Yllanes, el ‘Frankenstein’ político del Gobierno balear
Hace unos días el vicepresidente estrella del Gobierno Balear, Juan Pedro Yllanes, ha tenido una de sus ocurrencias para poder seguir destacando: usar la ecotasa para cambiar puertas y ventanas de las viviendas particulares.
Ha debido pensar que como su consejería se llama “de Transición Energética” podría solicitar fondos del Impuesto de Turismo Sostenible (ITS) más conocido como la ecotasa balear para la concesión de ayudas para cambiar puertas y ventanas exteriores con el fin de conseguir mejor aislamiento. Hay que reconocer que es un buen fin, pero no es la finalidad con la que se creó la ecotasa.
En el BOE del 2016 donde se regularon los elementos esenciales del impuesto sobre estancias turísticas en las Islas Baleares se puede leer claramente que se destinarán los ingresos que genere este impuesto un fondo para favorecer el turismo sostenible.
Este es un ejemplo más de como el vicepresidente del Gobierno balear no hace más que experimentar, cual doctor Frankenstein, retorciendo las normas a su interés y conveniencia. Cabe recordar que en estos momentos está sopesando encabezar o no la candidatura de Podemos en Baleares por lo que todas estas actuaciones tienen un cariz ya no solo ideológico sino también electoralista. Hay que destacar, ya que la sombra de la presidenta Armengol es alargada.
Hay muchos otros ejemplos de cómo Yllanes hace una política alambicada, acercando el ascua a su sardina política, con el fin de tener más visibilidad y poder ofrecer carnaza política a su electorado. Que falta le hacen ambas cosas.
Una muestra muy clara fueron las declaraciones del sevillano, con predicción incluida, que hizo hace un año augurando que “el turismo no volverá a los números del 2019 y eso es una buena noticia” prefiriendo la miseria de nuestra región e insultando a empresarios y trabajadores que llevaban un año entre ERES, ERTES y demás penurias. Otro acierto del exjuez arrogante. Menos mal que se quedó en eso, en una declaración más hecha para ser un titular tan fiable como una escopeta de feria. Y es que Yllanes no hace más que acrecentar su leyenda. De hecho no tuvo reparo en justificar su ausencia en la reciente votación de la ley de turismo propuesta por el gobierno del que el es vicepresidente “en base a su sano convencimiento”. La turismofobia se lleva en la sangre.
Pero el turístico no es el único sector contra el que el Yllanes ha estrellado su consejería debido a sus fines ideológicos. El sector del juego privado también está sufriendo en sus carnes los experimentos de este político efectista que se jacta en su cuenta de Twitter de haber “negociado junto con el sector y entidades sociales la paralización de apertura de locales de juego…” cuando los sindicatos y la patronal quedaron fuera de tal negociación, ya que se inventó un nuevo chiringuito en baleares, la llamada “mesa social del juego” que sustituyó a la Comisión del Juego, El órgano consultivo de las actividades del juego y las apuestas en el ámbito autonómico se ha reunido para seguir desarrollando el reglamento del sector. Otro retorcimiento más de la normativa en favor de sus intereses políticos. Suma y sigue.