar pérdida de apetito, lo que se traduce en un crecimiento deficiente, trastornos gastrointestinales recurrentes y problemas digestivos, como el reflujo gastroesofágico. No es fácil atribuir estas dolencias a problemas renales, por lo que estos se descuidan y la enfermedad continúa.

A medida que la insuficiencia renal crónica empeora, el niño puede experimentar malestar y debilidad crónicos inexplicables. Esto sucede porque, cuando los riñones dejan de funcionar bien, provocan una pérdida de sales minerales en el organismo. Posteriormente son incapaces de eliminar el agua y las sustancias de desecho, que se acumulan en los tejidos provocando problemas cardíacos y respiratorios. Además, los riñones son incapaces de eliminar los ácidos formados por la degradación de las proteínas consumidas en la dieta. Esto crea un estado de acidosis con náuseas y palidez. Incluso la presión arterial alta en un niño no debe pasarse por alto porque puede ser un signo de insuficiencia renal no diagnosticada. Finalmente, pueden aparecer problemas como anemia y debilidad ósea, consecuencia también de la enfermedad renal. Con el tiempo, pueden ocurrir trastornos del crecimiento.

Visita nefrológica: ¿cuándo se debe realizar?

Por lo general, estos síntomas empujan a los padres a contactar al pediatra para comprender las causas del malestar. Como no se trata de signos muy claros, a menudo pueden confundirse con los de las enfermedades intestinales crónicas o con la enfermedad celíaca: incluso en estos casos, el niño presenta debilidad, palidez, anemia y problemas de crecimiento debidos a una mala absorción de nutrientes. Los padres también acuden al médico porque: la orina es oscura, espumosa o huele mal, hay rastros de sangre, el niño se queja de dolor en la zona lumbar, a la altura de la zona lumbar. En estos casos, el pediatra puede sugerir una visita al nefrólogo, médico experto en enfermedades renales, ya que lo más probable es que los síntomas indiquen la presencia de una enfermedad renal o del tracto urinario.

Cómo se realiza el examen nefrológico

Normalmente, la visita nefrológica dura aproximadamente media hora. No requiere preparativos especiales ni ayuno, pero es recomendable traer cualquier documentación médica obtenida previamente. El especialista realiza en primer lugar la anamnesis, es decir, la recogida de datos clínicos que constituyen la historia clínica del niño, la presencia de enfermedades renales en la familia, el estado general de salud, el estilo de vida y la nutrición. A continuación, realiza un examen minucioso, que a menudo termina con la prescripción de pruebas específicas para evaluar la salud de los riñones. Una es la ecografía, una prueba no invasiva y completamente indolora, perfectamente tolerada incluso por los niños, que pone de relieve la estructura de los riñones.

Valores de creatinina: ¿para qué sirven?

Una prueba fundamental para evaluar la función renal es el análisis de creatinina, una sustancia producida por los músculos, que luego es filtrada por los riñones y eliminada a través de la orina. Si los riñones no funcionan bien, la creatinina no se elimina: su dosificación en la orina es, por tanto, un método fiable para evaluar la función renal. Los valores de creatinina también se pueden detectar en sangre, pero los valores de orina son más fiables. Por este motivo, incluso en casos de sospecha de enfermedad renal en niños, se realiza la llamada creatininuria. Es necesario recolectar la orina en recipientes esterilizados en el transcurso de 24 horas, eliminando el primer flujo de la mañana y luego guardando los recipientes en el frigorífico. En esta orina también se puede realizar el aclaramiento de creatinina, que se realiza en orina purificada y correlaciona los niveles de esta sustancia en la orina con los detectados en la sangre, para un resultado aún más seguro.

Valores de creatinina en niños

Habitualmente los valores de aclaramiento de creatinina o GFR (tasa de filtración de los glomérulos, los órganos filtrantes de los riñones) se consideran normales si son iguales o superiores a 100 ml por minuto. Los niños pequeños, sin embargo, tienen valores más bajos porque varían según el peso corporal y sólo a partir de los tres años la capacidad renal del niño es comparable a la de un adulto. Incluso valores más bajos, por ejemplo 70 ml por minuto, en un niño pequeño no son necesariamente preocupantes. Siempre deben ser evaluados por un nefrólogo.

Las principales enfermedades renales en niños y tratamientos

Los riñones de los niños, al igual que los de los adultos, pueden estar sujetos a muchos trastornos diferentes. Estos son los más comunes y cómo se tratan.

