Qué hacer cuendo mi bebé es muy nervioso
Los supermercados, ignorarlos o el cansancio son algunas de las situaciones de estrés que pueden hacer que los bebés se pongan nerviosos.
Aunque todos los padres sueñan con tener bebés tranquilos, lo cierto es que cada niño es un mundo y en el caso de tener un bebé que es más ansioso, más movido o que siempre se muestra inquieto es importante que procuremos que esos nervios no vayan a más para evitar que el pequeño viva situaciones de estrés que podrían hacer que se ponga más nervioso todavía. Veamos entonces qué hacer cuando mi bebé es muy nervioso.
Qué hacer cuando mi bebé es muy nervioso
Cuando un bebé se pone muy nervioso puede tener muchas sensaciones ya que algunas de las causas para que se de esta situación pueden ser miedo, enfado o estrés. Por ello es necesario que evitemos a toda costa que el bebé se ponga nervioso ya que de un simple llanto puede pasar que la cosa vaya a peor, con un niño pataleando en el suelo o también que de tanto llorar acabe vomitando o con temblores.
Algo que no le gustará mucho al bebé, le asustará todavía más y evidentemente tampoco será de buen agrado para los padres.
Analicemos entonces las distintas situaciones que se pueden dar para que el bebé se ponga nervioso y qué hacer para evitarlo.
Compra en un supermercado
La compra en un supermercado o centro comercial para un bebé de meses puede ser bastante estresante. El ruido las luces y sobre todo el que coincida con su hora de la siesta o de tomar de la leche materna puede hacer que los nervios del niño afloren. La solución pasará por elegir bien la hora a la que llevamos el bebé de compras, que le demos el pecho antes para que vaya bien alimentado o también que le dejemos una una manta impregnada del olor de la madre: según un estudio del Gettysburg College en Pensilvania, los olores familiares ayudan a los niños a calmarse más rápido .
No recibir atención
Aunque sea pequeño el bebé necesita sentirse querido y/o presente. Si en cualquier momento nota que su padre o madre está lejos o que no le hacen caso puede ponerse nervioso. Bastará con hacerle sentir tu presencia con una caricia, una sonrisa o decirle algo aunque estemos en la distancia (por ejemplo hablando por teléfono o haciendo cualquier otra labor en casa).
Falta de sueño
Si el bebé está cansado es normal que se muestre intranquilo y nervioso. La solución aquí será ponerle a dormir y si no estamos en casa, podemos cogerlo en brazos y darles cariño para que se sienta a gusto y protegido y acabe por dormirse.
Hambre
También cuando tiene hambre el bebé es normal que se ponga nervioso, que llore o que no quiera que otra persona que no sea su madre le coja. De hecho si está tomando el pecho, buscará para intentar engancharse al pezón desesperado y lo mismo ocurrirá con el biberón. Es necesario conocer bien los horarios del bebé y estar atento a cuándo le toca comer para no llegar a esta situación.
Ansiedad por separación
Cuando el bebé llega a los 6 meses, se puede producir un caso en el que el bebé tenga ansiedad por separación si lo dejas con alguien a quien no conoce. como una niñera. Y puede empezar a llorar desesperadamente. La solución, en este caso, es preventiva: es necesario presentar paulatinamente a las personas a las que se quiere encomendar el niño. Exactamente como ocurre con la inserción en la guardería.
Dentición, pañales, malestar…
Por último tenemos que mencionar las situaciones en las que evidentemente es normal que el bebé esté intranquilo: nos referimos a cuando le salen los dientes y le duele, si por ejemplo tiene el pañal sucio, tiene cólicos o se ha resfriado. La atención al bebé, estar pendiente de su temperatura, de su pañal y de si come bien o de repente no tiene hambre o regurgita la leche son algunas de las soluciones al respecto.
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