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Atonía uterina: Qué es y qué riesgos tiene

Una condición peligrosa que puede poner en peligro la vida de una mujer tras el parto.

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atonía uterina
Qué es la atonía uterina y que riesgos tiene
Blanca Espada

Después de dar a luz al bebé y la placenta, continúan las contracciones para que el útero mantenga su equilibrio y comience el proceso de recuperación del parto. Sin embargo, puede haber un riesgo de atonía uterina que es una situación que ocurre cuando, por alguna razón, el órgano pierde la capacidad de contraerse en el posparto inmediato.

Qué es la atonía uterina

La atonía uterina es una complicación que tiene como consecuencia directa la aparición de hemorragias, por lo que es algo no deseado y crítico para cualquier mujer parturienta. A medida que los vasos sanguíneos uterinos están comprometidos, se produce una pérdida masiva de sangre. Si la intervención médica no es rápida, el resultado puede ser el peor de todos para la mujer.

La atonía uterina causa más del 80% de los casos de hemorragia en el puerperio inmediato. Esta es una de las principales causas de muerte materna, asociada a más del 20% de las muertes de mujeres que acaban de dar a luz a sus bebés.

El sangrado vaginal es común y esperado después del parto, pero cuando supera los 500 ml, la intervención debe ser urgente.

Factores de riesgo para la atonía uterina

Una de las principales formas de prevenir la atonía uterina es tener un cuidado prenatal cuidadoso. Durante las consultas durante el embarazo, se evalúan los factores de riesgo y los profesionales de la salud deben definir estrategias para minimizar la posibilidad de que se presenten complicaciones.

El útero pierde su capacidad de contraerse cuando hay sobreesfuerzo. El parto es un evento estresante para el órgano y, después de que nace el bebé, es posible que no responda como se esperaba. En algunas situaciones, existe un mayor riesgo de atonía uterina. Son las siguientes:

  • Mujeres embarazadas con obesidad;
  • Embarazadas menores de 20 años o mayores de 35 años;
  • Embarazo gemelar;
  • Entrega muy larga;
  • Polihidramnios (exceso de líquido amniótico);
  • Macrosomía fetal (bebé considerado con sobrepeso al nacer);
  • Presencia de miomas en el útero .
  • El uso de medicamentos para acelerar el trabajo de parto también puede desencadenar atonía.

Protocolo de prevención y tratamiento

El seguimiento de la parturienta es fundamental para que el equipo presente en el parto pueda detectar cualquier cambio e intervenir adecuadamente. La hemorragia posparto por atonía uterina requiere acciones rápidas y un protocolo bien definido para detener el sangrado lo antes posible.

Una medida preventiva que forma parte de las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) es la administración de oxitocina sintética en la fase de expulsión de la placenta . La sustancia estimula las contracciones y la homeostasis del útero. También se pueden realizar masajes abdominales.

Si el órgano no responde, los profesionales deben realizar una intervención quirúrgica. Dependiendo de la condición, se pueden realizar diferentes procedimientos, como suturas o desvascularización. Como último recurso, puede ser necesario recurrir a una histerectomía , es decir, la extirpación del útero de la mujer.

Posibles consecuencias de la atonía uterina

En los casos más graves, la atonía uterina puede llevar a la muerte de la mujer. Por este motivo, es tan importante que los profesionales de la salud actúen inmediatamente en cuanto se identifiquen los primeros signos.

La histerectomía también es una consecuencia no deseada. Puede que sea la única forma de salvar la vida de la madre, pero también hace que sea imposible que quede embarazada de nuevo, si eso es lo que quiere.

La atonía uterina también se asocia con otros problemas de fertilidad posteriores, dificultades de coagulación y cambios en los riñones y el hígado que pueden provocar insuficiencia orgánica.

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