Insuficiencia renal

Este término indica la incapacidad de los riñones para realizar correctamente su labor de filtración. Hay dos tipos de insuficiencia renal: aguda y crónica. La insuficiencia renal aguda aparece repentinamente y se debe a infecciones, tumores, intoxicación por fármacos. La insuficiencia renal crónica es causada por diabetes (la tipo 1 también afecta a los niños), hipertensión arterial crónica e inflamación que afecta a los riñones. La insuficiencia renal aguda se trata con diálisis temporal y mediante la administración de fármacos y suplementos para controlar los niveles de ácido y potasio en sangre, reactivando la función renal.

En la insuficiencia renal crónica es necesaria una dieta adecuada, que incluya sustancias útiles para el correcto crecimiento y eventuales complementos para la salud ósea y para combatir la anemia. Si la insuficiencia renal ya ha causado presión arterial alta, esto se puede controlar reduciendo la ingesta de sodio (sal) y tomando medicamentos para reducir la presión arterial, como inhibidores de la ECA o sartanes. Si la salud de los riñones se ve comprometida, es necesario iniciar diálisis, un tratamiento para reponer la función renal, que ayuda a depurar la sangre de desechos y eliminar el exceso de agua. Estar atento a los signos de malestar y la intervención temprana ayuda a prevenir la diálisis.

Cálculos renales

Aunque no lo parezca, también los niños pueden ser susceptibles a problemas de cálculos renales. Estas formaciones duras, parecidas a guijarros, aparecen debido a una alimentación incorrecta, rica en oxalatos, grasas y proteínas y pobre en agua. Sin embargo, también pueden formarse debido a una enfermedad genética llamada cistinuria. Esto se debe a la incapacidad del riñón para reabsorber un aminoácido llamado cistina, que permanece en circulación en la orina y se deposita en los riñones, donde forma cálculos. Las malformaciones de los riñones también pueden favorecer la formación de cálculos. La presencia de estos guijarros puede dar lugar a los síntomas que hemos descrito, o incluso a propios cólicos. El tratamiento consiste en la eliminación, mediante técnicas mínimamente invasivas, de los propios cálculos.

Poliquistosis renal

Es una enfermedad genética que conduce a la formación de quistes de varios tamaños en los riñones. En algunos casos la enfermedad no provoca síntomas, en otros provoca la aparición de sangre o proteínas en la orina. Sin embargo, la presencia de quistes provoca un empeoramiento progresivo de la capacidad de los riñones para filtrar la sangre, provocando insuficiencia renal. Por el momento, la única cura posible es mantener la enfermedad bajo control con fármacos específicos.

Glomerulonefritis

Es la inflamación de los glomérulos, las pequeñas estructuras presentes en los riñones que tienen la tarea de filtrar la sangre, depurándola. Puede ser aguda (por ejemplo, tras una infección bacteriana o la ingesta de sustancias tóxicas para los propios riñones) o crónica (debido a la exposición a sustancias nocivas, la forma aguda no tratada, la hipertensión arterial). Los síntomas son numerosos y variados, dependiendo de si la inflamación es aguda o crónica. Los síntomas comunes son hinchazón de la cara, presión arterial alta y cambios en el ritmo de la micción. El tratamiento consiste en la toma de diuréticos, medicamentos para controlar la hipertensión arterial y suplementos.

Malformaciones congénitas

Hay muchas de ellas y afectan a los riñones y al sistema urinario. Los ejemplos incluyen hidronefrosis fetal, una dilatación congénita de los riñones debido a la obstrucción de los uréteres, uropatías malformativas e hipodisplasia renal, en las que los riñones o los uréteres se desarrollan anormalmente. Para tratarlos es necesario recurrir a la cirugía, que hoy en día también se realiza con técnicas endoscópicas, por tanto menos invasivas y mejor toleradas incluso por los más pequeños.

La enfermedad renal en niños puede ser difícil de detectar debido a la naturaleza sutil y poco clara de sus síntomas. Sin embargo, es fundamental que los padres estén atentos a cualquier señal inusual y consulten con un especialista en nefrología pediátrica cuando sea necesario. Con el diagnóstico y tratamiento adecuados, muchas de estas afecciones pueden manejarse eficazmente, permitiendo que los niños lleven una vida saludable y activa. La colaboración entre padres, pediatras y nefrólogos es esencial para asegurar el mejor cuidado posible para los pequeños pacientes con enfermedades renales.

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